Bentely prosigue su carrera expansiva, con el objetivo de destronar a Rolls Royce del liderazgo mundial del coche de lujo, y para ello anuncia la confirmación de su cuarta línea de modelos, su todo camino de lujo que supondrá una inversión adicional para la factoría de Crewe de más de 1.100 millones de euros y la creación de mil empleos en los próximos tres años. De la importancia del anuncio da fe el hecho de que junto al alemán Martin Winterkorn (presidente del grupo VW, propietario de Bentley, frente a Rolls que pertenece a su rival y compatriota BMW) estuviera en el anuncio el presidente del gobierno británico, David Cameron. De hecho, la decisión estaba ya tomada en Wolfsburg, donde gracias a las sinergias de producción con los VW Touareg y Porsche Cayenne se cuenta con abaratar sustancialmente la producción de este SUV de Bentley, que no llegará al mercado en todo caso antes de 2015. Pero hay prisa por tenerlo a punto, ya que los cálculos estimados para un SUV de estas características en el mercado británico es que podría heredar el 40% de la actual clientela de los Range Rover, pero sólo si sale a tiempo (el primero) y a un precio no excesivamente superior al de éste.
