Que las sillas infantiles para coches son cada vez más incómodas de manejar debido a su mayor peso y a su volumen creciente, obligados por su mayor seguridad y exigencia administrativa es un hecho incuestionable. Y de esto quizá la marca que más sabe es la sueca Volvo, que en estos días celebra su 50 aniversario de su dedicación a proteger a los ocupantes más pequeños y vulnerables del vehículo (en 1964, Bertil Aldman, doctor en medicina y profesor de universidad, desarrolló el primer prototipo de asiento infantil que Volvo experimentó en un PV544 para, después, en 1967, lanzar la primera sillita infantil para colocarse orientada en sentido contrario a la marcha en el Volvo Amazon).
Este 50 aniversario se ha hecho coincidir con la presentación de un nuevo concepto de asiento infantil, hinchable y ligero, orientado en sentido contrario a la marcha (1) y ciertamente revolucionario, creado por Lawrence Abele (director de diseño del Centro de Creación de Volvo en Los Angeles). El nuevo asiento pesa menos de 5 Kg (la mitad que los asientos actuales), incluye un innovador sistema de bombeo silencioso y una estructura eficaz, hinchándose en 40 segundos y se deshincha con una bomba integrada. Además está conectado por Bluetooth, lo que permite una amplia gama de funciones como la posibilidad de hinchado por control remoto, y cabe perfectamente en un bolso de viaje. Su tejido (llamado drop-stitch) es muy resistente cuando se hincha y se utiliza a menudo en el sector náutico.
(1)El cuello de los niños no es tan fuerte como el de los adultos. Y teniendo en cuenta que en un choque frontal, la cabeza de un pasajero sentado en el sentido de la marcha se proyecta hacia delante y ejerce una enorme presión sobre el cuello, un niño hasta los 3/4 años, debe sentarse mirando hacia detrás si se quiere que vaya más protegido.
