Audi gama S 2017 (Primera prueba)

13 octubre, 2017
C. ENRIQUEZ DE SALAMANCA
De lo bueno y lo mejor

Dicen que lo bueno es enemigo de lo mejor. El principal enemigo de la gama S de Audi está en su propia casa con las versiones RS. Pero si no deseas algo tan radical, cualquiera de los modelos S de la marca de los cuatro aros podrá satisfacer tus necesidades en cuanto a refinamiento, prestaciones y, por supuesto, deportividad.

Para ser sinceros, en muy pocas y contadísimas ocasiones podrás llevar al límite un Audi S hasta el punto de decir que te hacía falta un RS; pero, con un RS, tus empastes y tus riñones sí echarán de menos muy a menudo un confort de amortiguación menos machacón. Sin duda, un circuito es el único escenario en el que se pueden establecer diferencias y —aunque no estaban los RS para comparar— Motor Mundial tuvo la fortuna de asistir al circuito de Los Arcos (Navarra) para probar toda la gama S de Audi.

En el casi incluyo los S8 y S8 Plus —ya que el nuevo A8 está en plena fase de lanzamiento— y los SQ5 y SQ7, que sí estaban disponibles para desplazarnos desde y hasta el aeropuerto de Pamplona. La experiencia, en todo caso, me sirve para reafirmar que, salvo quieras presumir de que tienes la cartera más gorda, un S3 (300 CV) te da prácticamente las mismas prestaciones y sensaciones que un RS 3, por ejemplo.

Para todos los gustos.- La gama S de Audi está compuesta actualmente por 20 versiones, desde el S1 hasta el SQ7, incluyendo descapotables, coupés, berlinas, familiares y SUV. El rango de potencias va desde los 231 hasta, de momento, 605 CV y casi todos llevan motor de gasolina y cambio automático, aunque también hay un diésel y algún manual. Dejando a un lado a los talibanes de la ecología y la corrección política, se puede decir que hay un Audi S para todos los gustos… pero no para todos los bolsillos, porque los precios van desde 35.990 hasta 162.660 euros. Toda esa gama se estructura alrededor de 4 motores (cuatro cilindros 2.0 TFSI, 3.0 TFSI V6, 4.0 TFSI V8 y 4.0 TDi V8) más otras tantas cajas de cambios (manual de 6 marchas, S tronic de 6 y 7 velocidades y Tiptronic de 8).

Dinámicamente, como buenos Audi con tracción quattro, la gama S tiene cierta tendencia a subvirar. Asimismo, el cambio S tronic de doble embrague o el Tiptronic de convertidor de par están más enfocados a un amplio abanico de uso, desde tranquilo hasta deportivo, pero no radical. Por eso, a la hora de conducir en circuito los S1, S4, S5, S7 y TTS que había disponibles, era importante parar bien el coche antes de atacar las curvas y no apresurarse al dar gas como bien nos recomendaba Jordi Gené, responsable de la Escuela de Conducción Audi y que estaba al frente del equipo de monitores.

El S1 —el único que solo viene con cambio manual— era probablemente el más ágil y ratonero de todos junto al TTS (310 CV), insuperable en circuito por ligereza y agarre; obvio habida cuenta sus dimensiones y peso. También cabe destacar que los S4 (354 CV) disponibles llevaban el diferencial deportivo opcional y algo se notaba su presencia. Si quieres mi opinión, sólo al analizar la precisión de trayectoria o la inmediatez de reacciones en circuito y a «calzón quitado» —vamos, lo que haces todos los días, ¿verdad?— podría decirte que prefiero un RS.

Por lo que se refiere a los motores, la respuesta es contundente. Vale, al bajar del S7 con 450 CV, los 231 del S1 te saben a poco y nada. Pero el comentario general de los periodistas invitados era, insisto, “para qué quieres más”. Otro aspecto importante es que los frenos y amortiguadores —sobre todo los primeros— sufrieron un trabajo intensivo durante la jornada. ¿Aguantaron? Pues sí. Acusaron el esfuerzo en general pero seguían cumpliendo con su cometido.

Para terminar, mención especial para el SQ7, una mole de más de 5 metros de largo que se mueve con una agilidad increíble. Sí, pesa casi 2,3 toneladas, pero no lo parece. El motor 4.0 TDI V8 tiene dos turbos convencionales más otro eléctrico, ofrece 435 CV y casi 92 mkg de par máximo e impresiona por su brutal empuje en absolutamente todo el rango del cuentavueltas. A su lado, el SQ5, que lleva un 3.0 V6 TFSI de 354 CV, casi parece una hermanita de la caridad, con aceleraciones contundentes pero algo más progresivas y un sonido deportivo pero discreto respecto de las más radicales versiones RS.

En resumen, la gama S de Audi tiene un indudable atractivo y una personalidad bastante marcada. Así ha sido desde que salió al mercado en 1990 el S2 Coupé, primero de la saga entre los coches de serie y heredero del Audi S1 Sport quattro de rallyes. Por cierto, estos dos modelos llevaban un motor de 5 cilindros; curiosamente, esta arquitectura no está presente ahora mismo en la gama S pero sí en la RS. Ay, madre, ya les estoy liando otra vez…

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