Las ventas de vehículos con motor diesel han sido de un 67% del total nacional en 2015, frente al 71% en 2011. En la primera mitad de 2016 han caído al 57%, influidas también por el escándalo Volkswagen, que se hizo público justo hace un año, aunque el año se cerrará con un promedio cercano al 60%.
Las perspectivas de futuro para el diesel no son muy halagüeñas, tanto por la oposición al mismo de algunas instancias políticas como por el encarecimiento que supondrá su total despolución mediante catalizadores SCR con inyección de urea (que suben su precio sobre los 3.000 euros) y el mayor incremento por el uso de la misma en el carburante (+5%). Aún así, seguirán siendo más de la mitad del parque europeo a motor de combustión al menos hasta 2020.
