Con dirección a las 4 ruedas
Este 2019, la marca de lujo británica propiedad del grupo Volkswagen estrena la tercera generación de su Bentley Flying Spur, que mantiene la herencia de estilo de los Continental GT y su maciza apariencia, configurando un supersedán de 5,32 m de largo.
Sobre una plataforma de 3,20 m de batalla este Bentley Flying Spur es totalmente nuevo, aunque mantenga una parecida fisonomía con el modelo precedente, estrenando la misma plataforma de sus primos los Porsche Panamera y Audi A8L, con 13 cm más de distancia entre ejes que antes, creciendo 3 cm más de longitud. El bastidor, completamente nuevo, ha permitido reforzar su resistencia estructural sin ganar peso a base del empleo de acero de ultra alta resistencia, aluminio y plásticos reforzados con fibra de carbono (FIBC), si bien este alcanza casi las dos toneladas y media de peso en vacío (2.437 kg)..
De aspecto musculado, con los hombros y pasos de rueda marcados, su frontal muy parecido a su hermano Continental GT, con los faros dobles ligeramente ovalados y la enorme parrilla, esta vez con barras en lugar de la malla de su hermanos de carrocería Coupé y Convertible. Los faros son integrales de diodos en todas sus funciones (Matrix LED, también novedad en Bentley), con su haz variable capaz de adaptarse al tráfico y la señalización, de modo que ofrezca siempre la máxima iluminación sin deslumbrar a los demás conductores. También todos los pilotos y grupos ópticos son de diodos, monta llantas especiales de 21” de diámetro (y de 22” en la versión de supremo lujo Mulliner).

La zaga sigue conservando la simpleza y elegancia que caracteriza a la marca, y la evoluciona ligeramente marcando algo más el escalón de la parte alta de su esculpido portón del maletero. La matricula se ve desplazada ahora al paragolpes, aprovechando el sitio para incluir el nombre de la marca en un discreto tamaño, justo debajo del logo alado. Los pilotos evolucionan ligeramente y aunque siguen siendo de tipo paralelogramo, su aspecto es más romboide, encastrados con embellecedores cromados que se repiten en el paragolpes, que también incluye las dos salidas de escape integradas de diseño ovalado algo más plano.
Hay 17 colores de carrocería a elegir (además de los especiales a elegir bajo la “especificación Mulliner”), techo panorámico opcional de vidrio, 7 colores de iluminación ambiental interna, y, en un curioso guiño al pasado, por primera vez se podrá elegir en el frontal del coche el rediseñado emblema «Flying B» retráctil eléctricamente y retroiluminado, una novedad decidida según Bentley para celebrar el centenario de la marca, de forma que el logo alado se ilumina y despliega cuando el conductor se acerca al coche, bajo una secuencia en función de la iluminación exterior de cortesía.
Bentley Flying Spur 2019: refinamiento motriz
En cuanto al propulsor, se sigue contando con el impresionante W12 6.0, con sus 12 cilindros en dos bancadas en V estrecha, 5.950 cc de cubicaje, alimentación por dos turbocompresores y 635 CV con un extraordinario par máximo de 92 mkg, con el que pese a su tamaño y peso se permite anunciar 333 km/h de velocidad punta y 3,8 segundos de 0 a 100 km/h, mejorando las prestaciones de su antecesor (325 km/h y 4,5 segundos en ambos registros), pese a no haber variado prácticamente la potencia aunque si el par máximo (+8,4 mkg).

De este impresionante motor de dos metros de ancho y casi uno y medio de alto se puede decir que casi todo en él es desproporcionado, desde su consumo (aún no declarado ya que está en vías de homologación) a su precio (tampoco declarado, pero que no bajará de los 280.000 euros).
En cuanto a la tracción total, ahora ya no es permanente (bajo el reparto fijo 40:60 del anterior Flying Spur) sino variable, de modo que en condiciones normales, la tracción es a las ruedas traseras y, mediante un embrague multidisco intermedio, la gestión electrónica deriva el par motriz a las delanteras si hace falta por pérdida de agarre. En el modo de conducción Comfort, el sistema puede mandar hasta 49 mkg al eje delantero, par que desciende a 28,5 mkg en el modo Sport, para primar la propulsión posterior y aumentar el efecto sobrevirador al acelerar.
En todo caso, la limpieza de trayectoria se asegura también mediante el control vectorial de los frenos en curva (Torque Vectoring), que aplica de forma selectiva los frenos en las ruedas interior y exterior del coche. El aplomo de marcha también se ha mejorado según la firma de Crewe mediante el adelanto del eje delantero, que mejora el reparto de pesos.

Todo ello se complementa con una amortiguación de dureza variable, actuando a través de una suspensión neumática de tres cámaras (con un 60% más de volumen que antes, para facilitar una mayor regulación entre el ajuste más confortable y el más deportivo). Y como antes, la suspensión neumática se encarga de mantener fija la distancia libre al suelo de forma permanente, independientemente de la carga que lleve el coche.
Bentley Flying Spur 2019: apoyo eléctrico de 48V
Asociado a un cambio automático ZF de 8 relaciones (ahora de doble embrague en vez de por convertidor de par), este Flyng Spur III innova en algunos aspectos tecnológicos sobre su antecesor de 2013, como son la novedad de un sistema eléctrico complementario a 48 voltios para actuar sobre las barras estabilizadoras activas y la dirección a las 4 ruedas (o más exactamente, también a las ruedas traseras), algo muy conveniente en un coche de sus dimensiones y que se adopta por vez primera en un Bentley.
La dirección a las ruedas traseras se sirve también (como en los Audi Q7 y A8) del sistema auxiliar eléctrico a 48V, de modo que unos motores eléctricos trabajando a esta tensión se encargan de hacer girar a baja velocidad las ruedas traseras en sentido contrario a las delanteras para mejorar la capacidad de maniobra, mientras que a alta velocidad giran en el mismo sentido que las delanteras, mejorando la estabilidad.

Este sistema auxiliar eléctrico a 48 voltios sirve también para actuar sobre las barras estabilizadoras activas (Bentley Dynamic Ride), movidas a través de actuadores eléctricos (como en el Bentayga). Los discos de freno delanteros, de fundición gris, tienen 420 mm de diámetro, y según Bentley son, junto con los del Continental GT, los discos de hierro más grandes del mundo, mientras que las pinzas llevan el logo Bentley en ambos ejes y son de color negro o bien rojo bajo pedido. Por último, el sistema de escape es ahora activo, pudiendo variar de tonalidad.
Bentley Flying Spur 2019: selecto pero vanguardista interior
La amplitud y comodidad interior sigue siendo exquisita, como corresponde a la marca que representa, especialmente en las plazas traseras, donde sus 3,2 de batalla le permiten un increíble espacio para piernas. El vanguardismo le llega mediante una pantalla táctil sobre las salidas de aire traseras, con los controles de asientos y climatización, pantalla que puede desprenderse de su alojamiento para manejarla como un mando a distancia tipo tableta para activar todas las funciones confort. La sensación de espacio puede incluso incrementarse si se elige el techo panorámico opcional, que cubre todo el habitáculo, con apertura por delante y cortinas tapizadas en Alcántara.
Al volante, el cuadro es por supuesto digital (12,3”), completado por el Bentley Rotating Display del salpicadero, un mando rotatorio que permite elegir entre tener ante nosotros una pantalla multimedia también de 12,3”, o bien tres relojes analógicos (temperatura exterior, cronómetro y brújula) o bien una sencilla moldura de madera para que no distraiga y obtengamos un estilo más clásico y limpio del salpicadero.

Un lujo en todo caso asegurado por todos los detalles traseros cromados, los tres equipos de sonido a elegir (el “normal” de 10 altavoces y 650 W de serie, un Bang&Olufsen con 16 altavoces y 1.500 W o un Naim de 2.200 W y 19 altavoces), los nuevos asientos de piel con hasta 15 colores de tapicería, calefactados, ventilados, de ajuste eléctrico y con función masaje, así como múltiples opciones en cuanto al tipo de madera de las molduras decorativas. Bentley destaca un acabado tridimensional en dibujo de diamante para el cuero de los tapizados de puertas, nuevos difusores de aire y distintas teclas y mandos con acabado en bronce.
El sistema multimedia admite diferentes configuraciones de pantalla para mostrar de uno a tres menús distintos a la vez, y contamos también con soporte para la carga inalámbrica de teléfonos móviles y dos tomas USB. Por lo demás, a través de la exclusiva “especificación Mulliner” siempre es posible personalizar este Flying Spur a gusto de su acaudalado propietario, desde materiales o colores especiales hasta todo tipo de detalles a medida: pedalier deportivo, bordados en los asientos, inserciones en madera de nogal de poro abierto y efecto tridimensional, etc… Claro que entonces el precio puede llegar a superar los 300.000 euros, una fruslería teniendo en cuenta el potencial de su archiselecta clientela.

Y en cuanto a sistemas de asistencia, se incluyen Traffic Assist, City Assist o alerta de ángulo muerto, así como sistema de visión nocturna, Head-Up Display, sensores de aparcamiento y cámaras de visión perimetral. Conviene destacar que el aviso de presencia de obstáculos en el ángulo muerto no estaba antes disponible, lo mismo que el de tráfico posterior cruzado, “head up display” o la cámara de visión nocturna y cenital, lo que supone una necesaria puesta al día con sus rivales germanos de superlujo.
En todo caso, el nuevo Bentley Flying Spur 2019 no llegará al mercado hasta final de año, con una lenta entrada en las redes europeas, donde se empezarán a admitir solicitudes este otoño, con las primeras entregas para la primera mitad de 2020.