Las autoridades chinas han anunciado que en 2014 no se podrán matricular más de 150.000 coches nuevos en Pekín, otorgándose los permisos por sorteo entre los compradores, como hasta ahora (el límite actual, vigente desde 2011, es de 240.000). Antes de establecerse estos límites, en Pekín se matriculaban en torno a los 850.000 coches al año. Las razones aducidas son la elevada contaminación de la capital china (por eso los modelos eléctricos o híbridos tendrán preferencia), aunque la asociación china de fabricantes de vehículos ha denunciado que el verdadero problema está en las elevadas emisiones de las centrales térmicas eléctricas (alimentadas con carbón, del que China es el máximo consumidor mundial). Otras tres ciudades chinas (Shanghai, Guangzou -Cantón- y Guiyang) tienen limitada la venta de coches a particulares.