Como era de esperar, el juzgado de Stuttgart que llevaba la demanda contra el famoso expresidente de Porsche, Wendelin Wiedekin y su vicepresidente de finanzas, Holger Haerter ha desestimado la misma. Dicha demanda fue puesta en 2012 por “presunta manipulación para alterar los valores en Bolsa de la empresa por hacerse con el control del Grupo Volkswagen”. Este curioso caso que sorprendió al mundo financiero y de los negocios, ya que el pez chico (Porsche) se comía al muchísimo más grande (Volkswagen), cuyas deudas lastraban su valor a la vez que potenciaban los grandes beneficios que por aquellas fechas obtenía Porsche, tenía involucrados por su protagonismo en el accionariado y los consejos de administración de las citadas compañías a los descendientes de las dos ramas de la familia del ingeniero austriaco Ferdinand Porsche (1875-1951), las de sus hijos (Ferdinand Anton -apodado Ferry- y Louisa, casada con el también ingeniero Anton Piëch que estuvo siempre unido al patriarca de la familia.
Y decimos “como era de esperar” puesto que ambos imputados en dicha demanda eran, al fin y al cabo, empleados de las familias Porsche y Piëch, que al final acordaron que sería Volkswagen la que absorbería bajo su paraguas empresarial a Porsche y no al revés, quedando los descendientes de estas familias más unidas que nunca al haber unido más sus intereses y potenciar sus beneficios como así ha sucedido.
