BMW CONCEPT CS

5 junio, 2007

Hasta ahora la Serie 7 ha representado —últimamente no con mucho éxito— el papel de buque insignia de BMW desde hace ya casi tres décadas, uniendo en ese concepto tanto el lujo como la deportividad, gracias a motores muy potentes (aunque no ha habido nunca ningún Serie 7 «M», al contrario de los M3 y M5). Pero el auge de grandes berlinas deportivas de 4 puertas, a menudo presentadas como «coupés de 4 puertas» por su estilizado diseño, ha llevado a BMW a ir también un poco más lejos y, tras de sus caros y exclusivos coupés de la Serie 6, buscar una nueva oferta en su elitista alto de gama que represente una opción más deportiva sin perder el estilo y empaque de un gran sedan de representación.

Y eso es lo que ha hecho, de momento como ensayo bajo el nombre de Concept CS, al desarrollar un «concept-car» de Gran Turismo 4 puertas en el segmento de lujo, un gran sedan de impresionantes dimensiones (más de 5 m de largo y casi 2 de ancho, por una batalla de más de 3 m) y diseño sumamente deportivo, con un depurado trabajo de superficies cóncavas y convexas.

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Según la marca representa la combinación perfecta de máximo dinamismo y refinada exclusividad, con una estética europea, un abundante uso de materiales ligeros, a fin de lograr la mejor relación entre dimensiones y peso, (aunque no se confiesa este último).

Concebido sólo para 4 plazas, pese a su tamaño, el Concept CS (¿futura Serie 8?) acentúa su vocación deportiva desde los asientos al interior estratificado por capas («layer design»). Mide 5,10 m de largo por 1,98 de ancho y sólo 1,36 de alto, lo que ya de por sí refuerza su estampa eminentemente deportiva. Su batalla de 3,14 m supera incluso la del legendario «tiburón» de Citroën (los ID/DS, que han detentado por más de medio siglo el récord de distancia entre ejes en un turismo europeo de serie, con sus 3,05 m). El frontal, pese a recordar al tradicional de la marca, presenta unos «riñones» tan ensanchados que forman ya una gran parrilla ovoide partida, con unos faros carenados horizontales muy rasgados, de doble óptica (y tecnología de retroproyección por diodos).

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No hay paragolpes marcados (todo el frontal y la trasera se integran de forma total en la carrocería) y sí dos tomas de aire delanteras en los extremos, partidas horizontalmente por un fino perfil.

Un suave arco de techo, de línea plana, y una cintura relativamente alta para su escasa altura, aunque aún baja para los cánones que hoy se llevan, rematan su es-tampa, dominada por un diseño de abundantes aristas (capó, aletas, cintura superior —esta última partida—, cintura inferior —cóncava—, bordes traseros, etc) que le confieren precisamente su personalidad.

Por detrás, su marcada anchura se ve reforzada por los grupos ópticos horizontales (también por diodos), la tendida luneta y el abombamiento de los pasos de rueda (con unas impresionantes llantas de 21 pulgadas, que anticipan como mínimo unas de 19 para el futuro modelo de serie). No hay manillas de puerta (o son mínimas y están camufladas en el fino perfil, al pie de los cristales), y la tapa del maletero forma un resalte que actúa a modo de alerón posterior, al tiempo que dos salidas simétricas de escape se sitúan en la parte baja de las esquinas.

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No se sabe qué tipo de motor monta este Concept CS pero es de suponer que podría ser el V12 de 5.972 cc y 445 CV (convenientemente potenciado a cerca de 600 CV), o bien algún V8 (el 4.8, el 4.4. el 4.4 turbodiesel, etc) para las versiones «menores». Pero no hay datos, porque posiblemente para dentro de dos años BMW tendrá un nuevo V12 «gordo» de inyección directa de gasolina que superará con holgura el medio millar de caballos, y que sería la planta idónea para un buque insignia como éste. Con una transmisión DSG o Steptronic de 7 relaciones, sería suficiente para situar al CS en el Olimpo de los superdeportivos de lujo.

En todo caso, su línea revela lo que podrá ser el modelo definitivo, con un gran maletero (disimulado por su relativa corta zaga) de 600 litros, faros de diodos, y un confort extremo en cada uno de sus 4 asientos, con funciones y ajustes de todo tipo, zona superior tipo «cuello», reposacabezas inteligentes y multifuncionales. El salpicadero, orientado hacia el conductor, presenta dos grandes relojes analógicos, y la palanca de cambio, en la consola central, va muy realzada, de modo que pese a ser muy corta queda perfectamente a mano del conductor.

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El placer de conducir elevado a la enésima potencia se comparte también con los pasajeros, incluidos los traseros, en sus impresionantes butacas individuales con la división formada por la prolongación de la consola central hacia atrás, para formar sus apoyabrazos y sus diversas posibilidades de uso (huecos portaobjetos, mesitas, etc).

Es todo un supercoche que aspira a ofrecer la máxima deportividad en un segmento donde el lujo y la ostentación se unen a la tecnología. De ahí que sus rivales futuros van a ser no ya el Mercedes CLS, cuyo éxisto es extraordinario, sino también el Maserati Quattroporte, el futuro Aston Martin Rapide o el Porsche Panamera, todos ellos grandes berlinas deportivas de lujo de 4 puertas a las que el Concept CS debería superar en tamaño y motorización.

Mientras BMW deshoja la margarita de cómo denominará a este «supersedan sport» de lujo, nosotros sólo podemos soñar en verlo por la calle dentro de un par de años, más o menos al mismo tiempo en que Porsche deberá tener listo su Panamera

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