Deportividad extrema sin techo
La familia 5 de Audi crecerá desde marzo con una versión muy especial: la del superdeportivo RS, pero ahora además descapotable 4 plazas, con 450 CV y un precio de 103.360 euros.
Su imagen ofrece una silueta dinámica pero equilibrada con su frontal “singleframe” en aluminio mate rodeando la parrilla, y su estructura en forma de panal, con el logo RS 5 en color antracita. Los faros con el borde inferior ondulado son de xenon y cuentan con luz diurna de cruce por diodos, mientras que por abajo el faldón delantero engloba las grandes tomas de aire. Las inserciones en taloneras y pasos de rueda dominan la perspectiva lateral, y las carcasas de los retrovisores exteriores de aluminio combinan con el marco del parabrisas.

La capota, de lona, se despliega sobre el habitáculo de forma automática. Bien aislada para asegurar el máximo confort sonoro, basta pulsar un botón para abrirla o cerrarla en 15 ó 17 segundos respectivamente, e incluso en marcha mientras no se superen los 50 km/h. Con la capota abierta, el maletero anuncia 380 litros de volumen (de ellos 60 para alojar la capota plegada), ampliable abatiendo los respaldos de los asientos traseros (por separado y con trampilla para objetos largos).
La carrocería cuenta con refuerzos en puntos concretos para aumentar su rigidez, compensando la ausencia de techo, mientras que las aletas delanteras, de aluminio, compensan parte del peso adicional que suman los citados refuerzos. Por detrás, los grupos ópticos horizontales incorporan lámparas de diodos mientras que por abajo el difusor inferior del parachoques muestra su rejilla con diseño de panal que integra los dos grandes tubos de escape con salidas ovaladas. El portón del maletero incorpora un discreto perfil (a modo de spoiler) en carbono mate que incrementa el empuje descendente, y que puede ir en el color de la carrocería.
Sus medidas no son mayores que las de un A5; mide 4,65 m de largo, 1,86 de ancho y 1,38 m de alto, sobre la conocida plataforma de 2,75 m de batalla, y se ofrece en 8 colores de carrocería y 4 de capota. En opción Audi ofrece un paquete de diseño en aluminio mate, así como otro para el vano motor con materiales plásticos reforzados con fibra de carbono (CFRP). El coeficiente de resistencia aerodinámica (Cx) es de 0,34, y los bajos del vehículo carenados contribuyen de manera decisiva a mejorarlo.

Por dentro destaca su volante de tres radios, de cuero y con el aro achatado en su parte inferior. El cuadro muestra las esferas en negro con serigrafía en blanco, y entre sus indicadores cuenta con un manómetro de aceite y un cronómetro (“laptimer”). Los asientos, tapizados de serie en piel y Alcántara, tienen reglaje eléctrico, sujeciones laterales hasta los apoyacabezas (integrados) y ajuste lumbar, con banqueta de apoyo extensible. Y en los respaldos, molduras de acceso en aluminio, volante, cuentarrevoluciones, pomo del cambio S tronic… tenemos siempre la inscripción RS, para que no olvidemos de qué clase de coche se trata.
El motor es ya un viejo conocido; el V8 4.2 atmosférico dotado de inyección directa FSI. Extrae a sus 4.163 cc una potencia de 450 CV a 8.250 rpm, y entre 4.000 y 6.000 rpm da su par motor máximo de casi 44 mkg. Montado a mano en la planta húngara de Gyõr, alcanza una potencia específica de 108,1 CV/litro, lo que supone 4,3 kg/CV. Es un motor de carrera larga con el semibloque del cigüeñal en aluminio y los tubos de escape con válvulas finales que varían su carismático sonido. Y sus 450 CV catapultan al RS5 Cabrio de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos, con su velocidad máxima limitada a 250 km/h (aunque bajo petición se puede suprimir y entonces anuncia los 280 km/h).
Dadas sus características, su consumo no puede ser bajo, pero tampoco es escandaloso para tan poderoso V8 (10,9 litros/100 km en el promedio combinado). A ello también ayuda su cambio S tronic de 7 marchas, con la 7ª especialmente alargada.
Y como cambio automatizado de doble embrague que es, el conductor puede dejar que actúe automáticamente en los programas D y S, o utilizar la palanca de selección o las levas al volante para tomar el mando. Cuenta además con un asistente de arranque (Launch Control) muy útil en competición, para lograr las mejores salidas embragando al régimen del motor ideal para ello. Dada su potencia, este RS5 Cabrio cuenta con tracción total permanente quattro, con un reparto normal del par 40/60, aunque en caso necesario puede desviar hasta el 70% al eje delantero y hasta el 85% al trasero.
También cuenta con gestión del par individual para cada rueda, que complementa el trabajo del diferencial central. Y en opción puede montar también un diferencial deportivo.

En cuanto a suspensiones, son las ya conocidas del RS5 Coupé: eje independiente delantero por paralelogramos deformables (5 brazos) y trasero por brazos trapezoidales, ambos de aluminio. La dirección es de asistencia eléctrica, variable con la velocidad, y monta amortiguación más dura y baja (-2 cm de altura al suelo) con cojinetes y rótulas más gruesas y estabilizadoras de mayor diámetro. Las ruedas de aleación son de 9 x 19” con neumáticos de 265/35 (en opción de 20”, con 275/30). Y los frenos montan discos delanteros autoventilados y perforados, de 365 mm de diámetro, con anclaje de corona flotante y pinzas de freno de 8 pistones (en opción, también carbocerámicos con pinzas de 6 pistones). El control de estabilidad ESC tiene modo de función Sport y puede desconectarse también por completo.
El Audi Drive Select es equipo de serie, pudiendo variar así el conductor la dinámica de conducción en tres modos (Comfort, Auto y Dynamic) y hasta un cuarto (Individual) configurado a medida si el coche monta el navegador MMI. En estos modos se modifican las características de la dirección, cambio S tronic, válvulas de mariposa y de sonido del motor, diferencial deportivo y control de crucero inteligente (ACC).
Finalmente, el equipamiento de serie de este RS5 Cabrio está al nivel de los 103.000 euros largos de su precio. Audi Parking System Plus, climatizador automático de tres zonas, acercamiento automático de cinturones, cortavientos, detector de fatiga de conducción y un amplio paquete de sistemas de retención. Y como buen cabrio, en caso de amenaza de vuelco, arcos de seguridad retráctiles tras los reposacabezas traseros.