De punta en blanco… y negro
Siguiendo la tradición de “versiones homenaje” que la elitista marca francoalemana (por su actual propietario, el grupo VW) inauguró con las llamadas “leyendas de Bugatti”, con tres variantes de su Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse, una dedicada al corredor Jean Pierre Wimille, otra a Jean Bugatti y la última al piloto italiano Meo Constantini, la marca alsaciana de Molsheim lanza otra “leyenda”, esta vez no en honor de un piloto sino de un artista, el pianista chino Lang Lang (no olvidemos hacia donde se dirigen las escasas ventas de este exclusivísimo superdeportivo). Presentado de nuevo en Oriente Medio (los anteriores lo fueron en el salón de Dubai, y este “Lang Lang” lo ha sido en el de Qatar, a finales de febrero).
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Como siempre, la plataforma y carrocería elegida es la del Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse (desde abril de 2013 el coche más rápido del mundo, con sus 408,84 km/h, récord homologado…, especialmente decorado en blanco y negro, con el emblema EB chapado en oro de 24 quilates. El interior juega con el contraste del negro piano lacado y el cuero blanco, luciendo los emblemas EB chapados en oro (excepto el de la caja posterior central, en negro piano sobre fondo blanco), la marca dorada de las 12 en punto en el aro del volante, o la escultura del elefante sobre sus patas traseras, obra del hermano de Ettore Bugatti, Rembrandt Bugatti, y, que utilizó el constructor en su homenaje sobre el tapón del radiador de su «Royale».
Por lo demás, nada que añadir a las prestaciones de este soberbio monstruo con su motor de 16 cilindros en W y 8 litros de cubicaje, con sus 1.200 CV y su inigualado par (a nivel mundial) de 153 mkg entre 3.000 y 5.000 rpm, capaz de propulsarle de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos… Salvo un detalle: su precio vuelve a batir un récord. 2.132.700 euros netos, por encima de los 2,28 millones del “Jean Bugatti”.