Como cazador que soy he tenido casi siempre un vehículo todo terreno diesel: primero un Patrol, luego un RAV4 y ahora un Qashqai (del que no estoy demasiado contento, pese a ser al que menos km le he hecho, 140.000), que pienso cambiar después del verano. Soy un fan de la fiabilidad nipona, por eso mi elección está entre el Mazda CX-5 y el nuevo Toyota RAV4, para un presupuesto de unos 30.000 euros. ¿Con cuál de los dos se quedarían suponiendo que logre el mismo precio?
Ramón Torres (Madrid)
Respuesta.–Damos por sentado que sería también con tracción 4×4 y diesel, como los modelos que ha tenido hasta la fecha. Nos dice también que lo compraría nuevo, aprovechando la relativamente alta cotización de su Qashqai, y que buscaría igualar su precio (lo que significa lograr las mejores condiciones posibles con el CX-5, un poquito más caro). Pues bien, en esas condiciones nos inclinamos por el Mazda, que en su versión 2.2d de 150 CV resulta particularmente brillante y equilibrado. El Toyota es muy similar, aunque quizá un poco más amplio: el maletero es prácticamente el mismo, pero la respuesta dinámica del CX-5 está entre las mejores de su clase, gastando lo mismo o menos que el RAV4, cuyo motor da 25 CV menos en un coche que pesa 60 kg más, lo que al final se nota en consumos y prestaciones. Nos dice que su uso básico es en asfalto, pero que también se mete por caminos forestales y pistas de tierra, sobre todo en invierno y en temporada de caza, y que hasta ahora ha logrado mayor interés en la oferta de venta (en Madrid) del concesionario Mazda que en la del de Toyota. De modo que, ante este panorama, nos parece que la opción del CX-5 surge como la más atractiva para el presupuesto que se ha fijado de 30.000 euros como máximo, sobre todo si como nos dice su precio final en el nivel Style se le queda más de dos mil euros menos…
