El parabrisas: pantalla al futuro

3 mayo, 2020
J. FERNÁNDEZ

En el coche autónomo del futuro los pasajeros dejarán la conducción al propio vehículo, dando paso a la realización de otras actividades durante los trayectos. En este coche del futuro, el parabrisas tomará mucho protagonismo al servir de pantalla para múltiples funciones del sistema de infoentreteniemiento. El especialista Carglass, líder en España en reparación y sustitución de lunas de vehículos, nos adelanta los avances que supondrán este tipo de tecnología aplicada al vidrio.

Los desplazamientos nos permitirán trabajar, acceder a contenidos multimedia, chatear o cualquier otra actividad que sustituya a la conducción en sí. Según datos de la OICA (Organización Internacional de Constructores de Automóviles), hay más de 1.200 millones de coches circulando en todo el mundo, con una ocupación media de 1,55 personas, una velocidad media de 40 km/h y 24 billones de km recorridos que suponen unos 9,3 billones de horas durante todo el año. Esto supone mucho tiempo, que en el futuro podría emplearse en otras actividades en lugar de conducir. Lo que no sabemos es si estos datos tienen en cuenta el posible cambio en la dinámica de trabajo que pueda producir la situación actual, con la posibilidad de un aumento sustancial del teletrabajo, lo que supondría una reducción drástica del tráfico en las carreteras.

El parabrisas tendrá mucha más importancia

Según Christoph Keese, vicepresidente de Axel Springer, “el modelo de negocio de la industria del automóvil va a cambiar por completo y el parabrisas va a convertirse en la parte más importante del coche”. La Dra. Gwen Daniel, de Belron Technical, también señala que no solo el parabrisas podría ser usado como pantalla de los sistemas de entretenimiento, sino que las ventanillas laterales podrían cumplir la misma función, permitiendo a los pasajeros traseros acceder a funciones y contenido por separado. Estamos hablando de acciones como las de la película Minority Report, donde se interactúa con pantallas de vidrio.

El Volvo 360c concept es capaz de conducirse solo al 100% y permite operar a través de su superficie acristalada

Sin ir más lejos la empresa Apple ya tiene algunas patentes en las que se anuncia que se podrían realizar llamadas a través de Facetime entre dos coches autónomos.

El parabrisas también tendrá que tener diferentes grados de opacidad. Si queremos conducir o ver el paisaje el cristal se volverá transparente, aumentado la opacidad si solo queremos mostrar algunos gráficos, y totalmente opaco si queremos ver una película. También se están desarrollando gráficos en tres dimensiones que facilitan la comprensión de la información cuando conducimos. Esto se puede ver en la instrumentación de algunos modelos de alta gama, siendo los Peugeot 208 y 2008 los primeros en introducirlo en el cuadro de instrumentos.

Un futuro de ciencia ficción, ya cercano

Año 2025, un conductor se sienta en el asiento de su coche y tras pronunciar la palabra «Arranque», despierta el sistema de reconocimiento de voz basado en la inteligencia artificial, activando el encendido del coche eléctrico. En ese momento, las células fotovoltaicas del techo comienzan a nutrirse de rayos solares, mientras que el vidrio de las ventanillas traseras se oscurece para evitar el deslumbramiento y ayudar a controlar la temperatura del interior. Pantallas de realidad aumentada surgen en el parabrisas y el vehículo se comunica «on line» con otros coches (Car2X) para intercambiar información de posición, desplazamiento y destino a través de la nube, apareciendo en el parabrisas las flechas de indicación del navegador.

A 50 metros, un peatón empieza a cruzar la calle y los sensores de seguimiento ocular en el parabrisas lo advierten mediante un icono parpadeante en la pantalla, empezando el coche a frenar suavemente. Al mismo tiempo, controles biométricos comprueban el pulso y los niveles de adrenalina del conductor para asegurar sus niveles de estrés y analiza si debe sugerir una parada de recuperación. Al incorporarse a la autopista, el control de conducción autónoma entra en funcionamiento, permitiendo al conductor relajarse los próximos 50 km al no tener que controlar la carretera. Pronuncia la palabra «entretenimiento» y su parabrisas se oscurece y se proyecta en él su programa favorito, que acaba de ser interrumpido por una videollamada entrante de su mujer. Estamos ante una visión del futuro cercano de lo que el parabrisas inteligente podrá intervenir en la ya cercana revolución de la conducción.

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