La nueva referencia entre los sedanes de lujo
Novedad en el Salón de Ginebra, el nuevo Flying Spur es una evolución del Continental GT pero en el formato gran sedán, con 5,3 m de largo y dos toneladas y media de peso, aunque con la sorprendente agilidad que le confiere el motor W12 de Audi ahora con 625 CV. Ya a la venta, su precio parte de 230.911 euros.
Bentley ha dado al nuevo Flying Spur un aspecto más atlético y algo menos pesado que sus otros diseños, con unas aletas traseras más marcadas y curvas que le dan un aspecto más deportivo pese a sus dimensiones, acorde con el Bentley de 4 puertas más rápido de su historia. Los faros repiten el diseño conocido, con luz de cruce diurna por diodos y nuevos grupos ópticos traseros que hace más fácilmente reconocible al coche. Por dentro se continúa la lujosa tradición donde la moderna electrónica actual se combina con el cuero y los enchapados de madera noble. Cuenta con un sistema de conectividad por pantalla táctil (con Wi-Fi incluido), equipo hi-fi especial (8 altavoces BMR con 1.100 W de potencia), pantallas de DVD traseras y control remoto de la pantalla delantera para que los ocupantes traseros puedan elegir también sus opciones.

El motor es el conocido W12 de 6 litros y doble turbocompresor de origen Audi, acoplado a un cambio ZF de 8 velocidades con tracción total a las 4 ruedas, con la misma potencia de los Continental GT: 625 CV y 81,6 mkg, lo que le convierte en el sedán más potente de la historia de Bentley. Mejora un 14% su relación peso/potencia respecto al anterior Flying Spur lo que permite rebajar su aceleración de 0 a 100 km/h a 4,6 segundos, logrando una velocidad máxima de 322 km/h. La tracción total se reparte primando el eje posterior con una distribución 40/60, aunque en casos de adherencia precaria siempre recarga más el eje de mayor agarre (subiendo hasta el 85% en el trasero y al 65% en el delantero).
Aunque Bentley lo haya aligerado un poco (50 kg menos) incorporando elementos de aluminio (capó, aletas…) y plástico (tapa de maletero…) el peso final de este nuevo Flying Spur (2.475 kg) impone respeto. Más bajo y ancho, incorpora nuevas tomas de aire delanteras laterales con la “B” de Bentley donde brota un perfil que va de las ruedas delanteras a la zaga. En el frontal, la rejilla cromada de la marca va algo más vertical, entre los nuevos faros de diodos y bajo la misma la toma inferior ocupa ahora todo el ancho sin divisiones verticales, sustituidas por un detalle cromado horizontal. Por detrás, la tapa del maletero es más larga y baja que antes, y los grupos ópticos adoptan un diseño más elíptico y apaisado. El conjunto, pese a su macizo aspecto, arroja una aerodinámica bastante buena (Cx de 0,29) para su tamaño y sección frontal.
La carrocería se ha reforzado, aumentando su rigidez un 4%, con insertos internos en los pilares centrales B, estribos y travesaños delanteros. El capó incluye paneles de refuerzo, al tiempo que es desplegable para reducir daños en caso de atropello a peatones. Los cambios en el interior son muchos más variados (hasta 600 componentes nuevos). De la anterior generación sólo se conservan parasoles, empuñaduras, apoyacodos y parte de la consola y controles delanteros.

Ofrecido en configuración de 4 ó 5 asientos, el tapizado en piel es ahora más suave y flexible, disponible en 12 colores diferentes, sobre asientos con espumas de textura y densidad diferenciada, con 14 funciones de ajuste eléctrico, incluidas la memoria de posición y el reglaje lumbar. Cada ocupante dispone de calefacción y ventilación en su asiento, así como compartimentos portaobjetos adicionales incorporados a la parte trasera de los asientos delanteros. En la configuración de 4 plazas, la consola central se prolonga hasta los asientos traseros, con una zona adicional portaobjetos con un estuche forrado del mismo chapado que el resto. Chapados que son de madera noble, muy abundantes (nada menos que casi 10 m2 de madera natural lleva cada Flying Spur) y curvados para alinearse perfectamente con puertas y salpicadero, dando la impresión de un arco interior continuo, disponible en 7 tonos, con dos de ellos (nogal y eucalipto) de serie, elaborados a mano y curados durante 72 horas con una laca transparente para realzar la belleza natural de la madera.
Pilares y techo también van tapizados en piel, con soportes de espuma flexible para procurar un mejor tacto en todas las superficies del habitáculo. Las ventanas cuentan con cortinillas eléctricas para mayor privacidad de los ocupantes, y el techo solar de vidrio se ofrece como opción sin coste. Y por supuesto no podía faltar el frigorífico interno, oculto tras el apoyacodos central trasero, con 9 litros de capacidad, para alojar la inevitable dotación de botellas de champagne que requiere un coche de su nivel.
Por lo demás, este Flying Spur se ha pensado mucho (como coche de representación que es) para sus pasajeros traseros, que pueden acceder a una amplia gama de funciones de diversión gracias al control remoto de la pantalla táctil, oculto en un hueco de su consola. Con él pueden ajustar sus asientos, la climatización, la ventilación y hasta los sistemas multimedia y de navegación. Y quienes deseen trabajar mientras viajan pueden solicitar la inclusión de la nueva Multi-Media Specification, que les permite usar ordenadores y dispositivos portátiles (tabletas, etc) y conectarse a Internet a través del acceso Wi-Fi integrado con una tarjeta SIM activa y 64 GB de capacidad interna.

En la parte trasera de los respaldos de los asientos delanteros hay instaladas sendas pantallas LCD de 10”, mientras que justo debajo de las pantallas se alojan unos reproductores multimedia de carga superior para ver vídeos, fotos o música almacenados en CD, DVD, lápices USB (incluidos iPod e iPad) y dispositivos HDMI. Así, cada pasajero puede ver distintos contenidos y escuchar música o radio de forma individual. Una toma USB permite mantener las baterías siempre cargadas, mientras que las tomas de auriculares (por cable o inalámbricos) permiten escuchar los contenidos.
Mención aparte merece el impresionante nivel de confort acústico logrado en este nuevo Flying Spur. Monta un aislamiento especial en el suelo para minimizar el ruido de rodaje, doble acristalamiento lateral, con una capa especial aislante intermedia destinada a insonorizar mejor el habitáculo, y se ha mejorado todo el sellado lateral para reducir al mínimo el ruido del viento independientemente de la velocidad. Además, los silenciosos de los escapes son mayores y rebajan su ruido en 12 dB a 3.000 rpm… Hasta los neumáticos se han pensado a este fin, con una nueva cubierta en 19” (en opción puede montar también llantas de 20” y 21”) con un 12% de aumento relativo de su altura de flanco (respecto al perfil 45 anunciado) y mayor elasticidad vertical que mejora el aislamiento (en ruido y vibraciones) frente a los impactos.
Pero lo que le hace realmente excepcional para su nivel de confort, son las prestaciones que le permite su W12 biturbo de 6 litros, ahora con 625 CV a 6.000 rpm y casi 82 mkg de par desde 2.000 rpm, acoplado al cambio automático de 8 relaciones Quickshift de ZF que montan todos los Bentley que equipan este motor y que ha permitido rebajar su consumo y emisiones en un 13% respecto al anterior Flying Spur (ahora 14,7 lts/100 km en el promedio oficial combinado, emitiendo 343 grs/km de CO2, un consumo contenido para un coche de su peso con tracción total y un motor de 12 cilindros y 6 litros de cubicaje).
La suspensión sigue siendo neumática (y ahora de ajuste controlado por ordenador), más suave incluso que antes (las barras estabilizadoras son un 13% y un 15& menos rígidas) pese a lo cual presenta menos cabeceo y balanceo que el modelo anterior, gracias también al nuevo control electrónico de la amortiguación (CDC) que incrementa la misma con la velocidad, ofreciendo 4 posiciones de ajuste. La suspensión neumática permite también mantener la altura constante al suelo, y ahora es además también variable, ya que a medida que el nuevo Flying Spur se acerca los 322 km/h de su velocidad máxima, la altura al suelo se reduce automáticamente, lo que no sólo mejora la estabilidad dinámica sino que reduce también la resistencia aerodinámica. Esta disminución se produce en dos fases: una primera (-5 mm delante y -15 mm detrás) al alcanzar los 195 km/h, y otra posterior con otros 8 mm menos delante y 13 mm detrás (1,3 cm y 2,8 cm totales, respectivamente) al llegar a 240 km/h.

El control dinámico de estabilidad (ESC) también ha sido modificado de acuerdo a las nuevas características del bastidor, con un modo “dinámico” para que los conductores impetuosos puedan explorar los límites de agarre del vehículo, siempre dentro de un límite. Y el resto de características viene a repetir las que ya contaba el modelo; la dirección asistida ha sido recalibrada y modificado su engranaje de ataque, de modo junto a la regulación del flujo hidráulico en función de la velocidad proporcione una asistencia variable más progresiva y cómoda.
Ni que decir tiene que todo este nivel de lujo e ingeniería saldrá a un precio ciertamente muy alto, aunque no mucho mayor que el del actual Flying Spur (en el cuarto de millón de euros), y como siempre bajo una construcción “a la carta” de cada cliente, con 17 colores de carrocería a elegir de serie y más de cien en opción, siempre con la tapicería a juego o en contraste, a gusto del comprador. Como novedad este nuevo Flying Spur monta en exclusiva las nuevas llantas Classic de 19”, con acabado brillante o pulido al diamante, a las que se suman las llantas de 20” y cinco radios, y las de 21” con seis o diez radios, disponibles en opción.
Para los más exigentes queda siempre el acabado especial de Bentley, el Mulliner, con detalles exclusivos (cinco tipos de piel adicional y otros cinco de maderas, con el tradicional acolchado en rombos, emblema Bentley bordado en relieve en los apoyacabezas, etc…). Además, la Mulliner Driving Specification incluye pedales perforados de aleación, palanca de cambios deportiva moleteada, el tapón-joya del depósito de combustible y las llantas de aleación de 21” y cinco radios en dos piezas pintadas o pulidas. Con todo esto, el nuevo Flying Spur surge como la más peligrosa alternativa en el mundo del superlujo al dominio de su gran rival local británico, Rolls Royce, hoy en manos germanas lo mismo que Bentley (ésta última en las de Volkswagen, la otra en las de BMW) como señal de quienes son hoy los dueños de Europa.