HONDA ACCORD 2.2 i-DTEC Luxury Innova

9 noviembre, 2008

HONDA sigue fiel a sus principios; la búsqueda de altas prestaciones y un refinamiento superior a la media. Tras más de 5 años en el mercado en un segmento en el que existe una gran competencia, los técnicos de la marca japonesa han estudiado los modelos «premium » para fijar el pliego de condiciones del nuevo Accord, que pone su pincelada deportiva en su segmento, pero sin romper con el equilibrio de las berlinas familiares que representa. Esta versión diesel cumple con sus objetivos de ser brillante en las prestaciones y agradable en el uso convencional.

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Sobre la base del anterior modelo con una estética evolucionada hacía un estilo más deportivo y moderno, el nuevo Accord perfila su línea clásica, ya de por sí muy penetrante, y se va a los 4,70 m de largo frente a los 4,67 del modelo anterior, 1,84 m de ancho frente a los 1,76, descendiendo 1 cm en altura, situándose 1,44 m. La batalla aumenta de 2,67 a 2,70 m y las vías se incrementan de 1,51 a 1,59 m en ambos ejes, poniendo especial énfasis en su carrocería ancha y baja.

Los prominentes pasos de ruedas y el marcado perfil en cuña enfatizan la idea de movimiento, con una estampa más personal y con un empaque más distinguido. Pero no sólo en las formas sino que el chasis tiene mayor rigidez, es muy ágil y se ha rebajado el centro de gravedad. La idea es competir con los principales rivales del segmento «D» Premium o sea con los especialistas. Para ello, Honda propone además la imagen ecológica del Accord, como lo prueba el que cumpla desde ya la normativa Euro5.

Dentro se aprecia la mayor anchura, pero no brilla tanto en espacio longitudinal. Las nuevas cotas de habitabilidad son buenas, propias de su tamaño, pero especialmente a lo ancho. Delante la sensación de amplitud es excelente. Gracias al diseño del salpicadero, a la anchura disponible y a la posición algo más baja de los asientos, del orden de 10 mm permite sentarse más integrado frente al volante. Los pasajeros de las plazas traseras disponen de suficiente espacio para las piernas, pero no es de los mejores, como tampoco lo es la altura libre al techo.

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Tampoco la accesibilidad a las plazas traseras es destacable, pues hay que bajarse para acceder al asiento, y en este caso se complica la maniobra, fruto de una entrada algo limitada y es que el pilar central tiene unas dimensiones considerables, además de estar más retrasado de lo habitual, todo ello aumenta la rigidez estructural del coche.

Los asientos delanteros son fantásticos, amplios y con una sujeción lateral que llega hasta los hombros. El asiento trasero ofrece tres cómodas plazas y el respaldo es abatible asimétricamente. El maletero, con el nuevo diseño, aumenta ligeramente su capacidad, pasando de 460 a 467 litros, aunque sigue sin ser un punto fuerte para un coche de 4,70 m de largo.

Afortunadamente su accesibilidad de carga baja 8 cm, situándose ahora en 68 cm. Debajo de su piso ha desaparecido la rueda de repuesto sustituida por el engorroso kit antipinchazos.

El Accord recibe al conductor en su puesto de conducción con características deportivas sin renunciar a un confort general excelente. La disposición del volante, timonería de pedales, palanca de cambio, etc resultan ejemplares por la naturalidad con que el conductor debe manejarlos, aunque los amplios reglajes de volante y asiento permiten adaptarse a cualquier talla. La palanca del freno de estacionamiento se sitúa al lado derecho del asiento, otra licencia deportiva, pero en este caso desmerece su uso normal frente a los frenos eléctricos que empiezan a proliferar. El salpicadero se cubre de un agradable material acolchado, con ajustes que demuestran calidad, pero no más allá de lo que algunas marcas generalistas ofrecen en este segmento. La elección de materiales también responde a la filosofía funcional de la marca japonesa, pero algunos plásticos deberían tener mejor apariencia.

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En materia de seguridad, también se ha producido un salto cualitativo, ya que aparte de los sistemas convencionales ABS, EBD, VSA (ESP de Honda), en la versión Luxury Innova del Accord, destaca el sistema de mantenimiento del automóvil en el carril, LKAS. Este se compone de una cámara situada en el parabrisas que procesa la imagen tomada en la carretera, detectándose las líneas que delimitan los carriles y mantiene el coche dentro de esos limites ante un despiste o fatiga. Lo hace interviniendo sobre la dirección, por encima de 72 km/h, con suaves correcciones de volante. Hay situaciones que no resuelve, como las curvas muy cerradas, pero en este caso el sistema alerta al conductor con señales acústicas de una inminente salida de carril. También se ofrece de serie el sistema CMBS que es capaz de detectar una posible colision y propone tres estrategias de actuación: la primera con una señal acústica que avisa al conductor para actuar sobre los frenos; una segunda, ante la falta de reacción del conductor, aplica una frenada suave y ajusta los cinturones de seguridad, y una última acción que aumenta la presión de frenada y tensa los cinturones ante la inevitable colisión. El control de crucero inteligente (ACC) también es capaz de frenar y reacelerar según el tráfico que detecte.

Y la dirección electromecánica, apoyándose en el control de estabilidad, sugiere una reducción de la asistencia hacia el sentido de giro adecuado del volante, la maniobra correcta para realizar un contravolante que estabilice el coche en una frenada de emergencia, derrape, etc.

En el aspecto mecánico, la estrella es el silencioso motor diesel 2.2 i-DTEC, que ha sido revisado para cumplir la normativa Euro5, aumentando su potencia en 10 CV, ahora 150, una mejora un tanto parca cuando la competencia con esa misma cilindrada se mueve ya en 20 ó 30 CV por encima, pero Honda ha apostado por más limpieza en emisiones de particulas y de oxidos de nitrogeno.

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Ahora bien, por tecnología que no quede: inyección directa «common-rail» de última generación y una presión de 1.800 bares, inyectores piezoeléctricos más rápidos y precisos en las multiples preinyecciones (5 por ciclo), recirculación de los gases de escape por control electrónico, filtro de partículas, etc. Con todos estos elementos, el motor desarrolla ahora 150 CV al mismo régimen del modelo anterior, o sea a 4.000 rpm, mientras que su par máximo alcanza los 35,7 mkg a sólo 2.000 rpm. Y el cambio de marchas sigue siendo el manual de 6, con indicador de marcha óptima en el cuadro de instrumentos (el cambio automático llegará a mediados del 2009).

En la suspensión delantera de dobles triángulos se ha elegido un reglaje de orientación más ágil, con un centro de balanceo más alto y su efecto antihundimiento menos pronunciado, mientras que la suspensión trasera multibrazo dispone de amortiguadores de regulación variable. Y entre otras mejoras, el Accord estrena también una dirección de asistencia eletromecánica variable en consonancia con la mayor agilidad del chasis.

Por supuesto el VSA (o ESP) es de serie y ha sido mejorado, actuando mediante los frenos de un lado o de otro así como el control del par motor. Debajo del vano motor se aprecian las copelas de los amortiguadores que están unidas por una barra como las que llevan los coches de carreras, para aumentar la rigidez del tren delantero y a la vez la precisión de guiado. El caso es que la carrocería del nuevo Accord ofrece un aumento de rigidez torsional de un 20% y que las suspen-siones trabajan todavía mejor que las de la anterior generación, de las que deriva.

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Transcurridos los primeros kilómetros de la prueba, podemos afirmar que la conducción del Accord 2.2 i-CTDI es muy convincente, gracias al incremento de 7,5 cm de ancho de vías, 3,5 cm de la distancia entre ejes y a la rebaja de 1,8 cm del centro de gravedad, respecto al modelo anterior. El aumento de peso (hasta 100 kg) pasa desapercibido.

La conducción del Accord pone de relieve no sólo un comportamiento de primer nivel, sino otros valores, como el confort de marcha (la suspensión ha ganado en recorrido) y el excelente paso por curva y sensación de absoluto dominio. Otros elementos que han mejorado su comportamiento, son la mejora en la rigidez y torsión del bastidor, instalando en las torretas delanteras una barra de refuerzo que las une mejorando la precisión de guiado, y detrás, aunque desaparece el tabique que separa el habitáculo del maletero, se deja ver un sólido marco. El resultado, es un coche que alcanza una eficacia dinámica excelente.

La estabilidad lineal a alta velocidad en autopista no exige ninguna atención, con un confort ante badenes o baches muy elevado, y entre curvas enlazadas se desenvuelve con una naturalidad y seguridad pasmosas, no apreciándose un balanceo excesivo de la carrocería, al estar el coche bien sujeto por las barras estabilizadoras.

Destaca su limite de adherencia con su control de estabilidad (VSA) permisivo que deja ver la bondad del coche, y pensando más en la seguridad para todos los públicos que la eficacia en manos expertas. El eje trasero resulta inamovible, en situaciones como pisar baches en apoyo o frenar fuertemente en curva, su actitud de nuevo es muy estable, de coche muy bien asentado, sin interferir por ello en su confort de marcha, siendo todo lo ágil y rápido de reacciones que esperamos de un coche tan equilibrado.

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La dirección de asistencia eléctrica nos ha gustado, no resulta pesada y transmite un tacto y reacciones que hemos asimilado como normal en una dirección hidráulica, todo ello rematado por su rapidez con 2,6 vueltas de volante entre topes, además su función adaptativa EPS induce una leve corrección sobre el propio volante para ayudar a compensar, por ejemplo, la tendencia del tren trasero a destabilizarse durante una frenada extrema en condiciones de adherencia desigual de las ruedas de uno y otro lado. Los frenos, con un buen tacto, ofrecen un gran poder de detención ( a 100 km/h 39 m), con sus generosos discos, los delanteros ventilados y los traseros macizos, asistidos por ABS, EBD y VSA, no dando problemas en una utilización intensiva.

El motor diesel 2.2 i-DTEC del Accord ofrece un funcionamiento silencioso, muy agradable y refinado, primando el agrado y la progresividad por encima de la pres-tación pura. No obstante, hay 150 CV que convierten al Accord en un coche muy rapido. El motor tiene un poder de empuje fenomenal, incluso en 6ª, sólo con pisar el acelerador, incrementa su ritmo de marcha sin aparente esfuerzo, dando la sensación de que no corre, pero en realidad corre y mucho y nos damos cuenta al consultar el velocímetro, teniendo en cuenta que pesa 1.540 kg. En el cambio de marchas manual, destaca la pequeña palanca con desplazamientos muy cortos y sus enclavamientos son de gran precisión, siendo su tacto metálico una invitación a su uso. Los desarrollos de las 6 marchas están muy bien escalonados con unas diferencias máximas entre relaciones, de 8 a 9,8, siendo la relación bastante cerrada y muy bien adaptada a la potencia y par del motor, con una 5ª de 43,6 km/h y una 6ª de 53,4 km/h a 1.000 rpm.

Las prestaciones son francamente buenas, alcanza la velocidad máxima de 212 km/h al régimen de potencia máxima, o sea que el desarrollo final en 6ª no es ni corto ni largo, sino justo. Los datos de aceleración comunicados por el fabricante son ligeramente más altos que los que hemos obtenido, en el caso del 0 a 100 km/h lo mejoramos en 3 decímas, de 9,6 a 9,3, mientras que los 400 m y los 1.000 m son cifras correctas por su envergadura, 16,4 y 30,4 segundos respectivamente, mientras que las recuperaciones, como de costumbre, siguen brillando por sus resultados.

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En cuanto a los consumos, si tenemo en cuenta el peso del coche (1.540 kg), son excepcionales. Circulando por carretera normal entre 90/100 km/h gasta 5,1 l/100 km, y en autopista a 120/130 km/h se sitúa en 6,2 l/100 km, aumentando en ciudad, pero no excesivamente, ya que gasta 7,6 litros cada 100 kilómetros.

El Accord 2.2 i-DTEC, en el acabado Luxury Innova con el que hemos efectuado la prueba, ofrece de serie prácticamente todo lo disponible en este segmento, contando con los sofisticados sistemas de seguridad ya mencionados (LKAS y CMBB), destacando además el navegador por DVD, climatizador bizona, los mandos al volante de audio y del ordenador de viaje, así como la ayuda del aparcamiento a través de la pantalla multifunción cuando insertamos la marcha atrás, quedando sólo como opción la pintura metalizada. Pero en un coche de esta categoría nos extraña que no disponga de freno de estacionamiento eléctrico, llave electrónica de contacto y los faros direccionales.

El precio de venta al público al tratarse de la versión más lujosa y completa es alto, pero en conjunto da mucho por lo que cuesta, del orden de 36.700 euros, pero si lo encuentran demasiado caro tienen la posibilidad de adquirir el Accord 2.2 i-DTEC Elegance con un equipamiento inferior por 27.900 euros.

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