¿La reinterpretación de la Serie 7?
Con él llegó el espéctáculo. Para la marca bávara se trata de una perspectiva a largo plazo sobre la renovación estética de la marca y la percepción moderna del lujo, mediante una avanzada fusión de exclusividad e innovación. Y para el común de los mortales este Vision Future Luxury es un ejercicio de estilo sobre cómo podría ser la futura Serie 7 o la Serie 9.
No es una aproximación inmediata, por lo que hay mucho de juego y especulación estética en este “concept”. Hay un uso predominante de la fibra de carbono, visible en puertas, asientos y su zona baja y sobre todo en los pilares centrales B, reducidos a la mitad de forma que no llegan al techo pero sí a media altura integrando los laterales de los asientos delanteros como refuerzo. Esta supresión parcial permite integrar los montantes de los asientos en la estructura central, con conexiones a los umbrales de puertas y a la consola central del salpicadero, lo que permite reducir los pilares centrales a su mínima expresión, la justa para permitir el anclaje de las amplias puertas del modelo.
Su diseño exterior es muy aerodinámico, con una línea de techo estilo coupé y tapa del maletero arqueada. Para canalizar el aire en los pasos de rueda delanteros lleva unas branquias “air breather” y conductos internos en los pilares C con salidas a los pasos de rueda y faldón traseros. Un perfil de carbono en el umbral de puertas recuerda el abundante uso de este material y del aluminio, solos o combinados.
¿Será por “riñones”?– El exagerado “doble riñón” de la marca bávara muestra unos faros dobles de contornos inclinados con luz láser (Laser Light), cuyo haz de luz es hasta 10 veces más intenso que uno por diodos. Bajo los faros y en la parrilla encontramos una serie de deflectores de doble capa en fibra de carbono, con un fino perfil cromado que destaca el flujo de aire. Por detrás tenemos grupos ópticos con lámparas de diodos orgánicos. De forma estrecha y fina, con la luz en forma de L, los diodos orgánicos son extremadamente finos y dúctiles (400 veces más finos que un cabello humano) con luz muy uniforme a lo largo de toda su superficie.
En el interior destaca su estructura multicapa, con una base en fibra de carbono a la que se superponen otros materiales (conductores o no, para servir de interfaz) hasta la madera y el cuero de la superficie. El cuadro está sustituido por un “head up display” de contacto analógico y tres pantallas que envuelven al conductor, en una aplicación tridimensional que funde el cuadro con las pantallas. La pantalla izquierda informa sobre el vehículo, en el centro un grupo integra datos como cuentavueltas y velocímetro, y la pantalla derecha cubre la información y el entretenimiento (el “infotainment”). Todas sus funciones son controlables por voz. El “head up display” incluye información de límites de velocidad, fases de los semáforos y destaca los edificios y señales del entorno de forma selectiva hacia la información más importante.
Como novedad, el pasajero delantero cuenta con su propia pantalla en vez de compartir la central, conectada a la de información del conductor por un panel táctil, desde el que puede realizar múltiples funciones propias, desde comprar entradas para el cine o el teatro (a través del BMW Connected Drive Luxury Concierge) a controlar funciones relevantes del vehículo (con el iDrive Controller) sin tener que molestar al conductor. Detrás, los ocupantes traseros (dos) pueden utilizar otras dos pantallas y usar una tableta táctil extraíble desde sus cómodas butacas individuales, gozando de una mesita plegable, en un entorno dominado por el cuero nobuk en dos tonos y la seda de las alfombrillas.
En resumen, un ensayo de estilo avanzado que de momento no se va a traducir en un modelo de vehículo sino en un banco de soluciones avanzadas, aunque sin duda muchas de las cuales están pensadas para la futura Serie 7. Pero hoy por hoy esta visión del lujo futuro de BMW es sobre todo eso, visión de futuro.
