El regreso de un mito

Renault presentó ayer en Mónaco el retorno de su mítica Alpine con un bonito Show Car, ahora como marca independiente dentro de Renault, que finalmente lanzará un coupé biplaza en el segundo trimestre de 2017, a un precio que rondará los 50.000 euros.

Fiel a uno de sus primeros y exitosos diseños de carrocería (A 108/110) y en el excepcional marco de uno de los tramos más famosos del Rallye de Montecarlo, el puerto de montaña «Col de Turini», donde los Alpine cosecharon grandes victorias, se presenta este Show Car.

Han pasado ya cuatro años desde que se tomó la decisión de relanzar comercialmente la marca Alpine a través de este deportivo con motor central que creara en 1955 Jean Redelé, tras 26 años sin lanzar ningún nuevo modelo. Su fabricación se hará en la factoría francesa de Dieppe, con la que resucita la legendaria marca (cerrada en 1995) representada por el logo de la “A con flecha”, en un año en el que Renault también vuelve a la Formula 1, una vez subsanados los problemas económicos gracias al éxito de sus nuevos modelos SUV (Captur y Kadjar) y de las berlinas Megane, antesala de los otros lanzamientos inminentes previstos de los nuevos Scenic y Koleos (Salón de Ginebra).

Entre 1955 y 1995, Alpine fabricó 30.000 coches deportivos. A pesar de un paréntesis de veinte años, Alpine sigue respirando gracias a la actividad de los antiguos trabajadores de la marca, el fervor de los clubes de aficionados y el compromiso de pilotos privados en múltiples y variadas competiciones que no han dejado que decaiga.

Por fin, en el Salón de París que se celebrará a primeros de octubre próximo, la firma del rombo presentará oficialmente el sucesor del A610 (1990-1995), último modelo de la marca fabricado, avanzando ahora su prototipo Alpine Vision, que prefigura ya su estilo definitivo inspirado en el mítico Alpine A110 (1961-1977).

La pasión como inspiración de diseño.- El Alpine Vision representa el coche deportivo potente, elegante y ligero, dedicado al más puro placer de conducir. Dotado de una silueta baja y estilizada, un capó abombado que aloja dos pares de faros redondos, unos flancos ahuecados y unas aletas traseras ceñidas que acompañan una popa afilada subrayada por luces horizontales: no cabe duda, es un Alpine. La «A con flecha» firma las aletas delanteras y los flancos. Además, no faltan las referencias al A110 y a otros modelos emblemáticos.

Las dimensionadas llantas diamantadas sugieren velocidad y elegancia, aunque lógicamente no las llevará el modelo de producción final, al igual que los finos y estilizados espejos retrovisores. La zaga, con pasos de rueda ensanchados, da cobijo a entradas de aire disimuladas en las lunas custodias para favorecer la refrigeración del motor, situado en posición central trasera, montando los pilares traseros una pequeña y estrecha bandera francesa a modo de embellecedor. Los alargados pilotos traseros  incorporan una firma luminosa por led en forma de «X», mientras qu el diseño de la luneta respeta la forma emblemática que en su momento popularizó el A110.

En su personalizado interior, nada más abrir la puerta aparece un peldaño de aluminio firmado con los nombres de los diseñadores del show-car, invitando a subirse a bordo de esta creación única. El contraste entre los materiales y los colores marcan el ritmo en el interior. Los detalles, muy trabajados, se unen a las piezas con tratamiento en bruto, uniendo a la emoción visual también la emoción táctil.

El habitáculo recurre a la piel, el aluminio y el carbono, creando una atmósfera contemporánea. Los elementos high-tech combinan entre sí las piezas que evocan la competición y las que hacen referencia a la herencia Alpine. Por ejemplo, el tirador de apertura de la puerta retroiluminado contrasta con el guarnecido de piel adamascada de color negro, subrayado de pespuntes de color blanco, que acolcha las contrapuertas. Los asientos estilo «baquet» que integran un arnés con hebilla de aluminio inspirado en la competición, están realizados en piel acolchada

El piloto dispone ante sí de una pantalla TFT personalizable con toda una serie de instrumentos. Los dos pedales y el reposapiés de aluminio llevan tres triángulos estampados que evocan las cumbres alpinas. El volante de tres radios, también de aluminio, está dotado de una gran llanta central cubierta de piel de color negro pespunteada. Rodeado de enormes levas de selección de marchas, incluye un sugerente botón «Sport». Los mandos principales están realzados y disponen de una retroiluminación de color «azul Alpine» que ilumina también el centro de los aireadores.

En el centro, la consola central se asienta sobre una estructura de aluminio bien visible y revestida de cuero y parece flotar dentro del habitáculo, al más puro estilo de los superdeportivos actuales. Da cobijo a la tablet táctil multimedia así como a un cronómetro circular. El botón «Start» está al alcance de la mano, protegido por una clavija que no ofrece resistencia ante la tentación de ser accionada. La explosión de los sentidos es inminente.

Potencia y cilindrada por confirmar.- Este nuevo modelo del que todavía se desconoce su nombre definitivo, es un  pequeño coupé 2 plazas con cilindrada y potencia todavía por confirmar, pero que a todas luces derivará del 2.0 Turbo del Renault Megane RS potenciado hasta los 300 CV, sacados de su motor de 4 cilindros en línea situado en posición central con propulsión trasera. Un auténtico deportivo que rivalizará por prestaciones y precio (se estima que ronde los 50.000 euros) con los Alfa 4C y Porsche Boxster/Cayman, estos último rebautizados recientemente como Porsche 718. Lo que sí se ha confirmado es su aceleración de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos, gracias a una relación peso/potencia favorecida por su  tamaño compacto, similar al Renault Clio y con unos 4,20 m de longitud.

Con fecha de comercialización prevista para mediados de 2017 para este coupé biplaza Alpine, a través de los concesionarios Renault como marca independiente, la marca ya ha confirmado que le seguirá una versión roadster, con visos de ser aún más espectacular.