Audi S1 y S1 Sportback

23 abril, 2014
JUAN ROBREDO

Sueño adolescente

Tras la serie limitada A1 quattro, Audi mostró en marzo pasado (Salón de Ginebra) su definitivo S1, la versión más deportiva de su gama más pequeña, desdoblado como berlina 3 puertas y Sportback de 5, con el motor 2.0 TFSI del grupo VW y tracción total quattro. Estarán a la venta a partir del próximo julio por 34.200 euros (S1) y 34.930 (S1 Sportback).

El Audi S1 hereda una denominación histórica en la marca de los 4 aros, la de su primer deportivo con tracción quattro, que tantos éxitos logró en los “rallyes” de los años 80, en la época de los Grupo B. Por eso Audi ha elegido los colores negro y amarillo para presentar su nuevo deportivo urbano, que poco tiene que ver con aquellos legendarios S1, sino con el más reciente A1 quattro que venía a anticipar estos nuevos benjamines con la sigla “S”.

Por fuera, estos nuevos S1 se distinguen por sus nuevos faros de xenon, el paragolpes frontal con mayores tomas de aire y el trasero con difusor aerodinámico de suelo entre las salidas de escape dobles, junto al deflector posterior de techo (opcional, dentro del paquete exterior quattro). Una banda negra une los grupos ópticos traseros (ahora de diodos y con un nuevo dibujo en horizontal), permitiendo reconocer por detrás fácilmente estos S1.

Por dentro, los toques deportivos los ponen los pedales de aluminio, el volante pequeño, la instrumentación con fondo gris y los asientos, con la opción de reposacabezas integrados y costuras a contraste. Dominan los detalles en negro (como las molduras de los aireadores de ventilación), pero en opción pueden pedirse metalizados, lo mismo que con el paquete interior quattro, con colores a contraste (paneles, laterales de consola) con los de la carrocería, que por cierto son sólo cuatro, con dos exclusivos de los S1. Y dentro de las opciones encontramos la apertura y el arranque sin llave, el sistema MMI “navigation plus” con pantalla retráctil en color o el equipo hi-fi Bose.

La herencia quattro.– Esta vez este 2.0 TFSI se queda en 231 CV (en el A1 quattro se llegó a 260 CV) y 37,7 mkg, con todas las características de esta variante (turbo gordo, gran “intercooler”, etc). Anuncia los clásicos 250 km/h de velocidad máxima autolimitada y 5,8 segundos de 0 a 100 km/h (5,9 en carrocería Sportback), con un consumo medio de 7 lts/100 km (7,1 el S1 Sportback), con 162 y 166 grs/km de CO2 cada uno. No son registros espectaculares para un coche tan pequeño (no olvidemos que el S1 Sportback pesa 1.340 kg en vacío, más que un León Cupra, y el S1 3p no baja de 1.315 kg), pero sin duda lo bastante brillantes como para no desmerecer en un Audi engalanado con la letra S. La tracción total quattro es un poco más simplificada que la habitual por embrague Haldex, con un embrague multidisco de reparto sobre el eje trasero y bloqueo electrónico de diferencial con control selectivo del par motriz en cada rueda a cargo del ESC (control electrónico de estabilidad), una función muy interesante en estos coches pequeños muy potentes y de corta batalla. El cambio es manual de 6 relaciones (no hay opción automática DSG).

En cuanto a la suspensión ha sido rebajada y endurecida convenientemente, y la dirección reajustada en su rapidez de respuesta. Unos frenos con discos ventilados delanteros de 310 mm de diámetro (y pinzas rojas opcionales con la leyenda S1) junto a los macizos traseros de 272 mm, y un tren rodante con llantas de 17” (y neumáticos de 215/40 R17) en ambas versiones (o bien de 18” en opción, con 225/35 R18) completan el ajuste de chasis.

Los 231 CV de su 2.0 TFSI se alcanzan a 6.000 rpm, aunque el tope máximo de vueltas está a 6.800 rpm, cuando entra el corte de inyección. Mientras sus casi 38 mkg de par están presentes de 1.600 a 3.000 rpm, lo que le permite una capacidad de recuperación en marchas largas extraordinaria. Mantiene la inyección doble (directa FSI y adicional indirecta bajo carga parcial) para reducir consumos y emisiones, y el reparto de la tracción total quattro va en función del peso (60% delante, 40% detrás). El nuevo eje motriz posterior ha supuesto la supresión de la rueda de repuesto para hacer sitio al diferencial, así como la sustitución del depósito de gasolina por otro doble comunicado (45 litros) situado por encima del árbol del cardan.

La dirección (de asistencia eléctrica) es más directa (14,8:1) y el eje trasero de 4 brazos incorpora portarruedas de aluminio. El Audi Drive Select permite graduar la entrega de potencia del motor en tres niveles (Efficiency, Auto y Dynamic) modificando desde el sonido del motor a la intensidad del climatizador automático y el ESC (ESP) puede ajustarse en modo normal, deportivo (con cierto grado de patinado) y hasta desactivarse por completo (en este caso manteniendo el efecto motriz autoblocante en cada eje).

Identificable de lejos por sus 4 salidas ovaladas de escape, los dos S1 presentan un alto grado de polivalencia, con un maletero de idéntica capacidad (210 litros, ampliables a 860 con los asientos traseros plegados) e iguales dimensiones (3,98 m de largo, por 1,74 de ancho el S1 3p y 1,75 el S1 Sportback, siendo este último casi 1 cm más alto). Además de los asientos deportivos propios, hay la opción especial de asientos “S”, en piel napa y con apoyacabezas integrados y algún paquete específico de personalización (como los packs ópticos exterior e interior), aunque su equipamiento de serie es completísimo, como corresponde a un alto de gama por muy utilitaria que sea ésta. En definitiva, el benjamín “S” de Audi pero con unas prestaciones al mismo nivel de sus hermanos.

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