El familiar más deportivo
Este ya cercano 2018 se estrenará con la cuarta generación del Audi RS 4 Avant, que con sus 450 CV, se presenta por méritos propios como el rey de este selecto y exclusivo segmento familiar, todo un superdeportivo funcional y usable todos los días.
Es un nicho de mercado, pero cada vez más concurrido; el de los familiares medios, prácticos y funcionales, dotados de una mecánica superlativa, que los convierte en auténticos lobos con piel de cordero. Estéticamente recuerda bastante al Audi RS 5 Coupé, del que acabamos de realizar su prueba y en breve publicaremos, un parecido reforzado por los mismos detalles de diseño que ofrece, inspirados en el Audi 90 IMSA GTO (que compitió a finales de los 80 en EE.UU.). En el frontal destaca el nuevo “singleframe”, más ancho y estilizado, mientras que la zaga se diferencia por el gran difusor inferior del paragolpes, con las dos grandes bocas de escape ovaladas en los extremos (seña de identidad RS) y el alerón superior de techo, ahora aún más grande que antes.
Monta de serie unas llamativas llantas de 20”, que han impuesto un ensanchamiento de 3 cm en los guardabarros, que marcan unos musculosos pasos de rueda, y una suspensión rebajada en casi 1 cm más (7 mm) sobre la del Audi S4 Avant. Sus medidas no son ya nada compactas, con sus 4,78 m de largo por 1,86 m de ancho y 1,40 m de alto , o sea 6 cm más largo que antes, 1,6 cm más alto y 1,2 cm más bajo.
Amplitud garantizada.- Con una habitabilidad interior al nivel de la de la berlina S4, mejora ha habitabilidad posterior, con una segunda fila que ofrece mucho más espacio para piernas que su antecesor, sin perjuicio de un maletero bastante generoso que supera los 500 litros con 5 plazas (505) y llega a los 1.510 con sólo las dos delanteras, plegando los asientos traseros.
El interior ofrece el acabado deportivo de los RS de Audi, en este caso con costuras a contraste en la tapicería de cuero (caso del acabado “Exclusive”)… El cuadro es digital (el Virtual Cockpit de Audi), con todos los avances en conectividad de los últimos Audi, con un navegador muy completo (Google Earth) y en opción dispone de la suspensión graduable Dynamic Ride Control, con una amortiguación variable a voluntad mediante el botón Drive Select, con el que se disfruta de una suspensión bastante cómoda para sus ruedas de 20” y corto recorrido de muelles (en la posición Comfort), mientras que en la posición más deportiva (Dynamic) tenemos una suspensión muy rígida y dura, con mínimo balanceo pero sólo apta para recorridos pie a fondo en circuito. La dirección varía también su tacto con el Drive Select, y cuenta también con un ajuste específico RS que no impide sin embargo las reacciones del par motriz en aceleraciones a tope a la salida de las curvas, fruto de esos 450 CV.
Una descomunal potencia para un coche aparentemente “normal” que sin embargo presenta un comportamiento muy noble y progresivo, menos subvirador que antes, y que incluso esta tendencia al subviraje (girar menos de lo que el conductor marca con el volante) puede reducirse aún más con el diferencial trasero deportivo opcional, que reparte el par de forma independiente entre las ruedas posteriores, aportando más a la rueda exterior en aceleración para salir de las curvas con mayor agilidad.
Misma potencia, pero con más par.- En esta cuarta generación del Avant más deportivo de Audi, el motor V8 4.2 atmosférico ha sido sustituido por un un V6 biturbo, el 2.9 TFSI que da exactamente la misma potencia de 450 CV durante más tiempo (ahora de 5.600 a 6.700 rpm) y con mucho mayor margen de revoluciones en su entrega del par máximo (61,2 mkg, 17,3 mkg más que antes), de 1.900 a 5.000 rpm, lo que le permite una respuesta mucho más lineal y contundente.
Un cambio radical que junto con los apenas 1.800 kg de peso (80 kg menos frente al anterior RS4, el B8) y la nueva caja de cambios automática ZF de 8 relaciones, le permite unas prestaciones impresionantes: de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y hasta 280 km/h de velocidad punta (si se pide sin la autolimitación de serie que la detiene en los 250 km/h). El agrado de conducción es manifiesto, y la supercontundente respuesta también, ayudado por un cambio automático muy agradable cuyo uso manual resulta muy rápido y permite una conducción plenamente deportiva (pese a ser por convertidor de par, y no el automatizado de doble embrague anterior).
La guinda final la pone la tracción total quattro, enfocada principalmente al eje trasero. En conducción normal el diferencial mecánico central manda un 60% del par al eje posterior y el 40% restante al delantero, y según la pérdida de tracción que se produzca puede llegar a mandar hasta un 70% delante o un 85% detrás. Con este reparto se prima el redondeo en curva del eje trasero y la eficacia de la trazada al guiar el eje delantero con total agarre.
Y a la hora de parar, este RS4 Avant cuenta con discos perforados de 375 mm delante y 330 mm detrás, con pinzas de 6 pistones delante y de 4 detrás. Una dotación suficiente para sus prestaciones de superdeportivo, que sólo llegan a vislumbrar su límite en un uso prácticamente de competición, aunque en ese caso Audi se guarda el cartucho de la opción de los discos perforados carbocerámicos de 400 mm para los ejes delantero y trasero, opción siempre recomendable en este tipo de versiones ultradeportivas que retrasan la fatiga del conjunto de frenado.
En suma un auténtico lobo superdeportivo, hábilmente disfrazado bajo la piel de cordero de un turismo medio familiar, para quienes quieren disfrutar de las máximas prestaciones sin llamar demasiado la atención, aunque este último punto será siempre inevitable por lo que representa uno de los mitos vivos del automóvil familiar deportivo, iniciado con el Audi 80 RS2 de 1994. Eso sí, para disfrutar de este Audi RS 4 Avant tan exclusivo hay que rascarse bastante la cartera, hasta los 96.900 euros (3.000 euros menos que el Audi RS 5 Coupé)…
