Nuevo SUV premium
La familia de los SUV premium recibe una nueva variante compacta a la que el constructor de Stuttgart denomina GLK (Geländewagen Kompact), consciente de la importancia de un segmento donde hasta hace bien poco BMW campaba a sus anchas con su X3, y que en breve añadirá nuevos competidores con el lanzamiento del Audi Q5 y del Volvo XC60.
Mercedes ha escogido para su GLK un diseño inspirado en sus líneas más clásicas –representadas por la Clase G–, pero también deportiva con la zaga ascendente y cortos voladizos, donde las aristas definen los volúmenes y marcan una clara diferencia con su hermano mayor el ML, de líneas más redondeadas.
En el interior se continúa la tendencia exterior, al emplear ángulos rectos, con un salpicadero algo sobrio inspirado en el de la Clase C, con el que comparte gran número de elementos de la consola central, aunque en este caso da protagonismo a la pantalla cubierta del navegador de 5 pulgadas (hay otra de 7 pulgadas con cámara de marcha atrás opcional).

El habitáculo está pensado para 5 personas, pero los largos desplazamientos se harán más cómo-dos para 4 adultos, al no disponer de anchura suficiente y molestar en la plaza central la intrusión de la consola con las salida de aire para las plazas traseras y también la elevación del piso por el túnel de transmisión. Aunque el maletero dispone de 450 litros de capacidad (con un doble fondo para guardar objetos pequeños) y bastante altura hasta la bandeja enrollable cubre equipajes, no es de los más grandes de su categoría.
El GLK comparte plataforma y batalla (2,76 m), además de suspensiones independientes con la Clase C, y también recurre a la misma transmisión permanente a las cuatro ruedas 4Matic de segunda generación. Esta se realiza a través de un diferencial central con acoplamiento de láminas que envía un reparto fijo del 45% al eje delantero y del 55% al eje trasero, y se coordina con los sistemas de control de la estabilidad y tracción (ESP, ASR y 4ETS). Así, en caso de pérdida de adherencia de una rueda, al carecer de diferenciales delantero y trasero, el control de tracción se encarga de frenar la rueda que gira más rápida. Si es un eje el que gira más rápido que otro, el diferencial central a través de un embrague bi-disco hace solidarios el envío del par a los dos ejes, dando de este modo prioridad a la estabilidad frente a la tracción.
Dotado de la transmisión 4Matic, no tiene ni reductora ni bloqueo de diferenciales, así que en el caso de practicar frecuentemente una conducción por campo, Mercedes ofrece opcionalmente un paquete técnico específico denominado «Offroad», que incluye un botón de control de descenso DSR y otro que activa un programa especial de conducción todo terreno. Si con el primero la velocidad de descenso se bloquea entre 4 y 18 km/h (a través del Tempomat) a elección del conductor, el segundo activa un programa de acelerador más suave y ajusta la transmisión automática 7G-Tronic y los controles electrónicos (ESP, ABS y 4ETS) para circular fuera de carretera, obteniendo en ambos casos la máxima tracción. Es un sistema ingenioso, práctico y sofisticado, aunque reduce la duración de las pastillas de freno. Este paquete también incluye protecciones de los bajos en un material plástico resistente (Gemtex) y volante de 3 radios con levas de cambio.

En cuanto a propulsores cuenta en gasolina con los V6 280 y 350 de 321 y 272 CV respectivamente, mientras que en diesel incluye el 320 CDI de 224 CV (también V6) y estrena el 220 CDI BlueEfficiency de 170 CV (todos asociados a la caja automática 7G-Tronic). Este último es el nuevo desarrollo eficiente de la marca en configuración 4 en línea, con culata y pistones de aluminio, inyección directa por common rail con inyectores piezoeléctricos (pulverizan a 2.000 bares), biturbo en cascada y filtro de partículas, que disminuye consumo (mixto de 6,9 l/100 km) y emisiones de CO2 (183 gr/km).
Más adelante se incorporará el 250 CDI con la misma base mecánica (2.143 cc) que entregará 204 CV y 51 mkg de par máximo entre 1.600-1.800 rpm, e incluso un Bluetec híbrido diesel de 224 CV y 57,1 mkg de par máximo, ambos con consumos contenidos.
Este primer acercamiento al GLK se hizo con los V6 más potentes en diesel y gasolina, muy poderosos, elásticos y silenciosos, aunque con algo más de carga deportiva el 350, que empuja considerablemente desde 2.000 rpm (el 320 CDI desde 1.500 rpm). También pudimos conducir el 4 cilindros 220 CDI BlueEfficiency, que con 40,8 mkg de par máximo entre 1.400-2.800 rpm y su doble turbo, permite salir desde 1.200 rpm con fuerza y equilibrio, dando fe del excelente trabajo de insonorización del habitáculo (apenas se oye el motor), aunque sí se perciben ligeras vibraciones en el piso y el apoyabrazos. A pesar de que la dirección, paramétrica de regulación en función de la velocidad (opcional en 220 CDI), resulta agradable en ciudad y por campo, se echa en falta algo más de tacto y rapidez, por lo demás su rendimiento se sitúa a nivel de un diesel 6 cilindros.

Las suspensiones disponen del Agility Control de la Clase C (regulación mecánica del amortiguador) convenientemente ajustada al modelo, que se adapta según el tipo de firme, y que resulta muy confortable en conducción por campo y bastante eficaz en asfalto, aunque con alguna sequedad inevitable al coger baches con llantas de 19 ó 20 pulgadas. La altura de 20 cm al suelo y su ángulos de entrada y salida de 23º y 25º respectivamente permiten al GLK moverse con soltura fuera de carretera, e incluso afronta pendientes de hasta un 70% de desnivel.
El GLK puede personalizarse con dos paquetes estéticos opcionales, uno todo terreno orientado al campo, y otro deportivo para conducir por asfalto, que será el más demandado. El primero añade detalles cromados (parrilla de 2 lamas, escapes rectangulares y listón en cintura), barras de techo en negro, faldones con protectores de superficie y llantas de aleación de 17 pulgadas, mientras que el segundo rebaja la altura 2 cm, oscurece los pilotos traseros e incorpora idéntico paquete cromado (con parrilla de 3 lamas), con barras de techo en aluminio, llantas de aleación de 19 pulgadas y faldones específicos.
Su comercialización se inicia en octubre con la llegada de las versiones 280, 350 y 320 CDI, mientras que el 220 CDI lo hará a partir del verano de 2009. Todas ellas cuentan de serie con 9 airbags (incluye el de rodilla del conductor), climatizador bizonal, bluetooth, ordenador de abordo espejos de plegado eléctrico, asientos delanteros de regulación eléctrica (en altura e inclinación) y cambio automático 7G-Tronic entre otras muchas cosas.