Con motor diesel optimizado
El nuevo Honda Civic enriquecerá su gama a partir de marzo de 2018 con el esperado motor diésel 1.6 i-DTEC de 120 CV, revisado de forma exhaustiva para superar el nuevo del ciclo de emisiones y consumo de combustible para vehículos ligeros a nivel mundial (WLTP).
Honda tiene ya lista una motorización diésel para el nuevo Civic que presentará oficialmente en el próximo Salón del Automóvil de Frankfurt este septiembre, en exclusiva para el mercado europeo. Hay que recordar que la décima generación del Civic inició su comercialización a principios de este año solo con motores gasolina de 1.0 (129 CV) y 1.5 litros (182 CV). Este motor diésel de Honda que ofrece una combinación muy ventajosa de rendimiento y ahorro de combustible, ha sido uno de los primeros en superar el nuevo del ciclo de emisiones y consumo de combustible para vehículos ligeros a nivel mundial (WLTP, del inglés Worldwide Harmonised Light Vehicle Test Procedure), que entra en vigor este año. Hasta ahora, para medir se empleaba el ciclo NEDC (del inglés New European Driving Cycle), que se basaba en un perfil de conducción teórico, con lo que con el nuevo ciclo WLTP se obtiene resultados más fieles a la conducción real.
Concretamente, el propulsor diésel se trata del conocido 1.6 i-DETEC que Honda ofrecía en la novena generación del Civic, pero ahora recibe mejoras significativas tanto en el motor como en el sistema de escape, con el fin de maximizar el rendimiento en condiciones reales de conducción con un consumo de combustible mínimo de 3,7 l/100 km (pendiente de homologación definitiva) y unas emisiones de CO2 de 99 g/km (según el ciclo WLTP).
El motor de 1.597 cc mantiene la potencia y el par máximo de 120 CV a 4000 rpm y 300 Nm a 2000 rpm respectivamente, empleando el mismo sistema de inyección directa de combustible de Bosch e incorpora un compacto turbocompresor de alta eficiencia además de un sistema de recirculación de los gases de escape (EGR) de baja presión. Entre las mejoras realizadas en el motor, destaca la reducción de la fricción de los cilindros gracias a unos pistones fabricados con una aleación de acero con cromo y molibdeno de gran durabilidad, así como nuevo y avanzado sistema de esmerilado de los cilindros con la finalidad de conseguir desplazamiento más fluido de los pistones. También cuenta con un renovado diseño de los puertos de admisión desarrollados para favorecer un eficaz flujo de admisión.
Gracias a un cigüeñal ligero y de gran resistencia, y un bloque de motor de aluminio, se ha conseguido minimizar el peso del motor. Además, gracias a la adopción de unos rebordes fundidos adicionales en el bloque de cilindros se ha conseguido aumentar la rigidez estructural, lo que permite a su vez controlar mejor el ruido y las vibraciones.
El resultado no ha podido ser mejor, ya que el nuevo motor 1.6 i-DTEC de Honda es uno de los primeros en superar el test de emisión de partículas y NOx del Real Driving Emission (RDE). El límite inicial de NOx para motores diésel que estipulan las pruebas RDE es de 168 mg/km, el cual entra en vigor el 1 de septiembre de 2017 para los nuevos tipos de vehículos. En este sentido, el conjunto propulsor diésel cuenta con un nuevo sistema de conversión del almacenamiento de NOx (NSC, del inglés NOx Storage Converter) con catalizadores de mayor tamaño y un contenido más alto de metales nobles (plata, platino y neodimio) que almacenan gas de óxido de nitrógeno hasta el ciclo de regeneración. Un sensor de hollín detecta cuándo es necesario el ciclo de regeneración, lo que incrementa la durabilidad del sistema de escape.
El nuevo motor, que se ensamblará en la fábrica de Honda en Swindon (Reino Unido), estará disponible en carrocerías de cuatro y cinco puertas, y permite al Civic pasar de 0 a 100 km/h en 10,4 segundos. Asociado a una caja manual de 6 velocidades, a mediados del próximo año el nuevo propulsor diésel contará opcionalmente con una transmisión automática de nueve velocidades, siendo la primera vez que la adopta un automóvil con solo tracción delantera.