Ensayo de berlina premium
Bajo el nombre de “CXperience” -un guiño al CX de 1974- Citroën representa un ensayo de gran berlina de lujo futurista, con una silueta innovadora que rompe con lo establecido, pero con elementos que bien podría significar una nueva estrategia en la ofensiva de la marca.

Creación estilística y técnica de posibles nuevos modelos de la marca, este CXperience mide 4,85 m de largo por 2 m de ancho y sólo 1,37 m de ancho. Es una gran berlina 5 puertas, con carrocería dos volúmenes desarrollada sobre una plataforma de 3 m de batalla, lo que sitúa sus ruedas en las 4 esquinas del coche (un poco como en el legendario “tiburón” ID/DS, que tenía 3,04 m de batalla para 4,87 m de largo).
Hay en él elementos “neorretro” junto a otros futuristas, desde el volante monobrazo a la apertura enfrentada de puertas, sin pilares centrales, que libera un acceso excelente a sus dos filas de asientos, y su diseño ha sido obra de un nuevo equipo de la marca concentrado en el nuevo estudio de diseño de Vélizy, cerca de París. Una señal que quizá pueda interpretarse como un futuro sucesor del C5, como modelo aparte de su heredero SUV. En todo caso, un modelo del segmento D respetando las claves tradicionales de la marca; diseño de carrocería 5 puertas, máximo confort y soluciones dinámicas futuristas.
¿Hacia un alto de gama?.- En todo caso se ha buscado una carrocería “hachtbackh” dos volúmenes con portón trasero, siguiendo la pauta que marcaron en su día los CX y XM. Su frontal es espectacular, pero muy elegante y nada barroco, con una fina parrilla central de dos lamas cromadas con el doble galón (“chevron”) de la marca, que en sus bordes se bifurcan, pero sin quedar enmarcada por los faros, que se sitúan más abajo, en las esquinas, en dos bloques triangulares con tres grupos de lámparas de diodos. Detrás, la corta zaga se ve flanqueada por dos zonas triangulares de fondo oscuro bajo los grupos ópticos horizontales, que enmarcan un portón mayor de lo que parece a primera vista, con dos perfiles diagonales.
Además del volante monobrazo (muy ancho, actuando en realidad como dos brazos, con el núcleo fijo) y su diseño más bien cuadrangular, hay otro guiño al CX, como el ligero diseño cóncavo de la luneta trasera. No hay espejos retrovisores, sustituidos por cámaras capaces de ofrecer una visión a 360º y el cuadro está formado por una gran pantalla digital central flotante de 19” en formato 16/3, que puede dividirse en dos y hasta en tres para que el acompañante disponga también de una zona de información propia.

Los 4 asientos tipo butacón están tapizados en amarillo limón con una malla textil acolchada con insertos de madera de nogal claro en los respaldos, lo mismo que en el salpicadero, y como en el nuevo Citroën C3, también dispone del sistema Connected CAM: una serie de cámaras graban lo que sucede en el exterior del coche, y permiten compartirlo en redes sociales.
Suspensión con control electrónico.- En cuanto al chasis, y aparte del desafío que supone realizar una berlina de 3 m de batalla con apertura de puertas enfrentada (de cara a mantener la máxima rigidez a la torsión del bastidor), apertura que dudamos se mantenga si este “concept” (o sus derivados) se llega a plasmar en realidad comercial, sorprende que Citroën haya renunciado para un alto de gama como éste a la suspensión hidroneumática, que forma parte de sus señas de identidad.
Citroën afirma ofrecer una suspensión controlada electrónicamente que promete niveles de confort y dinamismo dignos de la marca. Todo apunta a un sofisticado sistema de amortiguación variable, que podría contar hasta con variación de altura a base de amortiguadores de doble cámara (bitubo) interconectados y sin barras estabilizadoras, sustituidas por la acción interconectada conjunta.

En todo caso la aerodinámica sí se ha cuidado mucho, buscando la mínima resistencia al avance (también presente en sus enormes ruedas con llantas de 22” de diámetro), a base de elementos activos móviles en la carrocería (que se pliegan o despliegan según las necesidades, caso de los deflectores delanteros en las esquinas de las tomas de aire, o del pequeño alerón posterior encastrado bajo la luneta). También influye mucho el carenado total de bajos y las minicámaras que actúan de espejos retrovisores.
Híbrido enchufable de gasolina.- Finalmente el apartado motriz se ha resuelto con un motor de gasolina con una potencia de entre 165 y 200 CV (Citroën no lo precisa), unido a un motor eléctrico de 80 kW (107 CV), lo que arroja una potencia combinada de unos 300 CV (todo depende de lo que se pierda en superposición de curvas). Con un cambio automático de 8 relaciones y gestión eléctrica, Citroën logra así un híbrido enchufable capaz de recorrer hasta 60 km en modo sólo eléctrico, gracias a un pequeño conjunto de baterías (situadas en la parte trasera, y se supone que de ion-litio, aunque Citroën no lo dice) con una alta capacidad de entrega (13 kW/h) y recarga, capaces de recargarse en dos horas y media a través de una cargador rápido de 6,6 kW y 32 amperios, o en menos de 5 horas a través de una toma normal doméstica.