A la venta en verano
La versión descapotable definitiva del Alfa Romeo 4C, mostrada en el Salón de Detroit se va a hacer esperar algo más; su producción, en serie pero artesanal, en la planta Maserati de Módena, retrasará su lanzamiento comercial a principios del próximo verano. La marca milanesa de Fiat espera presentarlo en primavera con datos ya de precios y acabado.
Como ya se vio hace casi un año en Ginebra, este Alfa 4C Spider ofrece, aparte de la ausencia de techo, algunos detalles específicos propios, como el fondo de carbono de los faros o las llantas (de 18” delante y 19” detrás) de aleación y diseño exclusivo. La célula central ha sido reforzada para compensar la falta de techo con refuerzos de fibra de carbono, con una barra antivuelco, un alerón posterior y el marco del parabrisas igualmente reforzado. Todo ello ha supuesto un incremento adicional de 60 kg sobre el 4C “berlinetta” que ya está en la calle, pero aun así se mantiene en vacío al filo de la tonelada (1.100 kg).
Estéticamente, los mayores cambios se aprecian por detrás, donde desaparece la luneta sustituida por una prolongación de la zaga hacia delante, realizada en SMC (plástico “composite”) que acoge los apoyacabezas y la barra antivuelco central carenada). El SMC pesa menos que el aluminio, es más aislante y no se deforma con los pequeños impactos. Detrás, destacan los escapes dobles de Akrapovic (titanio y carbono), repitiéndose la clásica distribución de peso 40/60 del 4C cerrado.
El motor es el mismo 4 cilindros turbo TCT de 1.750 cc e inyección directa de gasolina, con distribución variable por doble variador continuo, con turbo de efecto “scavenging” para eliminar su retraso de respuesta, y el cambio es también el TCT automatizado de doble embrague, con uso secuencial por levas al volante. Con sus 136 CV/litro (237 CV totales) y un par de 35,7 mkg (constante entre 2.200 y 4.250 rpm), este 4C Spider anuncia más de 250 km/h de velocidad punta y acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos (con el “launch control”).
La batalla del peso.- Como el 4C coupé, lo más atractivo de este 4C es que huye de la tendencia hacia grandes deportivos muy potentes, basando su compromiso no tanto en la potencia como en el peso, bajo la pauta marcada de otros deportivos ligeros (Mazda MX-5, Subaru BRZ, Toyota FT 86, Porsche Cayman etc), pero bajo la fórmula biplaza de motor central. Alfa Romeo ha apostado por un “roadster” ligero y pequeño (4 m de largo por 2,38 m de batalla), con el motor transversal en posición central y animando las ruedas traseras.
Utilizando materiales ligeros como la fibra de carbono mixta, aluminio, poliéster… y recurriendo a un motor brillante pero de gran serie (el 4 cilindros turbo de 1.742 cc e inyección directa, ya conocido en los Lancia Delta y Alfa Giulietta), Alfa Romeo logra una relación peso/potencia de menos de 4 kg/CV, que le permite iguales o mejores prestaciones que las que obtendría con un V6 de 3 litros, gracias a un peso total de poco más de la tonelada (con todo este 4C Spider ha “engordado” más de la cuenta, ya que los 955 kg de Ginebra son ya 1.060 en seco y 1.130 en orden de marcha… También le pasó al 4C coupé, de que de 850 kg originales, ha acabado con 1.118…).
El cambio es el mismo TCT (Twin Clutch Transmission) de doble embrague en seco del 4C Coupé, con levas al volante y el programa de selección DNA (por sus siglas de los tres modos normales de conducción, Dynamic, Natural y Allweather, con un cuarto modo deportivo (“Race”) en el que se anulan los controles de tracción y estabilidad. El chasis mantiene la parte posterior en fibra de carbono, y de aluminio y fibra compuesta en otras zonas, incluida la trasera, mientras que las suspensiones reflejan buscan la máxima eficiencia, con un eje independiente delantero por doble paralelogramo “de cuadrilátero alto” (triángulos superpuestos) y el posterior MacPherson a la japonesa. Así las cosas, este 4C soporta aceleraciones laterales de 1,1 g y de 1,25 g en las frenadas.
De aspecto, hay pocos cambios sobre el 4C coupé, salvo la zona plana posterior sin luneta, y el pequeño techo tipo “targa” desmontable (pero textil, aunque rígido y plegable para poder llevarlo en el coche; más adelante se ofrecerá además otro más rígido en fibra de carbono como “hard top”). La tapa posterior del motor lleva tres salidas de aire y un alerón aerodinámico central tras el “puente” del arco de seguridad y punto de fijación posterior de la capota. Detrás, destacan los pilotos circulares (de diodos) y las salidas de escape en las esquinas (más adelante habrá un kit Sport con doble salida central, que también llevará el 4C QV -“Quadrifoglio Verde”- de 270 CV).
Cambian ligeramente los faros respecto al 4C Spider de Ginebra 2014 y hay dos nuevas tomas de aire supletorias en la zona inferior de la cintura. Las dimensiones son las mismas, aunque gana 1 cm de largo frente al modelo 2014 (3,99 m) y 1 cm más de altura (1,19 m), con el ya citado reparto de pesos 40/60, que con poco más de 400 kg sobre el eje delantero le permite montar una dirección sin servoasistencia.
En el interior, los asientos van tapizados en piel de serie y monta una estructura en material compuesto. El pedalier es de aluminio y el volante de piel, con fondo plano. Lleva una pantalla multifunción de 7”, equipo hi-fi Alpine, y diverdad posibilidades de conectividad (streaming Bluetooth, puerto USB, interfaz para iPod y CD/MP3, etc). En función del modo elegido en el DNA, el cuadro digital de instrumentos (con pantalla TFT) cambia su configuración, mostrando solo la información relevante según el modo elegido, y el color: amarillo para Race, rojo para Dynamic, gris para Natural y azul para AllWeather.
En su fase inicial se ofrece con 7 colores de carrocería (rojo Alfa, negro, blanco, gris basalto metalizado, rojo competizione tricapa metalizado, blanco Madreperla tricapa nacarado y amarillo). Para la tapicería existen varias opciones, dependiendo del color de la piel y de las costuras y su tren rodante parte inicialmente de ruedas de 17” delante y 18” detrás (con neumáticos Pirelli P Zero de 205/45 ZR17 y 235/40 ZR18 en cada eje), o bien opcionales de 18” y 19” en negro o gris oscuro (205/40 ZR18 y 235/35 ZR19). Respecto a los frenos, este 4C Spider monta los mismos de su hermano cerrado, con cuatro discos autoventilados y perforados y pinzas Brembo de aluminio de cuatro pistones en el eje delantero y doble en el trasero.
Entre 50.000 y 60.000 euros.- Aún no hay cifras oficiales de consumos y emisiones, ni tampoco de prestaciones oficiales (los 257 km/h de velocidad punta y 4,5 segundos en el 0-100 km/h son datos del 4C Coupé) aunque las previsiones los cifran en torno a los 6 l/100 km (con menos de 140 g/km de CO2). Tampoco hay datos oficiales de precio, aunque los portavoces de la marca avanzan que estará entre los 55.000 y 60.000 euros, para poder competir con sus rivales nipones y germanos, especialmente los Audi TT Roadster y Porsche Cayman. Un precio que en todo caso le aleja de convertirse en el deportivo popular de la marca del “biscione”, como se pretendió en su día, cuando se hablaba de un precio de partida de 30.000 euros, con el techo puesto en el umbral de los 40.000 euros como máximo. Un techo lógico ya que al fin y al cabo, y por muy artesanal que sea su construcción, no deja de incorporar elementos de producción de gran serie…