En Ingolstadt se preparan ya para el relevo (en 2015) de su A4, cuyo próximo modelo está ya muy avanzado. Sin embargo ha habido una fuerte polémica interna entre quienes consideran que hay que romper la pauta del “más de lo mismo” y quienes pretenden mantener la actual estética que tan buen resultado les ha dado. En el centro del debate está la parrilla frontal “singleframe”, ya agotada para muchos pero que la cúpula de Audi se resiste a cambiar con uñas y dientes. La única concesión parece ser la liberación de lamas de la parte superior de la parrilla hexagonal, junto a una disposición más sobresaliente de las mismas (en “3D”, como gustan de llamarlo). Esto, junto a faros más rasgados y aristas más marcadas (en la línea de los A3) serán los cambios principales de un modelo que vendrá a marcar una mayor separación de imagen visual sobre las gamas A6 y A8. El futuro A4 apenas ganará en tamaño dado que ya es incluso demasiado largo (4,72 m) para su segmento, se aumentará el abanico de su oferta motriz (de 122 a 340 CV) y la simplicidad del sistema MMI y se mantendrá la cura de adelgazamiento a base de aluminio (una media de 100 kg de rebaja sobre su peso actual). El fichaje de Wolfgang Dürheimer (ex Porsche) como director de I+D apunta también a nuevas soluciones técnicas.
