La pintura del automóvil cumple mucho más que un papel estético, ya que al evitar su deterioro evitamos también la posible corrosión, sobre todo si estamos en zonas costeras.
Aunque en buena parte de la geografía española las temperaturas aún son favorables, los cambios e inestabilidad que acompañan al otoño comienzan a dejarse notar. CertifiedFirst, la red de talleres especializados en chapa y pintura, ofrece cinco sencillos consejos a los automovilistas para cuidar el coche en esta época cambiante del año y que la inestabilidad no afecte a su apariencia exterior:
1. Ten cuidado con la humedad. En otoño, las temperaturas tienden a bajar considerablemente por la noche, y pronto llegarán las primeras heladas. La humedad en sí misma no es perjudicial, pero sí puede ser fuente de corrosión si la pintura del coche no se encuentra en buen estado.
Si la superficie del automóvil presenta arañazos, abolladuras u otros defectos que afectan a la pintura y dejan desprotegida la carrocería, por pequeños que sean, corremos el riesgo de que la humedad del otoño y el invierno agraven el problema.
2. Retira las hojas secas. Las hojas secas que caen de los árboles y se acumulan en el suelo ofrecen una de las estampas prototípicas de esta estación. Pero más allá de esta bucólica imagen, pueden ser también un foco de corrosión. No dejes que se acumulen mucho tiempo en la superficie de tu automóvil.
3. Evita estacionar bajo un árbol. Cuando el sol aprieta en verano, puede ser una buena idea para proteger la pintura del automóvil de los rayos ultravioleta. Sin embargo, en otoño, con el riesgo de tormentas y viento, es mejor evitarlo. De este modo, prevendremos, además de la acumulación de hojas antes mencionada, sustos en forma de ramas que se precipitan sobre la carrocería del coche y el desprendimiento de otros objetos. Incluimos en este capítulo las deposiciones de los posibles inquilinos de los árboles, hay que recordar que son altamente corrosivas. Aunque en otoño no se secarán tan rápido como en verano, hay que retirarlas cuanto antes.
¿Cómo? Colocando un trapo húmedo sobre ellas para ablandarlas y retirarlas posteriormente sin arañar la carrocería. Mejor si es con una bayeta de microfibra o similar.
4. Precaución con las lluvia. Contrariamente a lo que los automovilistas más optimistas puedan pensar, las lluvias que en esta época comienzan a ser más frecuentes no ayudan a limpiar el coche. Todo lo contrario, contribuirán a ensuciar su superficie. Y el problema se agrava cuando la lluvia nos sorprende conduciendo. Sobre todo si lo hacemos detrás de un vehículo pesado, cuyas ruedas traseras lanzarán, junto al agua que se acumula en la calzada, grasa, barro y piedrecitas que no harán ningún favor a la pintura de tu coche.
5. Lava el coche con frecuencia. Que la falta de luz no nos haga pensar que ha dejado de ser importante mantener limpia la carrocería del coche. La pintura lo agradecerá. Pero hay que hacerlo como es debido: usando productos adecuados. Si es posible, será mejor elegir un lavado a mano y evitar frotar las posibles manchas directamente sin haber eliminado antes el polvo y la suciedad con abundante agua. Si, por el contrario, el lavado se hace usando sistemas de limpieza a alta presión, precaución. Lo más recomendable es no dirigir directamente, y a escasa distancia, el chorro sobre las juntas de la carrocería, tomas de aire o posibles defectos de la pintura.
Revisa el estado de la pintura y la carrocería.- El correcto mantenimiento exterior del coche en otoño debería partir de una primera inspección visual del estado de su pintura. Con el cambio de estación, es recomendable revisar el estado de la carrocería en busca de esas pequeñas imperfecciones que pueden pasar desapercibidas a simple vista. Su detección y reparación es imprescindible para evitar mayores problemas en el exterior del automóvil.