Tras unos años de bonanza, donde todas las autoridades se han querido colgar las medalla de su logro en vez de reconocer que la principal causa ha sido la disminución del tráfico como consecuencia de la crisis, la siniestralidad vial repunta de nuevo, con 457 víctimas mortales hasta el pasado 15 de junio, 16 más que en el mismo lapso de 2013.
La tendencia a la baja en el número de víctimas mortales en accidentes de tráfico se ha roto en el primer trimestre de 2014, con 334 (3 más que en el mismo plazo de 2013), y agravado en abril y mayo, con 35 muertos en la Semana Santa (26 en 2013) más el aumento previsto en mayo por las víctimas del puente del 1 de Mayo (12) y el trágico accidente del microbús pacense (5).
Las medias de muertes en fines de semana vuelven a superar la decena, destacando el elevado índice de víctimas de los motoristas (74 en el total de fallecidos en lo que va de año), lo que se achaca sobre todo al empeoramiento del estado de la red vial (el peor desde 1985). Las denuncias sobre esta situación muestran que sólo se han corregido el 70% de los puntos negros denunciados, y algunos simplemente mediante señalización, sin repararlos. La propia Agrupación Unitaria de la Guardia Civil de Tráfico (AUGC) lo admite, al tiempo que denuncia la reducción progresiva de efectivos en el Cuerpo (cada año se jubilan mil, mientras que no ingresan más de 300), lo que reduce el número de agente dedicados a labores de vigilancia.
Pero lo cierto es que los accidentes aumentan y la DGT ha puesto el grito en el cielo, atribuyendo al aumento del número de viajes, mayor ocupación promedia de los vehículos y peor estado de mantenimiento de los mismos (por culpa de la crisis), reconociendo que, aparte del peor estado de conservación de las carreteras, también influye el de los coches, cada vez más viejos (más de la mitad de los vehículos en circulación supera los 12 años de antigüedad).
En realidad, el descenso de los últimos años ha tenido más que ver con la crisis (un 30% menos de circulación de vehículos) que con ninguna de las supuestas medidas preventivas y represoras de la DGT, que también oculta como causa adicional la falta de mantenimiento de la red viaria.
Sin embargo, los accidentes por exceso de alcoholemia caen (en la última campaña de controles, un 1% menos de casos detectados) mientras que suben los de conductores bajo el efecto de drogas (de 1.059 controles efectuados, un positivo de cada tres).