No son solo caballos, son sensaciones
En el curso Sportscar de este año, dentro del prestigioso programa del Audi Driving Experience, hemos tenido la oportunidad de enfrentar al Audi R8 V10 con la última joya tecnológica con sello de Ingolstadt, el Audi RS e-tron GT, ambos fabricados en la planta de Neckarsulm, Alemania.
Se da la circunstancia de que nos encontramos en un punto de inflexión en la industria automotriz, impulsada principalmente por los políticos que, con buen criterio, quieren un mundo más limpio y ecológico a costa de cambiar la tecnología de propulsión y reducir sus emisiones a la atmósfera. Sin entrar a discutir en los plazos y los métodos para impulsar este cambio, los constructores de automóviles y en especial de los deportivos, como Audi, se han puesto las pilas (nunca mejor dicho) y empiezan a presentar modelos muy prestacionales y deportivos propulsados exclusivamente por electricidad.
Este es el caso del nuevo Audi RS e-tron GT, un modelo deportivo de tipo gran turismo que se ha convertido en el primer modelo eléctrico puesto a punto íntegramente por la división Audi Sport y orientado a los conductores más exigentes. Recientemente tuvimos la oportunidad de probarlo en carreteras abiertas y nos enamoró, quedándonos con el gusanillo de poder exprimir todas sus capacidades en circuito, el hábitat natural de las versiones RS de Audi. Pues bien, Audi España ha hecho realidad nuestro deseo en el Audi Driving Experience de este año, en el Circuito del Jarama, teniendo todavía los conductores más avezados y ávidos de sensaciones, la oportunidad de participar en el Circuito de Montmeló de este magnífico curso Sportscar los próximos 26, 27 y 28 de mayo.
Además, pasado el verano la escuela de conducción de Audi se trasladará al Circuito de Ascari (Málaga), donde se impartirán los cursos Performance del 23 al 25 de septiembre, ideales para los que buscan familiarizarse con las técnicas de conducción que permiten sacar el máximo partido a las prestaciones de su vehículo. Para finalizar la temporada, pronto se pondrán a disposición de aficionados y clientes los cursos Progressive, que se desarrollarán los días 14 y 15 de octubre en el Circuito de Los Arcos (Navarra). Además del Audi e-tron GT, la flota de vehículos con las que se imparten estos cursos contarán con el Audi R8 Coupé, el TT Coupé, el RS Q8, el RS 7 Sportback, el RS 5 Sportback, el RS 4 Avant o el e-tron Sportback.
Los cursos Sportscar tienen un precio de 550 euros para los clientes de Audi, y de 650 euros para el resto de participantes, mientras que los precios del curso Performance son de 420 y 340 euros, respectivamente. Por su parte, en el caso de los cursos Progressive, oscilan entre los 200 euros (cliente) y los 240 euros (no cliente). La información relativa a los cursos puede consultarse en la web https://www.audidrivingexperience.es, donde todos los interesados ya pueden reservar su plaza.
El curso Sportscar del Audi driving experience
Tras un «briefing» inicial donde se recuerda la correcta postura de conducción, las trazadas en la pista y las normas de seguridad, se muestran las actividades básicas de este curso impartido por monitores profesionales de reconocida experiencia y prestigio, entre los que se encontraba en esta ocasión todo un campeón de España y de Europa de Turismos y Superturismos como es Luis Villamil.
La primera actividad es una demostración de aceleración y potencia de frenado en distancia corta. Anteriormente efectuada con Audi RS 5 o RS 6 Avant, ahora la realizamos con el nuevo Audi RS e-tron GT. Aún con el modo de conducción Comfort seleccionado, la aceleración que conseguimos de manera inmediata al hundir el pedal del acelerador a fondo nos incrusta en el envolvente asiento de nuestra montura. Son unos 3 segundos de aceleración en los que vemos de reojo 100 km/h en el velocímetro y en los que debemos pensar en qué punto empezar a frenar para lograr detenernos en el lugar marcado, dentro de un perímetro delimitado por 4 conos de unos 5 metros de largo, es decir, la longitud de este modelo.
En el primer intento, la maniobra de frenado que a priori solo implica frenar sin contemplaciones en un momento dado y calcular a ojo donde vamos a detenernos, nos encontramos con la dificultad de que debemos de disminuir ligeramente la presión ejercida sobre el pedal del freno al percatarnos que hemos frenado «demasiado pronto». Y es que es muy difícil calcular, a una velocidad de infarto, dónde vamos a detener el vehículo por completo. Dotado de frenos carbocerámicos, la brutal capacidad de frenado despista la primera vez que efectuamos el reto. En el segundo intento ya no ahuecamos el pedal del freno, notando una ligera esponjosidad pisando a fondo (en frenadas normales el tacto permite dosificar muy bien) y parando increíblemente en el sitio. Hemos pisado muy tarde y los frenos han dado su máxima capacidad deteniendo el vehículo en pocos metros y en el lugar indicado. ¡Increíble!.
La segunda actividad, de frenada de emergencia y esquiva (simula un atasco repentino en la carretera) la realizamos a continuación con un Audi R8 V10 Performance de 620 CV, en bajada y con obstáculos a esquivar en forma de hilera de conos. Lógicamente, la aceleración es menos intensa en las primeras revoluciones (en el eléctrico es más instantánea), pero pronto notamos toda la aceleración de este superdeportivo de Audi orientado a la competición, ayudado por su menor peso respecto al RS e-tron GT. El tacto del pedal es algo mejor al pisarlo a fondo y la dirección es más dura, pudiendo controlar con más precisión el giro rápido del volante que efectuamos en la maniobra de evasión para situarnos en un carril paralelo al que circulamos. La maniobra la realizamos de manera controlada y sin ninguna insinuación del eje trasero, a pesar del cambio tan brutal de fuerzas e inercias, controladas estas últimas por un chasis excepcional.
La última actividad consiste en dar tres vueltas al Circuito del Jarama en conducción guiada por un monitor que, a través de un walkie-talkie, nos va marcando las velocidades del trazado, la posición del vehículo en la pista y dónde iniciar la frenada y el giro de volante (siempre con movimientos suaves y continuos) al afrontar una curva, además de en qué momento empezar a acelerar a la salida de la misma. ¡Y es que la física manda en el asfalto!
La primera tanda la realizamos con el RS e-tron GT, notando un elevado aplomo en este nuevo modelo eléctrico prestacional. Los giros rápidos de volante parecen no afectar ni descolocar el chasis, ayudado por la magnífica dirección a las cuatro ruedas. Las trazadas son impecables y la velocidad de paso por curva rapidísima, notando únicamente una dirección algo más asistida de lo requerido para mejorar su precisión de guiado y algo de inercia por su elevado peso (se acerca a 2.400 kg con el conductor), que sorprendentemente es absorbido sin problemas por su excelente chasis y suspensiones, y que además parece no afectar a la capacidad y resistencia de sus frenos.
La segunda tanda de vueltas la realizamos ya con el Audi R8 V10, «viejo» conocido del que suscribe este artículo y máximo exponente de la deportividad de la marca. Este modelo ha nacido para el circuito y su elevada potencia y estudiado chasis así lo acreditan. Lo primero que percibo es una ligereza inusitada de movimientos respecto al RS e-tron GT (son 752 kg menos de peso) y una dirección muy rápida pero bastante precisa que deberemos de controlar si no queremos ir de un lado a otro de la pista. El R8 se inscribe en las curvas con una rapidez pasmosa y llevando el selector en posición S, no tenemos siquiera que jugar con las levas del cambio, ya que la electrónica lo hace todo, teniéndonos que preocupar solo de acelerar y frenar. El sonido que nos acompaña en las aceleraciones y retenciones es sencillamente espectacular, transmitiendo lógicamente más que el RS e-tron GT, que disfruta de un acertado sonido de aceleración y deceleración especialmente compuesto y que nos hace olvidar que llevamos un coche eléctrico.
En mi opinión, «si me das a elegir…»
Si me das a elegir, entre la química líquida o la física de electrones, con esa grandeza que llevan consigo, me quedo contigo. Si me das a elegir, entre el bramido del fuego y la higiénica transmisión de electrones, me quedo contigo. Si me das a elegir, entre el sonido de la combustión o la composición emocional, me quedo contigo. Si me das a elegir, entre la tradición o el futuro, me quedo contigo. Solo deseo estar a sus mandos, soñar con sus faros, besar su capó, sentarme en su «baquet» que me hace feliz. Me he enamorado, y te quiero y te quiero, y solo deseo llevarte conmigo, que sin ti, soy un hombre perdido. Si me das a elegir, entre un mundo de olores y ese cielo infinito de ambientador azul, me quedo contigo. Si me das a elegir, entre el corazón o la razón… me quedo contigo.