Al acecho de las marcas premium
La gama DS5 nos permite acceder a una serie de vehículos ciertamente sofisticados, con una excelente presentación, originalidad en su estilo y una calidad fuera de críticas. A esta versión HDI de 163 CV únicamente le falta mejorar su dinamismo.
Este DS nacido en 2012 y ahora engalanado con esta serie especial Faubourg Addict podría considerarse como un anticipo de la futura marca “premium”.
• Buen acabado
• Calidad materiales
• Equipamiento alto
• Comportamiento noble
• Maletero amplio
• Precio/Equipamiento
• Potencia justa
• Suspensión dura
• Peso alto

Apenas pronunciadas las iniciales míticas, no hay duda de que suscitan interés y curiosidad, incluso pasión para los más veteranos y, aunque en principio, no vemos su unión con el icono original, el proyecto tiene 4 años para afianzarse. El DS5 tiene una línea muy original, poco vista, tanto por su diseño como por los adornos que se extienden a todo su perímetro y, sobre todo, puede presumir de un aspecto que, al margen de la marca a la que representa, no deja ninguna duda que estamos ante un vehículo tocado con generosidad por la varita del lujo y el refinamiento.
El frontal, los adornos cromados, la zona trasera de la carrocería, el enorme techo de cristal decorado con los anagramas DS, lo mismo que los espejos retrovisores externos, las especiales llantas de aleación de 18” en color negro brillante o el alerón trasero, le proporcionan un plus de originalidad que llama la atención.

Buena presencia y alto equipamiento.– Si por fuera resulta personal y llamativo con su pintura especial tono berenjena denominada Whisper, el interior nos guarda enormes sorpresas. Cuando abrimos las puertas y nos sentamos en el puesto de conducción, la impresión que nos produce sube de tono. Los enormes y cómodos asientos tapizados en cuero (opcional). La instrumentación y el volante que se sitúa frente al conductor, la enorme consola central y los mandos situados en el techo, nos proporcionan la impresión de estar ante un cruce entre un vehículo convencional y un representante de la industria aeronáutica.
Los materiales de gran calidad acompañan al conjunto, con plásticos blandos, ajustes perfectos y unos interruptores y mandos originales y sólidos. La habitabilidad también es suficiente, destacando el espacio que disfrutan en las plazas posteriores, sobre todo en la medida de longitud para las piernas. Lo mismo sucede con su maletero, lógicamente ampliable abatiendo los asientos traseros, pero que de base ya nos ofrece unos más que correctos 468 litros.

A nivel de equipamiento esta versión Faubourg Addict que añade los detalles estéticos antes mencionados sobre el acabado Sport, se caracteriza por una enorme generosidad en todos los aspectos. Además de la profusión de cromados que le dan un aspecto más deportivo y de otros detalles bastante exclusivos de seguridad y dignos de berlinas de lujo a la francesa, encontramos la representación de la velocidad en una pantalla (head-up display) sobre el salpicadero, las ayudas de aparcamiento con cámara incluida, los faros de Xenón y también autodireccionales, el arranque con manos libres, el navegador con cámara de 7 pulgadas o el sistema de arranque en pendientes, entre otros. Luego podemos enriquecerlo con diversos paquetes, entre los que destacamos el pack seguridad, que nos permite añadir por 515 euros adicionales el sistema de alerta de cambio involuntario de carril y los faros inteligentes con cambio automático cortas largas.
La postura de conducción es excelente y muy confortable los asientos delanteros, mientras que también el cambio automático destaca por su buen funcionamiento, pero hay detalles a mejorar: le faltan huecos en donde vaciar los bolsillos o dejar incluso la documentación, que no cabe en la guantera principal, los mandos de la radio son excesivamente pequeños y el volante tiene una forma achatada en su zona inferior bastante exagerada, resultando muy deportivo y estético, pero algo incómodo cuando hacemos maniobras.
Lujo en movimiento.– En cuanto a su motor de gasóleo, se trata del cuatro cilindros de 1.997 cc (85 x 87 mm), con una relación de compresión de 16 a 1 para conseguir una potencia de 163 CV a 3.750 rpm, ayudado por un turbocompresor, y obteniendo un par máximo de 34,6 mkg constantes entre 2.000 y 3.000 rpm que, a priori, pudieran parecer suficientes y de hecho lo son para mantener buenos cruceros en ruta, pero a los que notamos faltos del empuje necesario al acelerar. Una situación a la que contribuye los 1.615 kg que el coche pesa sin pasajeros y eso lastra a cualquiera. La velocidad máxima ronda los 200 km/h (198), lejos de los 212 oficiales de la marca. La nueva motorización de 180 CV que ya está disponible seguro que mejora estas sensaciones.
El confort de marcha de esta versión con la suspensión metálica convencional, queda un punto por detrás de lo esperable en un coche que pretende la categoría de premium. Va un poco duro y la amortiguación debería absorber mejor los baches e irregularidades del asfalto, aspecto este que Citroën corregirá con la nueva suspensión que tiene preparada y estrenará junto con el motor de 180 CV.
Salvo esa ligera falta de prestación, debemos afirmar que el bastidor sorprende por su agarre y enorme agilidad en todo tipo de trazados. En cualquier viraje, pero sobre todo en las curvas amplias y rápidas de autovía o autopista, el DS5 apoya rápidamente y no se mueve un ápice. Además, cuando nos movemos por carreteras viradas, el tren delantero muestra un agarre excepcional para un coche de su arquitectura, que penaliza este tren con buena parte del peso total del vehículo.
Pese a su buen cambio automático de 6 velocidades, aunque siempre este tipo de transmisión penaliza ligeramente los consumos, las cifras no son muy positivas, pero tampoco merecen criticas exacerbadas. Una media en ciudad de de 8,5 litros es más o menos lo habitual, pero en carretera, situarnos en los optimistas 5,1 litros de la casa será prácticamente imposible, aunque podemos ver los 7 litros en un promedio 90-100 km/h y los 8,2 en el promedio 120-130 km/h.
Su precio de 36.610 euros (descuentos incluidos) está muy ajustado, si tenemos en cuenta su generosa dotación. Cualquiera de los rivales premium con los que comparemos, igualando equipamiento, supera con creces esta cifra, aunque también ofrecen algo más de potencia y una suspensión más confortable que son las dos lagunas importantes de este Citroën DS5 HDi 160, fácilmente subsanables con la versión de 180 CV.