Puesta al día
Con una acertada remodelación de su Continental GT, la marca de Crewe refresca su selectísima oferta en el nicho de los coupés de 4 plazas de lujo. Con este renovado Continental GT que llegará en la próxima primavera y pese a su peso (2.320 kg en vacío), Bentley se permite el lujo de apabullar con sus prestaciones… y consumo.
Con un precio final que supera los 200.000 euros, este Continental GT completa la oferta en esta gama que cuenta con los coupé, Supersports coupé y Supersports Cabrio, presentes desde 2009. Anuncia 318 km/h de velocidad punta (suficientes en nuestro país para que nos metan en la cárcel por delito de lesa velocidad) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos (10,2 hasta 160 km/h y menos de 15 hasta los 200 km/h). Todo gracias a los 575 CV de su revitalizado motor de 6 litros y 12 cilindros en W estrecha, procedente del banco de órganos del grupo Volkswagen (ya saben, el W12 conocido en los Audi A8, VW Phaeton, etc).
Alimentado con un turbocompresor por bancada, en este caso “sólo” rinde 575 CV y 71,4 mkg de par (recordemos que no hace mucho, este mismo motor W12 anunciaba 621 CV en el Continental Supersports Cabrio), más que sobrados para las prestaciones antes referidas. Con un cambio automático QuickShift de 6 relaciones (ZF), este renovado Continental GT ha mejorado también sus cifras de consumo y emisiones, que a pesar de todo no dejan de ser bastante elevadas (un promedio combinado de 16,5 lts/100 km, con un máximo urbano de más de 25 y un mínimo interurbano de 11,4, rozando la emisión de CO2 los 400 grs/km -exactamente, 384-).
Inconfundible con su frontal de doble faro (ahora más grandes), su rejilla tradicional y sus impresionantes ruedas de 20 pulgadas de diámetro calzadas con neumáticos de 275/40 ZR20 (ó bien las opcionales de 21” con cubiertas de 275/35 ZR21, este Bentley coupé mantiene la tradición de los “camiones de carreras” de la marca. Sus casi dos toneladas y media de peso se reparten sobre una carrocería de 4,81 m de largo y 1,94 de ancho, suspendida sobre una plataforma de 2,75 m de batalla mediante una suspensión neumática independiente, con 1,40 m de altura. Unas dimensiones importantes pero no tan exageradas como pudiera pensarse, sobre todo hoy en que tantas berlinas del segmento medio/alto se aproximan a los 4,8 m de largo y cuando las típicas lujosas del segmento H están ya en el filo de los 5 m. Su silueta es también muy personal, más ahora en que aparte de los retoques de la parrilla (más vertical y baja) destaca la zaga con su perfil en “doble herradura” tomado del Bentley Mulsanne.
Pese a sus dimensiones, Bentley ha logrado reducir un poco el peso (65 kg menos que antes), algo que no se nota demasiado dada su cuantía, pero que al menos representa un paso en la buena dirección. Sus 4 plazas son sin duda muy cómodas, ahora disponen de mayor espacio, como se espera de un coche de este nivel, con una tecnología a la última, tanto electrónica como de ingeniería, tal y como lo prueba no sólo la amortiguación variable inteligente (CDC) ó el ESP especial con corrector electrónico de trayectoria, sino detalles como la tracción total a las 4 ruedas con reparto automático de par 40/60 (antes 50/50) por diferencial central Torsen, que puede variar según el grado de agarre de cada eje ó el cambio automático ZF “Quickshift” de 6 relaciones, un 50% más rápido y capaz de aplicar la maniobra del doble embrague de forma automática en las reducciones, sin olvidar los discos de freno de 405 mm de diámetro en el eje delantero (en opción carbocerámicos de 420 mm, realizados en carburo de silicio, que permiten reducir el peso no suspendido sobre este eje en algo más de 20 kg).
Si tenemos en cuenta estos detalles, así como el equipamiento de máximo lujo que se espera de un Bentley, y no sólo referido al cuero y la madera de su interior (ó la fibra de carbono, también aplicada en su interior), podemos entender su exclusividad, ya bien delimitada por su precio. Pero no es sólo lujo: la tecnología “verde” de la marca de Crewe se extiende también a su combustible, ya que este Continental GT como todos los Bentley desde del año que viene ofrece una alimentación “flexfuel”, esto es, la posibilidad de rodar tanto con gasolina como con bioetanol E85 (o sea, una mezcla de carburante del 85% de etanol y el 15% de gasolina), empleando un único depósito y pudiendo mezclar ambos carburantes.
Todo mediante un sistema de reconocimiento electrónico del combustible que llega al motor, para adecuar su rendimiento a éste, ya que el E85 tiene por ejemplo mayor poder antidetonante (105 octanos) pero peor rendimiento energético, lo que obliga a aumentar un 30% el flujo de combustible para igualar la potencia de la gasolina (y con ello su consumo).
Más adelante, ya para finales de 2011, Bentley ofrecerá este Continental GT también en otra versión dotada de un motor V8 de 4 litros de cilindrada, con unos ratios de consumos y emisiones bastante más sostenibles. La firma espera para entonces poder ofrecer reducciones de CO2 del orden del 40%, dentro de un nivel de prestaciones claramente suficiente para un coche como éste. Y posiblemente para entonces se anuncie una nueva tarifa de precios, que permitan escalonar mejor la oferta de esta gama tan única, entre algo menos de 200.000 euros para el Continental berlina más barato (Flying Spur) con este motor, y el cuarto de millón largo del más caro, el descapotable Supersports. En cualquier caso muy por encima de los niveles de las marcas especialistas “comerciales”, o sea Mercedes, Audi y BMW.