Nuevo impulso
Honda amplia la gama del CR-V con la llegada del nuevo motor diesel 1.6 i-DTEC de 120 CV que empezará a venderse a partir de noviembre exclusivamente en versión de tracción delantera desde 26.600 €.
Con esta nueva versión, exenta del impuesto de matriculación en dos de los tres acabados que ofrece (Comfort, Elegance y Lifestyle, muy completos desde el básico), las ventas del Honda CR-V (premio SUV/Todo terreno de Año 2013 de Motor Mundial, ver marzo pasado o nuestra web) van a recibir un buen empujón, sobre todo teniendo en cuenta que la marca prevé que el 60 por ciento de las unidades vendidas con motor diésel correspondan a esta versión y el resto al 2.2 i-DTEC.

Si algo distingue a este motor que rinde 120 CV a 4.000 revoluciones con un par máximo de 30,6 mkg a las 2.000 vueltas, es su tamaño compacto y su ligereza, ya que es 47 kilos más liviano que el 2.2 diésel actual. Si a ello le sumamos que va unido sólo a la tracción delantera, y que la nueva caja de cambios es también más ligera (7 kg), en conjunto este CR-V 1.6 i-DTEC pesa 116 kilos menos que el 2.2 i-DTEC (1.543 kg frente a los 1.659 kg del 2.2 i-DTEC de 150 CV y 35,7 mkg de par máximo). Las prestaciones homologadas se acercan a las de su hermano mayor, con 182 km/h de velocidad máxima y 11,1 segundos en el 0 a 100 km/h (190 km/h y 9,7 seg respectivamente el 2.2 i-DTEC), pero sí le supera al conseguir 1,1 litros menos de consumo combinado (sólo 4,5 l/100 km y 119 g/km de CO2, record en su categoría).
El nuevo motor, que retrasa ligeramente su anclaje en el vano motor, si lo comparamos con el 2.2 i-DTEC, ha rebajado sus fricciones en un 40% incorporando pistones, bielas y cigüeñal aligerados, con lo que se obtiene menores inercias y una alta eficiencia, prescindiendo además del eje de compensación. Dispone de una presión de inyección de 1.800 bares, turbo de geometría variable sobredimensionado (1,5 bar) y válvula EGR de baja presión, entre otras características.
El aligeramiento del modelo en su conjunto ha hecho necesario realizar algunas modificaciones, reduciendo ligeramente el tamaño de los discos de freno, endureciendo las suspensiones y adoptando una mayor rigidez en el tren trasero (aumentando el diámetro de la estabilizadora y del brazo de la suspensión trasera). Esto ha tenido como consecuencia una ganancia en dinamismo, pudiendo compensar el suave subviraje al límite de este 1.6 i-DTEC con un eje trasero más ligero y ágil que ayuda al tren delantero en todo momento con un deslizamiento progresivo y controlado si lo forzamos. Las suspensiones son cómodas con llantas de 17” y no producen un balanceo excesivo de carrocería.
Y todas estas características inciden de una manera muy directa en el consumo. Pero es que además, hay que tener en cuenta que dispone del sistema start-stop de parada y arranque automático, indicador de cambio de marcha idóneo, una función ECO Assist por la que el conductor sabe en todo momento la eficiencia de su conducción y por último, un botón Econ que modifica la entrega de potencia y el funcionamiento del climatizador, pero que facilita circular con fuerza sobrada en conducción tranquila. Si lo desconectamos ganamos algo más de fuerza a igualdad de solicitación del motor.
Con todos estos sistemas, el capítulo de consumos es más que brillante y garantiza unas cifras reales que, aunque lejos de las homologadas (4,5 litros a los 100 km) en más de un litro, siguen siendo muy ajustadas.

La comparación de su funcionamiento con el Civic es inevitable y en este caso hemos de decir que en el CR-V nos ha parecido algo más rumoroso aunque es bien cierto que los técnicos han trabajado para rebajar en 3 decibelios el nivel respecto a la versión 2.2 i-DTEC. En cualquier caso, tampoco es que su nivel acústico sea elevado y molesto pero en la berlina parece mejor resuelto, aunque en líneas generales es bastante suave y poco sonoro cuando circulamos en carretera, respondiendo con rapidez desde 1.500 rpm y empujando hasta 4.500 rpm.
Por otro lado, el mayor peso del todocamino no le permite ser tan efectivo en su respuesta a bajo régimen pero solo necesita 11,2 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, alcanzando una velocidad máxima de 182 km/h, unas prestaciones muy próximas a las del motor diesel más potente. Por lo demás, la caja de cambios manual de seis velocidades sí mantiene ese tacto preciso y suave que ya se pudo apreciar en el Civic y que permite que pueda manejarse prácticamente con dos dedos.
También se han adaptado las suspensiones al menor peso del vehículo y por otro lado, los frenos son de menor diámetro pero igual de eficientes. En todo caso su comportamiento es bueno y resulta muy agradable de conducir.
Estéticamente, esta versión que solo estará disponible con tracción a las ruedas delanteras, no difiere del CR-V 2.2 i-DTEC tanto en el exterior como en la presentación del interior. Muy bien acabado y con buenos materiales y ajustes, su presencia se asemeja a la de un SUV “premium” y recordemos que el maletero ofrece una capacidad de 589 litros que puede ampliarse hasta los 1.669 abatiendo el respaldo del asiento trasero.
Ya a la venta en los acabados habituales: Comfort, Elegance y Lifestyle, los precios se sitúan en 26.600, 28.900 y 32.300 euros respectivamente (descuento de lanzamiento de 2.000 € no incluido), no pudiendo disponer de caja automática opcional.