Pese al tiempo que lleva en el mercado (se lanzó en 2008), el SUV medio-grande de la marca de los cuatro aros, Audi Q5,  se sigue vendiendo bastante bien, nada menos que cerca de un cuarto de millón de unidades al año (en lo que influye mucho que se fabrique además de en Alemania, en China, Rusia e India).

Pero toca ya la segunda generación para este otoño, oficialmente prevista para final de año, con presentación oficial a finales de septiembre en el próximo Salón de París, sobre la nueva plataforma MLB Evo (reservada a los modelos con implantación longitudinal del motor) del grupo VW, lo que traerá como principal beneficio una rebaja de peso en torno a los cien kilos, que sin duda será bienvenida. Desde el punto de vista del diseño, el continuismo es la nota dominante, aunque con toques algo más rectilíneos y aristas más marcadas, junto a la parrilla “singleframe” que poco a poco va perdiendo pesadez y ganando lados (ya más octogonal que hexagonal) en vista tridimensional.

El cuadro virtual (el Audi Virtual Cockpit) será también adoptado, y desde el principio la marca de Ingolstadt ofrecerá una versión híbrida enchufable e-tron con no menos de 250 CV sobre motor de gasolina más el eléctrico. También hay previstas versiones deportivas SQ5 y RSQ5 (400 CV), pero ya para bien entrado 2017.