El departamento jurídico de CONEPA (Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción), ante la prohibición expresa que hace la reforma de la Ley de Tráfico de utilizar mecanismos de detección de radares o cinemómetros, considerando asimismo ilegal su comercialización, aconseja a los talleres no montar estos inhibidores de radar, ya que al valorar la nueva normativa de la Ley, y aunque ésta no lo especifique expresamente, no tiene sentido montar algo cuya utilización está fuera de la Ley, que además hace referencia expresa a la prohibición de comercializar tales dispositivos. Quedan excluidos de la nueva normativa los mecanismos de aviso (avisadores y navegadores) que informan de la posición de los sistemas de vigilancia del tráfico que, por otra parte, al estar fijos y anunciados en su mayoría en las carreteras no tiene ningún sentido prohibirlos.
Y como a nadie se le oculta el importante objetivo que también tienen los radares de tráfico, que no es otro que el de recaudar, la DGT ha cambiado su política de actuación y ahora sólo comprará radares móviles, a los que situará preferentemente en las carreteras convencionales, no en autovías y autopistas. La nueva estrategia empezó a practicarse el año pasado, lo que ayudó a reducir el número de muertes, aunque también hizo descender las denuncias en casi medio millón, hasta los cuatro millones, por el menor tránsito que tienen estas carreteras, pero también se recauda más en ellas por el tipo de infracciones. Al final vemos que todo se compensa si se usa la inteligencia y la DGT se olvida de las ocurrencias.