Estoy preparando el relevo de mi Citroën Xsara HDI con más de 10 años y casi 180.000 km y he decidido volver a pasarme a la gasolina. Como cada vez hago menos kms (12.000 al año), en vista de cómo están los precios de los combustibles y dada la mínima diferencia actual de precio entre gasolina y gasóleo, junto al menor consumo de los nuevos motores turbo de gasolina e inyección directa, creo que mi razonamiento es del todo válido. En realidad mi duda estriba en si será un 4 cilindros (el 1.2 TSI de VW, en el Skoda Octavia o Fabia Combi) o un 3 cilindros (el 1.0 Ecoboost de Ford en el Focus). Pero me gustaría saber si de cara al futuro cercano la tendencia dominante va a ser más el diesel o la gasolina, y sobre todo si va a crecer la oferta de gasolina o la de gas-oil (con su correspondiente repercusión en el precio de cada uno).
Antonio Jiménez (Madrid, c. electrónico)
Respuesta.–Desde luego nos parece una opción muy válida y razonable. Tanto el 1.2 TSI de 105 CV como el 1.0 Ecoboost de 125 CV proporcionan un rendimiento soberbio para su cilindrada (en especial el último) y desde luego pueden rivalizar con un diesel 1.6, como es su intención (y desde luego, con su actual Xsara HDI, que como mínimo es un dos litros), máxime si su estilo de conducción no es muy exigente.
Sobre el futuro de los combustibles, la verdad es tanto el diesel como la gasolina tienen vida para bastantes años, esta última asociada cada vez a las motorizaciones híbridas, cuya fiabilidad será cada vez mayor (ya lo son, de hecho). El hecho de que nuestro parque sea uno de los más dieselizados de Europa también debe contribuir a que la gasolina recupere cuota de mercado, lo lógico sería que en lugar del actual 75/25 a favor del diesel estuviéramos en un 60/40, pero en realidad estamos cosechando lo que se sembró hace un par de décadas, y entonces la moda era el diesel. De todos modos, con los precios casi iguales entre gasóleo y gasolina y los nuevos motores de inyección directa de esta última, lo lógico es que la gasolina crezca más, aunque no hay que engañarse: a igualdad de rendimiento, siempre gastará menos un diesel, aunque las nuevas penalizaciones (filtros de partículas, catalizadores de nitrógeno, etc) reduzcan cada vez más su ventaja, ya que los precios de los coches diesel tienden a ser más caros. Según un reciente informe de KPMG los constructores de automóviles volverán a invertir mayoritariamente en vehículos de gasolina hasta 2018, seguidos de los híbridos enchufables. La reducción de consumo de estos motores es la principal razón del cambio, ya que el factor consumo es el más importante en la decisión de compra (el 92%).