Corría el año 2001, cuando el 4 de marzo un chaval con cara de niño, asturiano, español, se encontraba deambulando por el paddock del Circuito de Albert Park en Melbourne, Australia, dispuesto a afrontar un golpe de la Historia: Fernando Alonso, apenas 19 años de edad, se disponía a ponerse a los mandos de un inconducible Minardi PS01, que había puesto en sus manos el australiano Paul Stoddart. Previamente, el ingenio de Flavio Briatore había visto con su olfato, que se encontraba ante una joya, un diamante en bruto que había que pulir. El italiano se dio cuenta –al igual que Ferrari– que ese jovencísimo piloto tenía unas manos de seda para conducir, habiendo demostrado su insultante capacidad en categorías inferiores del automovilismo. Ya en esa época, Bernie Ecclestone hablaba de Alonso como la réplica de Ayrton Senna, y la prensa especializada no dudaba de calificar al español como futuro campeón. Por ello, Briatore no le dejó escapar y le fichó con un contrato a largo plazo, cinco años, para Renault, pero no estaba dispuesto a que su “joyita” se estropease al inicio, así que le cedió un año a Minardi, para que se desfogase y palpase lo que es la Fórmula Uno.
El viernes de ese fin de semana, el Circuito de Albert Park vio llegar al piloto más joven de esa carrera, y el tercero más joven de todos los tiempos. Fernando Alonso llegaba con menos de treinta carreras en monoplazas. Por no tener, no tenía en su haber ni un solo ensayo de pit-stop. A lo más que había llegado con ese coche que se disponía a conducir, fue unas pruebas en la pista del aeródromo de Vairano. Por si eso fuera poco, el monoplaza montaba un propulsor con tres años de antigüedad, y apenas montado una semana antes de llegar a Melborune. En esa carrera, además de Alonso, había otros tres novatos: Raikkonen, Montoya y Bernoldi. De estos cuatro, sólo Raikkonen logró un título mundial, siendo superado por el español con dos. Las estrellas eran otras, como Michael Schumacher, Mika Hakkinen, Giabncarlo Fisichella, por citar alguno.
Fernando Alonso asombró a todos colocando en decimonovena posición el coche para la parrilla de salida, la que iba a ser su primera salida. Y en su primera carrera dejó a todos con la boca abierta: no sólo acabó la carrera (algo impensable con ese coche) sino que se permitió el lujo de acabar duodécimo. En pista, antes de salir, recibía el abrazo y cariño de Joan Viladelprat, y de Joaquín Verdegay, comisario de F1. Y Marc Gené, por aquel entonces probador de BMW abrazaba a Alonso deseándole suerte.
Pero la suerte no le hizo falta al jovencísimo debutante español: durante hora y media, Alonso se divirtió con el Minardi número 20, y dejó con el corazón en un puño a su Escudería Minardi y a su patrono Briatore que no cabía en sí de gozo: se encontraba ante un verdadero genio del volante. La primera vuelta, la más complicada. “Lo más difícil ha sido la primera vuelta, porque se hacen tres hileras de coches y hay que saber cuál es la buena», diría después el asturiano. Alonso, incluso tuvo también su primera sanción: un Stop and Go de 10 segundos por exceso de velocidad en la calle de boxes, pequeño borrón de principiante. Alonso lo relató así: «No se me olvidó darle al botón [limitador de velocidad], las luces [de aviso] estaban encendidas, pero el coche corría mucho». Nunca más le ha ocurrido. La consigna inicial de carrera era clara: no cometer errores e intentar acabar la carrera. Era lo que quería el flamante dueño de la Escudería, el magnate Paul Stoddart. Y era lo que pretendía Fernando Alonso, quien afrontaba los últimos giros de los 58 de la carrera, con su mente puesta en acabar. «No tenía nada que conservar en el coche. Si se rompía, se rompía. He ido tan rápido como he podido», dijo después el español.
En esa carrera, hubo dos grandes accidentes, de Villeneuve y Ralf Schumacher, lo que no inmutó al español que tuvo los nervios de acero para acabar la carrera, siendo el mejor de los equipos mediocres de la parrilla. Para sorpresa de todos, pero no para él. Terminada la carrera, el protagonista no parecía el ganador, Michael Schumacher, sino Fernando Alonso. La prensa se preguntaba, incrédula, cómo era posible acabar en 12º puesto un novato, sin ninguna experiencia previa, y con el peor coche de la parrilla. Alonso había rodado a ritmo de los Arrows y los Jaguar. El propio Fernando Alonso resumió lo sucedido con una frase célebre que ya ha pasado a la historia: «Si me doblaron en igualdad de condiciones, me hubiera bajado, pero me han doblado otros coches, no otros pilotos».
A los dos años, 2003, llegó la primera victoria (Circuito de Hungaroring-Hungría), el más joven en conseguirlo. Previamente ya había batido el record de precocidad en conseguir la pole, y su primer podio, siendo en ambos casos el más joven en conseguirlo. A partir de aquí, Fernando Alonso ha completado un palmarés increíble, que se resume en:
– 2 Campeonatos del Mundo (2005 y 2006)
– 158 Grandes Premios disputados
– 26 victorias
– 63 podios
– 829 puntos en la historia del Mundial
– Piloto de cuatro escuderías: Minardi, Renault, McLaren y la actual Ferrari.
Si hacemos una clasificación de 10 años de carreras, los datos son demoledores a favor de Alonso:
– 1º piloto en el ranking de puntos (aunque ahora se dan más puntos que antes)
– 4º piloto en el ranking de podios
– 5º piloto en el ranking de victorias
– 6º piloto en el ranking de poles
4 de marzo de 2011: 10 años después, Fernando Alonso está a punto de comenzar un nuevo año en la Fórmula Uno. Su segunda temporada con Ferrari. Tiene 29 años, y a esa edad, su máximo rival en títulos, Schumacher, tenía 2 mundiales, como él. Mientras el alemán tardó 5 años en ganar su primer título con Ferrari (el tercero de su carrera), Alonso se encuentra a las puertas de comenzar su segundo año. En su debut con La Scuderia, fue Subcampeón del Mundo. ¿Lo logrará este año?. ¿Conseguirá su Tercer Título?, ¿conseguirá agrandar su leyenda como piloto?. Pronto empezaremos a verlo, la fiesta está a punto de empezar, el 27 de marzo próximo.
Pero a la espera de comenzar una nueva aventura, con el rugido de los monoplazas sobre el asfalto de Albert Park (Australia) -después de la suspensión de la primera carrera en Bahrein (Circuito de Sakhir)-, sólo me resta conmemorar estos 10 años de historia del automovilismo español con un GRACIAS, FERNANDO ALONSO, por lo que nos has dado este tiempo, y por lo que a buen seguro, nos darás. Pero aunque sólo sea lo conseguido hasta ahora, ya es mucho.