Anticipo de la futura Serie 8
La marca bávara ha expuesto a título de “concept”, en el marco del concurso estival de elegancia de Villa d’Este, un coupé gran turismo muy elaborado, diseñado por Pininfarina, apunta claramente hacia las formas de una futura Serie 8 que herede el posicionamiento superdeportivo en gama alta que en su día representaron los BMW 850 y 840.
Tan noticia como esta posible vuelta al coupé de gama superalta está la de la colaboración con Pininfarina que encarna este Gran Lusso Coupé, máxime cuando Peugeot (también ex “partner” de BMW) parece dejar un hueco libre en ella. El resultado es un coche que hereda la finura de rasgos de un Peugeot 406 Coupé, pero en la versión un tanto “panzer” que exige BMW, un clásico coupé dos puertas muy estilizado, con puertas sin marco y sin montante central y una caída muy tendida del techo, casi hasta morir en la tapa del maletero.
Bajo un formato “King Size”, con más de 5 m de largo (5,01 m), 1,94 m de ancho (sin espejos) y más de tres metros de batalla (3,03 m), sus dimensiones son muy respetables y entran de lleno en el máximo de esta gama y que superan notablemente a las de su antecesor de hace dos décadas.

Con una estampa clásica y muy elegante, este Gran Lusso Coupé está perfectamente elaborado como modelo de calle, pese a tratarse de un “concept”. Hasta el punto de que BMW no lo ha llamado así (sino simplemente “Gran Lusso Coupé”) porque pese a algunos detalles que no serían posibles en un coche de serie (aunque fuera corta) como el salpicadero en madera fósil de Kaurí (una madera de un árbol prehistórico con más de 48.000 años procedente de Nueva Zelanda), en realidad el diseño de este coche sería perfectamente posible llevarlo a la cadena de producción mañana mismo.
Su diseño frontal es muy personal, con los “riñones” de BMW llevados hasta una interpretación más curvilínea, faros dobles muy horizontales, fundidos en un diseño en flecha, branquias laterales simuladas, perfil lateral cóncavo, zaga muy apaisada dominada por la horizontalidad de los grupos ópticos lineales y de hasta los escapes cuadrangulares… Todo indica un diseño BMW visto bajo la lupa de la elegancia latina, sin perder de vista el máximo confort interno para 4 plazas.
La mecánica también vuelve a la solemnidad de los desaparecidos 850 y 840 (el precioso coupé gran turismo de faros plegables que BMW produjo de 1990 a 1999, hoy convertido en pieza de colección), con un motor V12 de gasolina y seis litros de cubicaje, que daría al menos los 544 CV que actualmente entrega en la Serie 7, pero que contaría también con una versión Twin Turbo sobrealimentada que elevaría la potencia final hasta los 600 CV, que era la exhibida por la unidad mostrada en Villa d’Este.
Luego, si este modelo accediera a la producción en serie, podrían contemplarse otras mecánicas (V8, 6 cilindros biturbo…) que con potencias entre 400 y 500 CV podrían ser más aceptables para Europa en términos de emisiones. Pero no desde luego para el modelo más representativo, destinado especialmente a la nueva clientela asiática. De hecho si llega a la serie (aunque sea muy corta) será gracias a ella, ya que su clientela potencial se centra no sólo en Los Ángeles o Abu Dhabi, sino sobre todo en Sanghai y Pekín, donde no asustan sus posibles consumos ni la tasa de emisión de CO2.
Falta por ver si finalmente lo veremos (a partir de 2017) producido en una pequeña edición limitada por el carrocero italiano, lo que podría efectuarse al tiempo del regreso de una nueva Serie 8 inspirada en él pero producida ya por BMW en Munich (o quizá bautizada como Serie 7 Coupé, a fin de revitalizar un poco a la antaño máxima gama de la marca del escudo blanquiazul, hoy un tanto eclipsada entre los X6 y compañía). Pero lo que es evidente es que este Gran Lusso tendrá un futuro más claro que el del Z4 Zagato del que hasta hoy nunca más se supo.