El entorno del automóvil está cambiando a marchas forzadas, obligado por la presión de los gobiernos a los fabricantes a través de severas normativas anticontaminantes que penalizan cada vez más los excesos de emisiones de CO2. Y esto impulsa con fuerza la introducción en el mercado de vehículos de cero emisiones, apoyados a su vez por los gobiernos con ayudas a la compra.
En este sentido, Renault ha hecho realidad la movilidad eléctrica a través de dos modelos, Fluence y Kangoo (cuyas entregas empiezan a partir de septiembre), de los que ya se pueden hacer pedidos (www.renault-ze.com), y que son la punta de lanza de una completa gama “Zero Emission” a los que se añadirán en diciembre el Twizy (biplaza ciudadano) y el ZOE (utilitario del segmento B), ya en la primavera del 2012. El Fluence Z.E. y Kangoo Z.E. compartirán línea de montaje junto con las versiones con motor térmico en Bursa (Turquía) y Maubeuge (Francia) respectivamente.
Como sucede en otros fabricantes, la creación de estos vehículos eléctricos a partir de otros con motor térmico pasa, como es lógico, por la sustitución de este último junto con el depósito de combustible, por un motor eléctrico síncrono alimentado por unas modernas y muy caras baterías de iones de litio. En el caso del Fluence Z.E., el motor genera 70 kW (95 CV) con 250 kg de baterías situadas tras los asientos (en el maletero), lo que se ha provocado un incremento de la longitud del Fluence Z.E. por detrás del eje trasero de 13 cm ( hasta los 4,75 m), para que la capacidad del maletero mantenga apenas 300 litros (230 litros menos que la versión convencional).
El paquete de baterías permiten una autonomía media de 160 km, aunque el record de recorrido se ha conseguido en Israel, con hasta 186 km (con 40ºC de temperatura) en ciclo estándar.
Para el Kangoo Z.E. se utiliza un motor de 44 kW (70 CV) con el mismo paquete de baterías situadas bajo el piso de la zona de carga, sin que su capacidad se vea mermada (entre 3 y 3,5 m3 y 650 kg), y con la misma autonomía que el Fluence Z.E. Estas baterías están formadas por 48 módulos de 4 celdas cada uno que generan una capacidad eléctrica de 22 kWh y que se recargan completamente entre 6 y 8 horas enchufados a la corriente convencional de 220V 16ª mediante un cable adaptador.
También admite carga rápida a 400V (en 20 minutos carga el 80%), pudiendo cargar 10 minutos para poder recorrer 50 km, mientras que para las largas cargas domésticas se recomienda emplear el cargador Wall-Box que gestiona la carga con las tarifas más baratas.
En términos prácticos, Renault dice que el gasto económico a los 100 km de un vehículo eléctrico supondría un tercio del coste de otro diesel de similar potencia. En la práctica, la conducción de estas versiones eléctricas produce una agradable sensación de empuje constante desde el primer momento que pisamos el acelerador y sin percepción del ruido del motor (apenas un zumbido). Cuando levantamos el pie notamos la acción de un enérgico freno motor que en conducción normal y si nos anticipamos, evitaremos pisar el pedal del freno y además recargaremos ligeramente las baterías. El motor eléctrico genera un par máximo constante de 23 mkg y acelera sin ningún problema hasta 75 km/h con el peso de cuatro personas dentro.
Al ser esta una prueba de conducción urbana con el Fluence Z.E. (apenas un par de kilómetros con rotondas), no hemos podido salir a carretera para comprobar las recuperaciones, aunque intuimos que no tendrá demasiados problemas para alcanzar la velocidad máxima autolimitada a 135 km/h (130 km/h el Kangoo Z.E.). Además de la palanca de cambios de tipo automática, se sustituye el cuadro de relojes convencional por otro sin cuentarrevoluciones que incluye velocímetro, nivel de carga de las baterías, indicador de demanda de energía y autonomía restante a través del ordenador de a bordo.
El sistema de compra que propone Renault consiste en la venta de los vehículos por 23.600 € (Kangoo) y 25.960 € (Fluence), a la que hay que descontar la ayuda del Gobierno de hasta 6.000 € (sólo éste año). Las baterías van a parte y se ofrecen bajo renting de 79 y 85 €/mes para los Fluence y Kangoo (límite de 10.000 y 15.000 km/año respectivamente), hasta que la tecnología esté plenamente garantizada. Y no es que las baterías de litio (el elemento del coche más caro proporcionalmente) no sean fiables, sino que un automóvil puede durar más que la actual vida útil de las mismas (garantizan el 100% de capacidad en 8 años y del 80% hasta los 10 años). A la tradicional garantía de 2 años del vehículo, Renault llega hasta los 5 años para los elementos de tracción eléctrica, garantizando de por vida las baterías.