Ahora, solo con techo duro retráctil
BMW renueva su roadster unificando las dos versiones del mismo, la descapotable y la coupé, en un modelo único con techo rígido escamoteable. Pese a ello, el nuevo Z4 mantiene sus señas de identidad «roadster» como estricto biplaza y su poderosa oferta motriz, de motores de 6 cilindros (aunque para este verano se esperan las versiones con 4, empezando por el 2 litros de 170 CV).
Para algunos esta transformación ha significado rendirse a la evidencia de cuál es la mejor fórmula para un descapotable moderno, aunque para otros supone una traición al espíritu «roadster» dándole la razón al concepto que su eterna rival, Mercedes, anticipó hace ya una década y media con el SLK. Pero lo cierto es que se trata de la solución más práctica y con mayor versatilidad para un deportivo cuyo precio final supera con creces los 40.000 euros.
La nueva disposición del techo rígido ha permitido un apreciable cambio en su fisonomía, aunque se mantenga básicamente su estética anterior. Con sólo dos partes, forma un arco pronunciado que mejora notablemente la estampa del anterior Z4 Coupé. Realizado en dos piezas de aluminio, se pliega y se despliega de forma totalmente automática en sólo 20 segundos. Plegado ocupa muy poco sitio (lo que se ve por el tamaño de la tapa) lo que ha permitido ampliar el volumen del maletero, que pasa a un máximo de 310 litros con el techo cerrado (muy notable para un dos plazas) y un mínimo de 180 con él plegado en su interior, volumen muy apreciable para un coche como éste.

Además hay un considerable vano transversal tras los asientos, lo que permite ampliar las posibilidades de carga comunicándolo con el maletero (hay un «kit» opcional para ello, con diversos huecos portaobjetos y bolsa de carga para objetos largos entre maletero y habitáculo; con él se puede llevar una bolsa de palos de golf o una pareja de esquís. Lástima que haya que pagarlo aparte). Tras los respaldos y muy cerca de los apoyacabezas, están los dos arcos antivuelco, fijos y pintados en gris plata o en el color de la carrocería, de marcada forma triangular y que no desentonan del conjunto. Además, entre ambos permiten desplegar y fijar una cortina cortavientos, para evitar los remolinos traseros a coche descapotado.
En cuanto a imagen, y aunque se respeta el diseño original, hay una cierta suavización de volúmenes, compensada por un discreto marcado de aristas (perfiles de capó que se proyectan hacia las puertas, perfil inferior de puertas, suave símil de falsas branquias laterales que alojan los intermitentes, perfiles de paragolpes, resalte de tapa del maletero, etc…).
El resultado es un coche muy bonito, deportivo y agresivo, pero muy equilibrado, con su largo capó como nota dominante y una zaga más suave y armoniosa que antes. Sus medidas crecen, con una longitud ahora de 4,24 m (antes 4,11) y una anchura de 1,79 (1 cm más). También sigue siendo muy bajo (1,29 m, 1 cm menos que antes), aunque dentro del habitáculo gana 0,5 cm de alto.
El bastidor, por su parte, no varía, con una batalla de 2,5 m, muy propia para un «roadster» aunque quizá habría merecido la pena alargarla un poco (5 ó 6 cm) para suavizar su comportamiento (al fin y al cabo los Serie 1 también miden 4,24 m y tienen una batalla mucho mayor, 2,66 m).

Por dentro, cuadro y consola se orientan ligeramente hacia el conductor, con una curiosa distribución central de mandos al salpicadero, bajo los aireadores. El acabado del mismo es bitono, con revestimientos oscuros de calidad combinados con insertos en blanco, color aluminio o madera. Además, este nuevo Z4 estrena el sistema de control de mandos iDrive (era el único BMW que no lo tenía) aunque afortunadamente —aquí sí— de forma opcional.
Con el iDrive se incluye el navegador (con pantalla de 8,8 pulgadas) y un sistema de audio con disco duro. Lo que ya no es opcional es la rueda de repuesto, ya que viene se serie forzosamente sin ella, montando neumáticos «run flat» en llantas de 17 pulgadas, algo que en este caso de cabrio-coupé con techo plegable resulta más comprensible.
En cuanto a motores, BMW ofrece por ahora tres de gasolina con 6 cilindros en línea (23i, 30i y 35i). El primero es el 2.5 litros con 204 CV y 25,5 mkg, con distribución Valvetronic y Doble Vanos, el segundo es el tres litros de 258 CV y 31,6 mkg de igual distribución, y el tercero es el 3.5 de doble turbo, con 306 CV y 40,8 mkg, con inyección directa de gasolina y cambio automático robotizado de 7 marchas y dos embragues (el del M3). Los otros dos montan cambio manual de 6 marchas o Steptronic también de 6 (con levas al volante). Por supuesto, los tres cumplen ya la norma Euro 5 (que entra en vigor este otoño). Y en cuanto a prestaciones, el 35i anuncia 250 km/h y 5,2 segundos en el 0-100 km/h, el 30i baja la aceleración a 5,8 segundos y el 23i a 6,6 en los mismos registros (242 km/h), mientras que los consumos promedios combinados oscilan de 9,4 a 8,5 lts/100 km (de 199 a 219 gr/km de CO2).

De serie todos los Z4 vienen con neumáticos run-flat, faros bixenon, y airbags de cabeza y tórax (además de frontales) integrados en los laterales de los asientos, el ESP de BMW (DSC) con nuevas funciones (secado de pastillas de freno, función autoblocante motriz en curva, retraso de control de tracción, etc). En opción existe también la de «chasis M», con suspensión deportiva 1 cm más baja y regulación electrónica de la amortiguación, con control de eficacia (Normal, Sport y Sport+) que también afecta a la rapidez de respuesta de dirección y acelerador, y a los umbrales de respuesta del DSC. Y por supuesto, en confort, su dotación está a la altura de un deportivo de lujo, con equipo hi-fi con MP3, USB y unidad de CD (hasta 14 altavoces), Bluetooth, climatizador bizona, etc…
Fabricado en exclusiva en la planta alemana de Ratisbona (Ravensbrück) donde ya se montan los Series 3 y 1, el nuevo Z4 deja de fabricarse en la planta norteamericana de Spartanburg (Carolina del Norte) que ahora pasa a montar sólo los modelos X, los SUV de BMW. Su salida al mercado está anunciada para esta primavera, y se ignora aún cuál sera su precio definitivo, aunque se da por seguro que arrancará como mínimo por encima de los 40.000 euros (23i), sobre los 50.000 para el 30i y cerca de los 60.000 para el 35i, un reparto tampoco muy alejado del anterior Z4 (cuyo coupé 3.0 ya estaba en casi 49.000 y el roadster en 50.500). Más adelante el espectro se ampliará, bajando de los 40.000 para el futuro Z4 de 4 cilindros (20i) y subiendo hasta los 75.000 para los futuros Z4 M (los últimos Z4 M estaban en 68.000 euros para el coupé y 70.500 para el descapotable), aunque es posible que si éstos montan el nuevo V8 4.0 del M3 (420 CV) en lugar del anterior 6 cilindros de 343 CV (no parece que haya problemas de espacio en el vano motor), su precio final se dispare hasta cerca de los 80.000 euros (el M3 ya cuesta los 73.000).