La evolución del Cactus en 4×4
Se mostró en Shanghái a título de “concept” y viene a anticipar el relevo del actual C4 Aircross como una posible evolución 4×4 del C4 Cactus, aunque con un diseño SUV mucho más extremo. Con 5 puertas y 4 plazas, este último Aircross de Citroën podría ser una realidad comercial dentro de un año.
Su presentación china está justificada ya que el mercado de aquél país es ya el primero en importancia para Citroën (supone ya el 25% de sus ventas). Mide 4,58 m de largo por 2,1 de ancho (con espejos) y 1,73 de alto; realizado sobre la plataforma del C4 Cactus, con 2,80 m de batalla, su presencia es aún muy “concept”, con un diseño anguloso y muy llamativo, con algunos guiños al Cactus (como los “alloy bump”, unos protectores laterales por la zona inferior realizados en espuma de aluminio, parecidos a los “air bumps” del Cactus) y otros a los C4 Picasso, como corresponde a todo “crossover” que se precie.
Con un diseño de cintura recta, paralela al suelo, su diseño pretende que la carrocería caiga sobre el vehículo como una capa, destacando sus impresionantes ruedas de 21” (según la marca, porque el “concept” mostrado en China lucía unas exageradas y espectaculares llantas de 22” calzadas con neumáticos Continental de 275/45 R22 especiales para todo terreno).
Para Citroën, se trata de un diseño personal, alegre y optimista, sobre una carrocería tratada en horizontal con los “alloy bumps”, “air curtains” y “air signs” como elementos diferenciadores y diseñada al servicio de la funcionalidad y la aerodinámica. Una confortable invitación a viajar, con una sofisticada dotación tecnológica pensada tanto para compartir como para uso individual, con dos pantallas HD (12”) en el salpicadero, una de ellas móvil (se desliza sobre un raíl) para compartirla con el pasajero. Igualmente, las dos pantallas pueden fusionarse en una, para que el conductor pueda manejarlas a través de los “touch pads” situados en el volante, donde normalmente van los botones multifunción. Tenemos además altavoces en cada asiento, micrófonos… Y un amplio volumen interno que asocia estética y funcionalidad, con diversos huecos portaobjetos y el uso de sistemas tradicionales de fijación, como correas, que también sirven como asas y como manillas interiores de puerta.
Los paragolpes son lisos y homogéneos, tanto delante como detrás, con una estilizada parrilla con la firma (las dos uves invertidas) de los “chevrones” y la luz diurna que inauguró la “firma luminosa” del C4 Picasso. Detrás, los grupos ópticos 3D presentan un círculo discontinuo interrumpido en el centro, mientras que el techo flotante y la continuidad de las ventanillas (sin ruptura a la vista) refuerzan la horizontalidad del diseño. A primera vista, llaman la atención las tomas frontales de aire (“Air Curtains”), y la forma afilada de los retrovisores, con una pieza de metal macizo para protegerlos del roce con arbustos y maleza. También destaca el marco cromado de la luneta trasera, que actúa como elemento aerodinámico para dirigir el flujo de aire hacia la zaga (“Air Signs”) dejando pasar el aire por un túnel.
El modelo expuesto en Shanghái lucía un llamativo color rojo anaranjado, con tapicería bitono en cuero (rojo y naranja) extendida también a salpicadero y consola, y asientos “king size” con grandes respaldos, y reposacabezas, también grandes y muy envolventes contribuyendo a la sensación general de confort, con la parte superior de los asientos en un tejido cálido de aspecto “vintage”. Todo el interior ha sido pensado, según Citroën, para el bienestar “en cuerpo y alma” de sus ocupantes. La doble consola central se abre con correas, y además lleva dos cámaras (tipo” webcam”) situadas en los marcos de las puertas, para tomar fotos mientras se viaja y además compartirlas en las redes sociales, o para tener localizados los lugares deseados mediante el navegador.
Respecto a la implantación motriz, el Citroën Aircross “concept” es un híbrido enchufable (“plug-in”), con un motor térmico de gasolina en posición transversal sobre el eje delantero (un 4 cilindros 1.6 THP, en una de sus evoluciones más punteras, con 218 CV y 28 mkg) y un motor eléctrico sobre el eje trasero, que da 70 Kw (95 CV) y un par constante de 20,4 mkg. Este propulsor eléctrico está alimentado por baterías de ion-litio, recargables en tres horas y media desde una toma de corriente doméstica (16A). Con esta hibridación convencional.
El Aircross tiene una autonomía en modo “cero emisiones” (sólo con tracción eléctrica) de unos 50 km, suficiente para su uso urbano. Y además, en caso de máxima exigencia tenemos siempre un modo “overboost” de funcionamiento, uniendo ambos motores, cuya potencia total conjunta es de 313 CV, lo que le permite a este Aircross cubrir el 0-100 km/h en 4,5 segundos. Y ello sin penalizar el consumo (1,7 l/100 km y 39 g/km de CO2), aunque esta cifra tiene trampa, ya que se contabiliza a partir de los 50 km, considerando que los primeros 50 km se han hecho en modo sólo eléctrico.
En todo caso se trata de un interesante apunte de evolución 4×4 del Cactus, y sobre todo, de hacia dónde puede ir la hibridación en PSA bajo criterios de uso mixto en tracción total, buscando soluciones sencillas y de costes razonables.