Prueba: BMW Active Tourer 218d

17 febrero, 2015
JUAN ROBREDO

Rompe los moldes establecidos

A Favor
• ­ Funcionalidad y modularidad
• ­  Prestaciones muy brillantes
• ­  Bajo consumo (sobre todo en Eco)
• ­ Comportamiento dinámico
• ­  Agrado de conducción
• ­  Confort y acabado
En contra
• ­ Tacto dirección mejorable
• ­ Ausencia de rueda de repuesto
• ­ Habitabilidad limitada detrás

 

Con el Serie 2 Active Tourer, BMW se lanza en un terreno nuevo, el de los 5 puertas medio familiar y medio monovolumen, con tracción delantera y motor transversal, en este caso un 4 cilindros 2.0 turbodiesel de 150 CV, habiendo satisfecho adecuadamente nuestras expectativas deportivas con una funcionalidad hasta ahora desconocida en BMW.

Tras el coupé, este Serie 2 Active Tourer es el segundo modelo de la nueva Serie 2 de BMW, destacando por su imagen atractiva y deportiva y unas proporciones entre familiar y monovolumen, con el objetivo puesto en su rival de Mercedes, la Clase B. Con 4,34 m de largo por 1,80 de ancho y 1,55 de alto, sobre una plataforma de 2,67 m de batalla, rompe con la tradición que ha marcado las señas de identidad de BMW, al adoptar la tracción delantera, con el motor en posición transversal y un nuevo cambio manual de 6 relaciones adaptado al mismo.

El coche mantiene el diseño habitual de BMW, pero más alto, con la parrilla del “doble riñón” de los últimos modelos (más anchos) y los grandes faros dobles con cubiertas más rasgadas y ascendentes. Faros que en opción pueden ser totalmente de diodos (para luz de cruce y larga) y que pueden incorporar efecto direccional (“autoadaptable” le llama BMW), aparte de llevar de diodos la luz diurna, respetando el estilo de los dobles anillos luminosos de la marca.

Monovolumen atípico.– La cintura no es muy alta y sus voladizos son cortos, lo que acerca más este Active Tourer a un familiar que a un monovolumen, por más que con una altura libre al suelo de casi 16 cm, no deje de tener también cierto aire todo camino. El maletero anuncia 468 litros de capacidad con sus 5 plazas y 1.510 con sólo dos, con respaldos traseros plegables de forma independiente (40:20:40) y también abatible el respaldo del asiento del acompañante delantero, lo que proporciona hasta 2,40 m de fondo útil para transportar objetos largos.

Visto de lado, su silueta presenta una suave forma de cuña con una cintura no muy alta, lo que le da un aire dinámico y luminoso. El techo alto, las grandes puertas y sus 2,67 m de batalla para un total de 4,34 de largo dejan ver su amplitud, con una sensación de altura amortiguada por su ancha zaga, con los pilotos con la forma en L de los últimos BMW.

El suelo de carga del maletero, al carecer de puente motriz, es muy bajo, lo que permite rebajar el umbral de carga. En la luneta se aprecian los «aeroblades», un “gadget” de BMW para este coche consistente en unos deflectores montados en posición vertical, que junto con el deflector posterior completan el diseño de la zaga, en el que destaca el limpialuneta oculto (mientras no se usa, se esconde bajo el alerón deflector, sin estorbar la visión trasera). El coche revela su carácter multifuncional familiar en varios detalles, como la banqueta posterior desplazable longitudinalmente hasta 13 cm, lo que permite variar el volumen del maletero con todas sus plazas jugando con el espacio para piernas de las traseras (llega a los 500 litros con la banqueta avanzada), lo que resulta muy útil.

Otro detalle ingenioso es el piso plegable del maletero, bajo el cual hay un hueco muy aprovechable, o los respaldos de inclinación variable de los tres asientos traseros. Además, el ancho portón del maletero se abre o cierra automáticamente desde dentro pulsando simplemente un botón, o bien desde el mando de la llave o realizando un movimiento con el pie debajo del paragolpes posterior (función “Smart Opener”, incluida en el paquete opcional “Acceso confort” que no montaba nuestra unidad de prueba).

Su condición de monovolumen familiar le obliga a ofrecer varios huecos de distinta forma y tamaño para dejar objetos y botellas. El más grande está bajo el apoyacodos central delantero, conteniendo una toma de corriente a 12V y una toma USB (por delante de este hueco hay dos posavasos y otra toma 12V, y en la consola de los asientos traseros, otra toma más a 12V, así como la del maletero). Hay amplios huecos portaobjetos en las 4 puertas (admiten botellas de agua) y la guantera está climatizada y con luz (pero sin cierre por llave). Las plazas traseras disponen de redes en los respaldos de los asientos delanteros y bajo el apoyacodos central plegable, dos posavasos y un pequeño portaobjetos.

Buena habitabilidad.– La posición de conducción es bastante buena, algo más alta que en un turismo pero no tanto como en un monovolumen, en lo que quizá influye también la mayor altura al suelo. También se va sentado más delante, lo que convierte en más útil el pequeño triángulo lateral de custodia delantero. Hay anchura y altura más que suficientes, tanto delante como detrás, donde incluso con la banqueta adelantada queda bastante espacio para piernas (en posición normal tenemos casi 80 cm). La anchura si resulta escasa (1,37 m) para tres adultos, agravado por un asiento central bastante más pequeño (los respaldos se pliegan en configuración 40/20/40, aunque la banqueta lo hace en la clásica 60/40).

En realidad es más un 4+1 que un 5 plazas, pero tanto la ergonomía y mandos al volante como la calidad de materiales soslayan estas pequeñas deficiencias, como una división del maletero que no permite colocar el tabique en el piso (o se lleva o se deja en casa), lo que hace que los casi 80 litros bajo éste sólo se aprovechen con objetos no muy altos, o detalles como la ausencia de cortina prolongable en la bandeja cubreequipajes cuando se avanza el asiento trasero (al menos sí hay una protección en el piso).

El acceso a la fila trasera es correcto, aunque las puertas traseras no son demasiado grandes y sobre todo, no tienen un gran ángulo de apertura, y el plegado de asientos es bastante fácil, con dos posibilidades (por botón lateral y por tiras en los asientos) para poder hacerlo también desde atrás. El respaldo del acompañante delantero se puede plegar hacia adelante para llevar objetos largos (pero no en el nivel Sport, que lleva de serie asientos deportivos, y siempre que no monte ajuste eléctrico).

Los anclajes Isofix para asientos infantiles son 3, uno en el asiento del acompañante y dos traseros en los dos asientos laterales (no en el central) que están protegidos por una tapa de plástico que, una vez levantada, facilita su fijación. Pero hay algunas carencias a señalar, como la falta de reglaje vertical de cinturones y de ajuste lumbar en el asiento del conductor. Un último detalle: el cinturón de la plaza central trasera lleva el anclaje superior al techo y no al respaldo, estorbando la visión posterior (además de que hace feo).

Mecánica sobria y potente.– Hemos escogido un motor clásico para un coche ante todo funcional como éste, el experimentado y fiable turbodiesel 2.0 de 4 cilindros (1.995 cc), con las ya conocidas cotas de carrera larga y soplado por un solo turbo de geometría variable, adaptado aquí a su nueva posición transversal, que entrega 150 CV y 33,7 mkg de par (constantes entre 1.750 y 2.250 rpm), suficientes para anunciar una velocidad punta de 208 km/h y una aceleración de 8,9 segundos en el 0-100 km/h), prestaciones más que brillantes para un consumo combinado de 4,1 lts/100 km, con un mínimo de 3,6 y un máximo urbano de 5, emitiendo sólo 109 grs/km de CO2. Son 7 CV más que lo que da este motor en otras de sus versiones básicas, y se muestra muy suave y refinado de giro, sin apenas ruidos ni vibraciones, y con un “stop & start” (de serie) más suave que antes en su funcionamiento (ya apenas si se nota).

Para mover con agilidad su tonelada y media de peso en vacío, este 218d se muestra más que sobrado. Sin demasiado lanzamiento logramos los 205 km/h de cronómetro como velocidad punta y bajamos de 9 segundos en el 0-100 km/h (8,8), clavando casi en 30 segundos el km desde parado (30,2), unos cronos prácticamente de deportivo, sin nada que envidiar a los de sus hermanos de la Serie 3 (eso sí, obtenido en modo Sport, de los tres con que viene de serie: en modo Eco la cosa cambia mucho).

Su respuesta, junto a la agilidad del cambio manual de 6 marchas nos sorprendió gratamente; incluso en modo Eco se muestra muy contundente, sobre todo en las recuperaciones, hasta dar la sensación de que va corto de desarrollo (lo que no es cierto, con una 5ª de más de 46,5 km/h por 1.000 rpm y una 6ª que supera los 56). Es una mecánica soberbia, rápida, potente y flexible, que permite consumos muy bajos si no se exprime a fondo (rodando en Eco) y ya no tanto si se apura en modo normal y sobre todo, Sport.

Oficialmente, su consumo combinado es de 4,1 lts/100 km, con un máximo urbano de 4,8 y un mínimo extraurbano de 3,7. En la práctica y en modo Eco nos ha gastado 4,4 de mínima a 90/100 km/h en carretera, subiendo a 5 a 120/130 km/h en autovía, aunque en modo Sport el mínimo no baja de 5 lts/100 km y el normal en autovía de 6. En ciudad (y en modo Eco) se ha conformado con 6,5. Son consumos excelentes para un 2.0 turbodiesel de 150 CV que encima mueve una carrocería no demasiado ligera, pudiendo calcularse un consumo medio general en torno a los 5,5 lts/100 km, muy bajo para un coche de sus prestaciones. El cambio es ágil y preciso, aunque no muy rápido, con la primera y la marcha atrás muy próximas, lo que exige cogerle un poco el tino.

Comportamiento: más deportivo de lo esperable.– La gran incógnita despertada por este BMW Serie 2 Active Tourer era la de su paso a la tracción delantera, algo inédito en BMW, que ha dado con este modelo el mismo paso que dio en su día Mercedes con su Clase A. En efecto, pese a unas suspensiones que obedecen al esquema típico de un tracción delantera, sus reacciones son algo más nerviosas de lo habitual en los todo delante. Con un reparto de pesos bastante neutro (60/40) y una dirección eléctrica bastante rápida (en opción puede montar la Servotronic de desmultiplicación variable), sus reacciones no son tan subviradoras como podría pensarse, y su mayor altura con una amortiguación firme (corresponiente al nivel Sport) y neumáticos no muy gordos (205/55 en llantas de 17” opcionales) le permite apoyar de golpe en las curvas cerradas, aun con cierto balanceo. Sus reacciones son bastante progresivas, pero el eje trasero se muestra receptivo a los cambios de gas y hasta se insinúa un poco si se le fuerza, aunque no pasa de ahí (además para eso está el ESP y el muy eficaz control de tracción). A esta agilidad contribuye también una dirección que gira mucho (menos de 11,3 m de diámetro de giro) y un tren rodante nada excesivo para lo que hoy se estila, con un peso final contenido (1.450 Kg).

BMWSerie2_ActiveTourer_218dFICHA

Los frenos son eficaces y progresivos, con buena resistencia al trato duro a cambio de un poco menos de mordiente en frío. Pero tras un par de frenadas suaves ya responden bien (no olvidemos que estamos en invierno…).
Todos los Serie 2 Active Tourer equipan el paquete EfficientDynamics que, entre otros, incluye función Start/Stop, recuperación de energía de frenado, indicador del momento ideal de cambio de marcha, así como las cortinas de aire -«air curtains»-, formadas por dos entradas de aire verticales en los laterales del paragolpes delantero, para guiar el flujo de aire por las ruedas delanteras evitando turbulencias).

Relación precio/equipamiento: mejor que en otros BMW.– Y ya que hemos hablado de equipamiento, digamos que de serie en todas las versiones este Serie 2 Active Tourer incluye climatizador bizona, retrovisores exteriores plegables eléctricamente, encendido automático de luces y limpiaparabrisas, portón trasero con accionamiento eléctrico y control de presión de neumáticos. También es de serie el reposabrazos entre las plazas delanteras, el volante multifunción de piel y el paquete de compartimentos portaobjetos añadidos, así como el equipo hi-fi BMW (+ Bluetooth y llamada de emergencia inteligente)…

Un nivel que no está nada mal para 30.450 euros en un BMW, al que el acabado Advantage (1.800 euros más) añade el control de crucero, los faros de diodos ampliados y los antiniebla, y los sensores traseros de aparcamiento, y el acabado Sport (3.500 euros más) además el pack iluminación, la línea Sport con asientos deportivos y las llantas de 17” (con neumáticos de 205/55 en lugar de los 205/60 de los de llanta 16”).

Por supuesto, hay muchos elementos opcionales que pueden elevar este Serie 2 Active Tourer por encima de los 40.000 euros, como algunos de los incluidos en el sistema Connected Drive de BMW, como el asistente de conducción en atascos (“Traffic Jam assist”) combinado con el navegador y el control de crucero con función «Stop and Go» (con cámara, asistiendo al conductor al acelerar y frenar), así como las aplicaciones APPS de “smartphones” o servicios como el “Concierge Service”, información de tráfico en tiempo real, etc. Igualmente la pantalla multifunción de 6,5” puede crecer hasta las 8,8” con el navegador con conexión a Internet. Y también, entre su dotación opcional tenemos el nuevo paquete opcional M Sport que cambia el aspecto del coche con paragolpes diferentes, faldones laterales, asientos deportivos, llantas M (de 17” o 18”), pinzas de freno y escapes, además de una suspensión deportiva 1 cm más baja.

A modo de resumen y puesto que es el gran competidor del Mercedes Clase B 200 CDI (136 CV) recientemente renovado (restyling), diríamos que el BMW joven es más ágil y más agradable de conducir y tiene algo más de modularidad. También, apenas tiene nada que envidiarle en confort y consumo, pero si en habitabilidad y en presentación y acabado.

Versiones del modelo: '2 Active Tourer'

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Garantía: 2 años sin límit