Establecida desde el año pasado en Europa (con base en Suiza) y con una gama centrada ante todo en sus dos SUV de lujo, el EX 37 (definido como «crossover coupé ») y el SUV compacto FX, reforzados por el G37, pronto en versión cabrio junto a la berlina y el coupé ya conocidos, Infiniti busca seguir el ejemplo de Lexus (su rival más directo) y hacerse un hueco en el difícil campo de los especialistas de gama alta, aún más difícil si cabe en la presente coyuntura de crisis general.
De momento Infiniti se apoya en su casi exclusivo motor V6 3.7 de gasolina, que con 320 CV y 36,7 mkg de par se ha convertido en el comodín motriz de toda su gama (con la única excepción del V8 5.0 de 390 CV que aquí ofrece el FX 50). Y es precisamente este V6 3.7 el que emplea su «concept car» Essence, eso sí, potenciado hasta los 440 CV, y al que se suma otro eléctrico de 160 CV, para ofrecer uno de los híbridos más potentes realizados hasta la fecha… si se decidieran a comercializarlo.

Para sacar 120 CV más al V6 3.7 ha habido que mejorar la alimentación por inyección directa y recurrir a la sobrealimentación de dos turbos lo que exalta aún más su carácter deportivo, sin que ello obste para que se combine con un motor eléctrico que subraya su adecuación ecológica. Infiniti habla de 600 CV de potencia conjunta, aunque ya se sabe que la suma de ambos motores no siempre es total (hay una parte de par motriz no utilizable). Pero con 50 mkg de par eléctrico, al que se añadirá el del motor de gasolina, su respuesta debe ser apabullante.
Infiniti ya anunció hace dos años versiones híbridas de sus modelos, aunque no parece probable que surja ninguna antes de 2011, posiblemente sobre el FX.
Pero esta elaboración demuestra que la marca posee ya la tecnología necesaria y a un nivel muy alto, como lo indica disponer de un motor eléctrico de 118 KW lo bastante compacto como para situarlo en punta del cambio, alineado con el térmico y moviendo siempre el eje posterior, alimentado por baterías de ion-litio laminado.
Lo cierto es que desde que se mostró en Ginebra, el Essence ha suscitado una enorme admiración, como coupé deportivo de una línea espectacular, clásica y moderna a la vez. Pese a sus proporciones (4,72 m de largo, por 1,96 de ancho y sólo 1,31 de alto, sobre una plataforma de 2,80 m de batalla), su aspecto es de una sorprendente esbeltez, y su línea resulta muy elegante, lejos de los excesos futuristas de otros «concept cars».

Su largo capó, las curvas de los pasos de rueda, las grandes llantas (22”) de radios tallados y cromados como si fueran esculturas, los faros en «ele»… Son detalles del estilo Infiniti aplicados a un coche que si se vendiera mañana mismo, tendría lista de espera.
Como «concept», la marca no ha dicho nada sobre su posible comercialización, aunque los portavoces de la misma insisten en que se trata de un ejercicio de estilo cuya herencia podría verse en modelos posteriores. Lo que en principio significa que tal y como está no será destinado a la producción en serie. Aunque el prototipo incorpore (o pueda hacerlo) detalles ya conocidos como la dirección activa a las 4 ruedas, un avance que se sumaría a los ya conocidos de Infiniti, como la visión perimetral por cámaras de video o la pintura autorreparable («Scratch Shield») que permite eliminar sin pasar por el taller los pequeños arañazos, gracias a una capa de resina superficial elástica que los vuelve a cubrir al poco de producirse.

Pero hay otras innovaciones más importantes, que sí se han introducido en el Essence y que afectan a la seguridad, como el sistema SCP (Side Collision Prevention) o el el BCP (Back Up Collision Prevention). El primero va destinado a impedir los choques laterales por aproximación, de modo que si detecta un coche rodando en paralelo al nuestro, impide su aproximación alterando la trayectoria. Y el segundo tiene por objeto evitar los choques marcha atrás en maniobra, actuando como los sensores de aparcamiento pero haciendo que el coche frene antes de tocar el obstáculo.
Estricto dos plazas, con cambio automático de 7 relaciones con posible uso secuencial por levas al volante (la palanca central de cambio es un simple selector), el interior del Infiniti Essence es muy personal, con un tablero analógico presidido por un reloj clásico de agujas, asientos de cuero (en distinto color el del conductor y el del acompañante) y volante achatado forrado en Alcántara. Incluso su maletero (no tan pequeño para ser un coupé) saca el máximo partido a su volumen a través de un juego exclusivo de maletas realizado por Louis Vuitton, con tres piezas rígidas.