Pepe Valenciano
El pasado sábado 13 de julio tuvo lugar el II Rallysprint de Asfalto Ciudad de Chinchón. El Rallye estuvo marcado por el accidente y posterior incendio provocado por el coche de Ángel Domenech. Era la primera hora de la tarde, a las 14:24 horas cuando el tercer coche en pasar por la primera pasada del segundo tramo del II Rallysprint de Chinchón, tomó muy larga una curva en bajada a izquierdas, en el Tramo Cronometrado 1 en la zona de La Aldehuela, cuando el piloto Ángel Domenech, no pudo controlar su flamante coche Mitsubishi Lancer Evo, con tan mala fortuna que el coche salió volando hacia el campo lleno de matorral seco. El impacto fue duro, seco, brutal. Justo en ese punto no había guardarraíl por lo que el coche fue empujado con fuerza incontrolable hacia el pasto seco que abundaba fuera de la calzada. A escasos metros andaba por allí mi compañero y amigo, Director de www.motorhd.es, Jorge Gay, conocido como “Jorge Fotoracing”, quien junto a mí nos habíamos trasladado para cubrir el reportaje fotográfico del Rallye. Esta foto fue tomada por él cuando el coche de Domenech había perdido la trazada y se dirigía inexorablemente al campo. Instantes antes estábamos los dos colocados una curva más abajo, donde pudimos captar las bajadas de los dos primeros participantes, Daniel Marbán (Mitsubishi Lancer Evo) y José Marbán (Peugeot 206WRC), ambos del equipo “Escudería 1000 Lagos”. Una vez que éstos hicieron su pasada, Jorge Fotoracing pensó que quería una mejor instantánea de los siguientes coches, así que anduvo unos metros hacia arriba para encaramarse en la curva donde instantes después tenía lugar el accidente.
El momento del accidente cogió a Jorge Fotoracing con la cámara en mano siguiendo la trazada del Mitsubishi Lancer Evod e Domenech. El coche se abalanzó hacia Jorge quien tuvo que sortearlo corriendo, mirada atrás siguiendo la caída del coche. El polvo levantado por la caída tapó rápidamente parte de la escena. Finalmente, Jorge Fotoracing pudo evitar el impacto del coche por poco más de un metro. Momentos de pánico para el público y para mí mismo que asistía atónito a la dantesca escena del accidente y posterior incendio. Tras el impacto, los pilotos pudieron salir rápidamente y en principio todo parecía un gran susto, sin más. Tanto es así que intentaron en vano arrancar de nuevo el coche. Los que estaban cerca, entre ellos el propio Jorge Fotoracing, se apresuraron a prestar ayuda a los pilotos. El coche todavía no ardía, pero era cuestión de segundos. Pero en su decisión de arrancar de nuevo el coche no pensaron en dos factores: la alta temperatura en el campo donde estaba el coche, más de 40º desde luego, y la altísima temperatura de los escapes del vehículo postrado sobre maleza seca. Un cócktail explosivo que irremediablemente causó un fuego inmediato. De repente, cuando todavía no había pasado un minuto del accidente, empezó a salir humo, y rápidamente una llama de fuego. El piloto y copiloto intentaron en vano apagar el fuego con el mini extintor que nada pudo hacer para calmar unas llamas que pronto se avivaron y cubrieron no sólo el coche sino un perímetro alrededor de un fuego que se hacía grande por momentos.
Al cabo de bastante rato, unos 20 minutos que se hicieron eternos, en concreto llegaron a las 14:46, aparecieron los bomberos de una dotación forestal, Incendios Forestales de la Comunidad de Madrid. Antes ya estaban los efectivos de la Guardia Civil. Se desplazaron dos unidades terrestres con unos 10 bomberos que empezaron a achicar el fuego con agua a las 14:50. Y ciertamente la imagen que dieron no fue precisamente la cabría esperar de unos especialistas en extinción de incendios (se supone que lo son). Nervios y discusiones entre ellos, gritos de “así no se puede trabajar”, bomberos tropezándose y cayéndose al suelo mientras tiraban de la manguera. En fin, una escena más propia de una película de los Hermanos Marx. Afortunadamente para todos, los bomberos se hicieron con el fuego, controlaron la situación y pudieron hacer bien su trabajo con la ayuda del viento que no cambió de dirección y siguió empujando el fuego hacia arriba, hacia la carretera que hacía de cortafuegos, lo que permitió que los bomberos apagasen el fuego principal, porque en la parte de arriba cercana a la curva donde derivó el coche seguía un foco vivo. A las tres de la tarde, abandonábamos el lugar dirigiéndonos carretera abajo para recoger nuestros vehículos y trasladarnos al tramo de Tielmes, dado que este de La Aldehuela se suspendía tanto el primero como su segunda pasada (el TC3). En el lugar siguieron los bomberos, ya apoyados desde el aire por una unidad aérea que recogía agua para limpiar bien la zona.
Hasta aquí el relato de los hechos. Ahora toca el análisis profundizando en el objeto de este artículo, o sea, la osadía y valentía mostrada por un fotógrafo ejerciendo lo que más le gusta: tomar imágenes de rallyes. Un fotógrafo se jugó la vida intentando captar ese momento mágico, la mejor foto posible. En realidad pudo ser cualquiera, yo mismo que estaba a escasos 50 metros de él y que me quedé en mi sitio inicial. Un fotógrafo pudo ser arrollado en el ejercicio de su actividad, de su profesión, de su pasión. Es el momento de dignificar la profesión de quienes nos dedicamos a contar cosas con imágenes, en especial de eventos deportivos de riesgo Sí, el fotógrafo es un contador de cosas mediante imágenes. Muchas veces somos denostados, se nos ponen trabas para llevar a cabo nuestra misión, y desgraciadamente vivimos en un mundo donde la fotografía parece al alcance de cualquiera con las cámaras digitales, con lo que esto conlleva, o sea, minusvalorar lo que hacemos.
Jorge salió ileso esta vez (eso sí, con un gran susto que le duró al pobre toda la tarde). Mostró arrojo y valor para conseguir la mejor foto. ¿Merece la pena?. Desde luego que sí, es nuestra obligación: obtener la mejor imagen para contar lo que vemos a través del objetivo de la mejor forma posible Y es nuestra pasión. Lo que debe ser motivo de reflexión es que, el que ve las imágenes publicadas ha de pensar que alguien se la juega para conseguir esa imagen espectacular. El riesgo existe, desde luego. Y nadie quiere traspasarlo. El problema es que no sabemos dónde está el límite. Pero lo buscamos y lo seguiremos buscando para seguir contando las cosas que vemos y que nos apasiona contar: en este caso, una competición deportiva. Tampoco está en nuestra mano dominar el factor suerte, o sea, que un coche salga despedido en una zona en la que se supone que eso no suele ocurrir, ni tan siquiera es predecible. Aún así los que estamos en esto no debemos olvidar que depende de nosotros usar la cabeza (y no tanto el corazón) y saber decir en un determinado momento: “ahí no me pongo”.
Por lo que respecta al desarrollo del Rallye, éste tuvo lugar entre las poblaciones de Tielmes y La Aldehuela, quedando en medio Chinchón. Se corrieron los tres tramos cronometrados de Tielmes y uno de La Aldehuela, por los motivos ya expuestos. EL Rally tuvo lugar bajo un sol de justicia. Las verificaciones previas se hicieron por la mañana y los coches formaron en la Plaza de Chinchón para tomar la salida a las 14:00. El II Rallysprint de Asfalto Ciudad de Chinchón, lo ganó Daniel Marbán-Víctor Ferrero (Mitsubishi Lancer Evo X); en segunda posición quedó Isaac Vera – Francisco Javier Pavón (Mitsubishi Evo IX); el podio lo completaba Jesús García – Isaac Ramírez (Porsche 911 GT3).
(FOTOS: Pepe Valenciano)