Un compacto clásico y elegante
Por vez primera Audi ofrece con la tercera generación del A3, una berlina tres volúmenes de 4 puertas en el segmento compacto “premium”, con la elegancia y calidad habitual de la marca de los 4 aros, en esta versión diesel 2.0 TDI 150 CV al filo de los 30.000 euros de precio.
Fabricado en la planta húngara del grupo VW en Gyor, su filosofía resume en un formato medio (4,46 m de largo) la fórmula de la berlina clásica de 4 puertas y maletero independiente, bajo las pautas Audi de máxima ligereza (1.390 kg de peso en vacío, a base del empleo extendido del aluminio), con un reparto de peso frontal dominante (59/41) pese a su mayor voladizo posterior.

Con la misma distancia entre ejes (2,64 m) que el A3 Sportback, o sea 4 cm más de batalla que el A3 de 3 puertas, mide 4,46 m de largo (14 cm más que el A3 Sportback) por 1,80 de ancho y 1,42 de alto. Su diseño tiene personalidad propia, con su maletero independiente perfectamente integrado en el tercer volumen de la parte posterior. No resulta demasiado serio ni conservador, sino una berlina sobria y elegante y que trasmite a la vez un aire de dinamismo.
Carácter propio.– El frontal es como el resto de los Audi A3: misma parrilla “singleframe”, mismos faros y retrovisores, pero más empaque gracias a sus anchos pasos de ruedas y a las anchas tomas de aire del paragolpes que subrayan su anchura. Lateralmente destaca un cierto aire de coupé con su marcada caída del techo hasta el voladizo trasero, sin renunciar a un cómodo acceso a las plazas traseras rematado por los grandes pasos de ruedas que alojan (en nuestra unidad de prueba) unas llantas de aleación de 18” con neumáticos 225/35 WR18.
La zaga es muy elegante, con los pilotos repartidos entre aletas y tapa del maletero, cuya apertura deja acceso a un hueco de carga de 425 litros, el mayor de todos los A3, aunque muchos de sus rivales lo superan y tampoco gana mucho si abatimos los asientos traseros, porque el tabique interno entre habitáculo y maletero deja un hueco angosto que complica la carga de objetos grandes y largos. Tabique cuya única explicación frente al resto de la gama es mantener la rigidez trasera del coche.
Una vez dentro tenemos a primera vista una ambientación similar al resto de los Audi A3, con la alta calidad presente en el resto de los modelos de la familia. En las plazas delanteras no se aprecian diferencias, pero destaca su cuidada ergonomía, que permite adoptar una buena posición al volante con independencia de la altura del conductor, con excelentes asientos tanto por sujeción como por confort.
Y como en todos los coches de su clase es difícil asentar 3 adultos en las plazas traseras, tanto por su cota limitada de altura debido al diseño descendente del techo (suficiente para que quienes miden 1,80 m de estatura rocen con la cabeza en el techo), como por la altura lateral interna, más estrecha que en el resto de los A3, obligando a las personas a acercarse hacia el centro de la banqueta. Eso sí, dispone de muy buen espacio para las piernas.

Al volante, la ergonomía es buena y el conductor tiene a su alcance todos los mandos e instrumentos. El salpicadero en forma de arco es sobrio y funcional y de su parte central se despliega eléctricamente la pantalla retráctil de 7” (que usa el MMI), situándose tras el volante el cuadro con dos grandes relojes (cuentarrevoluciones y velocímetro) y entre ellos, el “mini display” del ordenador de a bordo, con la consola inclinada hacía el conductor y todo rodeado por los 4 aireadores y el volante de 3 radios achatado por abajo.
Motor: suave, potente y de mínimo consumo.– El conocido turbodiesel 2.0 TDI pasa ahora de 140 a 150 CV a 200 rpm menos (de 4.200 a 4.000 rpm) manteniendo el mismo par máximo de 32,7 mkg pero a mayor espectro de vueltas, con más agilidad y menor nivel sonoro. La caja de cambios manual de 6 marchas presenta unas relaciones bastante cerradas entre 1ª y 2ª marcha, y más abiertas en 3ª,4ª y 5ª, para volverse a cerrar en la 6ª, con un desarrollo final de 58,4 km/h a 1.000 rpm, lo que le permite circular a 90 km/h a sólo 1.500 rpm, pudiendo recuperarse hasta alcanzar su velocidad máxima sin necesidad de reducir de marcha, gracias a la gran elasticidad del motor.
Sus prestaciones son igualmente muy brillantes para un turbodiesel de 150 CV: los 220 km/h de velocidad punta llegan antes del régimen de potencia máxima (a 3.800 rpm), y acelera de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos (con sólo 30 para cubrir el km con salida parada). Y se recupera igual de bien: a 50 km/h en 5ª cubre los 400 m en 18 segundos y los 1.000 m en 31,9. Y todo con un consumo sensacional: circulando a 90/100 km/h gasta 4,3 lts/100 km, y sube a 5 a 120/130 km/h, con un máximo urbano de 5,9 lts/100 km. No se puede pedir más a un coche que además pesa 1,4 toneladas.
Comportamiento: como los demás A3.– En cuanto a comportamiento dinámico, es más ágil y deportivo que un A4 (al nivel del A3 Sportback), sin que le afecte para nada el aumento de volumen de la parte posterior. Circulando rápido se muestra suavemente subvirador en curva cerrada pero muy predecible de reacciones, con un buen aplomo en recta gracias a su firme pisada. La suspensión deportiva de serie, con amortiguadores más duros y muelles reforzados rebaja su altura 1,5 cm, y ello unido a unas barras estabilizadoras de 24 y 20 mm de grueso respectivamente procura una suspensión firme y algo seca, acentuada por el excesivamente bajo perfil (35) de los neumáticos de la unidad de prueba.

El resultado es una gran eficacia dinámica a costa de un confort de marcha mejorable. La dirección eléctrica variable es precisa y directa (2,75 vueltas de volante), con un aceptable diámetro de giro de 11,1 metros, y los discos de freno (ventilados y de 288 mm de diámetro delante y macizos de 272 mm detrás) ofrecen una frenada potente y de buen tacto, siendo difícil que lleguen al “fading” en uso intensivo, complementándose con la asistencia de un ABS de 5ª generación muy bien tarado.
Precio; más competitivo que nunca.– De serie, este A3 Sedan Ambition trae lo que se espera en un coche de su clase: siete airbags (incluido el de rodillas), climatizador dual, Audi Drive Select (con la gestión variable de modos de funcionamiento del motor y dirección), sensores de luz y lluvia, Stop/Start, volante multifunción de 3 radios, suspensión deportiva, radio MMI con Bluetooth, ordenador de a bordo, ABS de 5ª generación con EBV y SAFE, ESP, ASR, EDS, etc…
En opción tenemos el equipo hi-fi Bang & Olufsen, el Audi Connect para conectarse a Internet, reconocimiento de señales de tráfico, asistente de aparcamiento y de mantenimiento de carril (y de salida del mismo), suspensión Magnetic Ride, faros de xenon, Audi Hold Assist, asientos delanteros con reglaje eléctrico y calefactables, cámara trasera, airbags laterales traseros, faros direccionales inteligentes, Tempomat, techo solar eléctrico, MMI Navigation Plus, etc.
Su precio no es barato, pero teniendo en cuenta su carácter “premium”, los 30.670 euros de la versión Ambition probada (algo más de 5 millones de las antiguas pesetas) están más justificados que nunca, quedando el recurso de adquirir la versión Attraction, algo más espartana, por 28.190 euros.