Lo mismo que ZF, Bosch también ha logrado incorporar a sus cambios automáticos secuenciales de 7 y 8 relaciones (los DSG del grupo VAG) con doble embrague la función de parada y arranque automático en detenciones (“Stop & Start”), mediante una distinta aplicación de esta función en cada cambio: en el de 8 marchas, un acumulador hidráulico alimenta la transmisión mediante presión hidráulica a motor parado, mientras que en la caja 7DT, una válvula de retención evita el giro en vacío del embrague. Bosch suministra este “Start & Stop” para cambios automáticos no sólo a Volkswagen y Audi (Passat y A8), sino también a Porsche (Panamera) y Fiat (500). Y tanto bajo el sistema de doble embrague como con el tradicional convertidor de par, aunque el problema que plantean los primeros al incorporar el “stop & start” es la falta de presión a motor parado para activar su accionamiento hidráulico.
Un cambio secuencial robotizado no pueden actuar a motor parado sobre los elementos que embragan y desembragan el motor e introducen las marchas. Y lo mismo pasa en los cambios de doble embrague, que no pueden transmitir el par motriz sin la bomba de aceite de la transmisión, un problema resuelto mediante un acumulador de presión (un pistón con un muelle, que se llena de aceite en marcha comprimiendo el muelle). Al arrancar el motor, el resorte devuelve este aceite (unos 10 cl) al circuito para alimentar los mandos de la transmisión necesarios para arrancar. Y tras 3,5 décimas de segundo tras el arranque del motor, el vehículo puede iniciar la marcha, lo que sin la ayuda del acumulador supondría casi un segundo.