Pepe Valenciano.
Remontada, ésta es la palabra más repetida al finalizar el alocado Gran Premio de Gran Bretaña 2013. Bueno, esa y “explosiones”, porque hasta en cuatro ocasiones el neumático trasero izquierdo estalló sin causa conocida. Así, como lo oyen. La carrera comenzó bajo la sospecha del comportamiento de las gomas Pirelli que ya había avisado el sábado en los Libres 3 cuando estallaba la goma trasera izquierda del McLaren de Sergio Pérez. En Ferrari también andaban mosqueados porque no era normal los malos registros que tenía el F138 en los Libres 2 y 3 (en los libres 1 no se corrió por la lluvia); el mosqueo era máximo pues la pista de Silverstone se asemeja a la de Montmeló donde tan bien se comportó el Ferrari. Así pues, sin saber nadie qué tipo de nuevo compuesto ha fabricado Pirelli, el caso es que empezó la carrera con un sol y calorcillo que podía beneficiar ya desde el principio las aspiraciones del español. Fernando Alonso salía 9º tras ganar una posición por la sanción de Di Resta. Buen presagio, salir por la parte limpia. Pero su salida no fue buena para lo que nos tiene acostumbrados “El Indomable” que hoy lo fue más que nunca. Su fuerza de voluntad, su tesón, su lucha titánica, el no dar nada por vencido hasta el final, su actitud en fin, son encomiables y no hay parangón en la actual parrilla salvo Lewis Hamilton. Por delante Hamilton salía primero y mantenía su posición, viendo por detrás cómo Vettel se hacía con la segunda plaza tras una mala salida de Rosberg. Webber, por su parte, salió fatal y quedó relegado al 15º puesto de parrilla. Felipe Massa, en cambio, hizo su mejor salida de este año escalando varias posiciones de una tacada: de undécimo al quinto puesto, toma ya.
Así empezó todo hasta que las explosiones se erigieron en protagonistas de la carrera. A las primeras de cambio, vuelta 8, el neumático trasero izquierdo de Lewis Hamilton saltaba por los aires, y tenía que entrar en boxes. Primera explosión. Mal asunto. Mala suerte para él que estaba haciendo una espléndida carrera. Buena suerte para Vettel, como siempre, o como casi siempre porque en esta ocasión acabaría en la cuneta a escasas 10 vueltas del final. Pero en ese momento era líder de carrera y se preparaba para lo que más le gusta, o sea, tirar en solitario hasta el final. Hamilton empezaba su particular cruzada y desde el final de parrilla (al tener que parar para cambiar la rueda) logró avanzar hasta acabar la carrera en cuarto lugar. Portentosa demostración de pilotaje de altura, sólo reservado a él y a Alonso, los dos mejores pilotos de la actual parrilla sin discusión alguna. Salió Hamilton enrabietado por su mala suerte y se fue comiendo uno tras otro a todos los pilotos que se encontraba a su paso. Y de haber durado la carrera un par de vueltas más, hasta hubiese dado cuenta de Alonso.
La segunda explosión, también la misma rueda, fue para Massa en la vuelta 10 y casi en el mismo lugar que la anterior; hasta ese momento estaba haciendo una carrera magistral. Pero de nuevo la mala suerte se cebaba con él, tras sus cuatro accidentes consecutivos que ha sufrido (el último de ellos en los libres del viernes). En esta ocasión los trozos de neumático se desparramaron de tal forma por la pista que hubo de entrar el Coche de Seguridad. No sería la única vez. La tercera explosión fue para Vergné en la vuelta 15. Por si las moscas, en Ferrari se apresuraron a adelantar la parada de Alonso para evitar males mayores. Con el reagrupamiento del grupo, Vettel perdía su jugosa ventaja y Alonso asomaba el morro rojo en cuarta posición.
Tiraba Sebastian Vettel cuando se marchó el Safety Car. Tanto que pronto marcaría vuelta rápida de carrera a pesar de las advertencias de su box. Por detrás Alonso encimaba a Adrian Sutil que firmó otra excelente actuación con un Force India muy competitivo todo el fin de semana. Alonso respondía en la vuelta 33 con vuelta rápida de carrera. Desde boxes, en Pirelli no daban crédito al espectáculo de las explosiones y como para salir del paso, en estado de shock, no se les ocurrió otra cosa que recomendar a los pilotos que se alejasen de los bordillos, de los pianos, posible causa de la rotura. Sin embargo eran los mismos el año pasado y nada de esto ocurrió. Felipe Massa, reparados los daños de su coche, empezó su particular remontada que le llevaría finalmente hasta un meritorio sexto puesto, que pudo ser quinto si la carrera dura una vuelta más porque se estaba echando encima de Kimi Raikkonen. Ya que hablamos del finlandés, decir que los Lotus llevan varias carreras muy desdibujados. Y encima se equivocaron con la estrategia de Kimi quien ya les avisó por radio de que se equivocaban en el box al no hacerle parar al final de carrera con la segunda salida del coche de seguridad que se produjo tras la cuarta explosión, esta vez para el pobre de Sergio Pérez que de nuevo volvía a ver volatilizarse su rueda trasera izquierda, la misma del sábado. Faltaban diez vueltas para el final. Previamente a esto, vuelta 42, de repente el coche de Sebastian Vettel decía basta y se rompía su caja de cambios. Adiós carrera fácil para él y primer abandono en mucho tiempo, más de 50 carreras, y tras 14 carreras seguidas puntuando, veía como un cero se ponía en su casillero, para fortuna de Fernando Alonso que de un plumazo le recorta 15 puntos.
Como decíamos, con el abandono de Vettel a la par de la cuarta explosión de Pirelli, y tras la salida del coche de seguridad, y tras varias vueltas para quitar el coche de Vettel, demasiadas, se relanzó la carrera a falta de 8 vueltas. Un sprint para todos, en especial para el piloto español de Ferrari que la salida del SC le pilló en su tercera parada, provocando que saliese en 8º lugar. Por delante, sólo él, Rosberg y Webber tenían gomas nuevas, el resto ya estaban en las últimas. Por delante tenía Alonso a los dos McLaren, a Ricciardo, a Sutil y a Raikkonen. Con calzado blando para 8 vueltas, Alonso se lanzó a por sus presas de forma magistral. Uno a uno fueron cayendo. Así el primero fue Button, después Sergio Pérez, ñam, ñam, que me los como a todos. Luego se lanzó a por Daniel Ricciardo, y después a por Lewis Hamilton que tras numantina resistencia tuvo que rendirse ante el ímpetu del caballo desbocado y rampante del Ferrari de Alonso. Se lanza después a por Adrian Sutil, su bestia negra hasta ese momento, donde por fin pudo con él. Ya era cuarto el español Y a falta de una vuelta, antología del pilotaje: con un segundo de ventaja de Raikkonen a Alonso, el español en pocos metros le cogió y de nuevo, ñam, ñam, que me lo como también. Salvados los impedimentos, Alonso se centraba en aguantar una vuelta el resurgir del animal herido de Hamilton quien estaba dispuesto a caer con las botas puestas, pero fue sólo un amago. Alonso cruzaría la meta en tercer lugar, consiguiendo así su tercer podio consecutivo en Silverstone. La hazaña de Alonso, otra más, la enésima remontada, el enésimo milagro del español, no debe engañar a nadie, pues ni antes el Mundial era imposible ni ahora lo tiene ganado. Pero una cosa es segura: ‘El Indomable’ no cejará en el empeño hasta el final, agotará a sus rivales, nos agotará a nosotros, y él seguirá erre que erre intentándolo. Lo que queda de Mundial va ser de órdago a la grande, de infarto. Por delante un desatado Mark Webber perseguía cual poseso a Nico Rosberg que se diluía poco a poco. De haber durado una vuelta más la carrera, Webber la habría ganado. Pero su segundo puesto le sabe a gloria, la gloria de quien nunca más correrá aquí en Fórmula Uno tras su anuncio de retirada a fin de temporada para irse a correr resistencia de la mano de Porsche. Nico Rosberg entraba triunfador y conseguía la tercera victoria de su carrera deportiva, segunda este año.
Y Mercedes confirmaba, tras su buena actuación de Mónaco y Canadá, que los test ilegales de 1.000 km realizados en Barcelona, les han servido para encontrar algo en el coche que les permite no ya volar a una vuelta como antes para derrumbarse después enseguida, sino afrontar las carreras con garantías para competir de tu a tu con Red Bull y Ferrari. Algo tendrían que hacer Ferrari, Red Bull y Lotus para exigir a la FIA un trato de igualdad, o sea, que se les permita realizar el mismo test que el de Mercedes y así igualar las oportunidades. De lo contrario, este Mundial, sea cual sea su resultado final, estará adulterado. ¿Qué tal un plante de estas escuderías si la FIA se niega?. No habría más opción que dejarles hacer ese test. Es de justicia que así sea.
(FOTOS: Sitio Web Oficial Ferrari, Infiniti Red Bull Racing, Mercedes Petronas)