Sobre la noticia del presunto caso de espionaje a la escudería Mercedes de Fórmula 1 por parte de un ingeniero que la abandona esta próxima temporada fichado por Ferrari, ha habido un comunicado oficial de Mercedes que apunta a que la investigación se cierra sin reclamaciones legales por parte de la marca alemana.
De momento hay un plazo de 4 meses durante el cual Mercedes se reserva el derecho emprender acciones legales contra el ingeniero británico Benjamin Hoyle, pero se supone que es una medida cautelar hasta que la investigación concluya y se haya recuperado toda la información confidencial sustraída. El tema de fondo es que Mercedes no tiene pruebas concluyentes para acusar a Hoyle (sólo indicios), y según un portavoz de la marca, “la investigación está desvelando que no hay razón para creer que la información sustraída ha sido transferida a Ferrari”, añadiendo que “tampoco hay ningún documento que revele ninguna actuación inapropiada por parte de Ferrari”.
En el fondo es un desmentido de la anunciada demanda contra la marca del “cavallino”, que se produce tras registrarse varios contactos al más alto nivel entre los máximos directivos de ambas marcas. Todo apunta a que tanto Mercedes (que podría hacer el ridículo si no lograr presentar pruebas concluyentes del espionaje) como Ferrari (que no desea más escándalos y que ha negado que fuera a contratar a Hoyle, al menos por ahora) han llegado a un acuerdo entre bastidores para echar tierra al asunto. El comunicado oficial de Mercedes finaliza afirmando que «Mercedes seguirá el proceso para proteger sus intereses, incluyendo el de seguir con las acciones legales contra el señor Hoyle, y tratará de protegerse contra algún intercambio de información confidencial en la industria del motor», un modo de no cerrar la puerta del todo a su demanda hasta que quede satisfecha.
Mientras, en Ferrari han reconocido que hubo contactos entre Hoyle y ellos, “pero ninguno con vistas a concluir un contrato formal”, negando tajantemente que el ingeniero fuera a unirse a su equipo “en un futuro próximo”. Y para que quede claro, un portavoz de la marca italiana ha dicho que lo que hizo Benjamin Hoyle “le concierne solamente a él y a la compañía para la que trabajaba. Nosotros no estamos implicados”. De este modo, caso de probarse las acusaciones será Hoyle el único responsable, que se perfila como el gran perdedor de este “affaire” ya que su carrera en F1 queda eclipsada hasta 2017 por lo menos, y eso si luego alguna otra escudería se anima a contratarle, (porque Ferrari no lo haría antes de 2018).