No; descuiden, no vamos a utilizar la palabra género para referirnos al producto expuesto en los stands del salón ginebrino, para nosotros el mejor entre los que se celebran en Europa, y no solo por los espectaculares modelos que adornan esta exposición del automóvil, sino por lo fácil y cómodo que resulta verla. Nos estamos refiriendo al otro género: el femenino.

Y es que «el de Ginebra » de este año no hizo gala de su nombre de mujer en su inauguración, siendo el salón del automóvil suizo más soso entre los muchos que recordamos, en cuanto a la poca presencia de féminas (mises, modelos y azafatas) contratadas por las marcas para que lucieran palmito junto a sus nuevos modelos. Aunque bien es cierto que también hubo algunos bellezones (aunque pocos) en los stands de algunos carroceros y en algunas marcas de fabricantes generalistas. Pero también los hubo que quitaron hasta las azafatas, asegurando con la ausencia del género femenino el desencanto del otro género, acostumbrado a verlas en el entorno de los automóviles. Al fin y al cabo más del 80% de los visitantes a la gala de inauguración del Salón de Suiza, nevada y fría por más señas, fueron personas del género masculino.

Otro cantar lo fue el interior de los stands de las marcas, con sus despachos y servicios (y también de catering) donde reina el género femenino y donde cada vez más lo pueblan las ejecutivas de las marcas europeas, japonesas y coreanas, a las que desde aquí rendimos homenaje, agradecemos su presencia y valoramos su profesionalidad y trabajo en ese día 8 de marzo, fecha de la apertura del Salón al público general, que coincidió con el Día Internacional de la Mujer, en el que las huelgas generalizadas en muchas ciudades españolas no parece que sea el medio más eficaz para concienciar al legislador y a la mayor parte de la sociedad para seguir con un progreso por la igualdad de género que es imparable, por mucho que intenten medrar algunos políticos, sindicatos machistas y otros que solo buscan el postureo.