Pepe Valenciano
La Fórmula Uno volvía a territorio comanche cinco años después, y lo hacía a lo grande, como no podía ser de otra manera en un país donde todo se redimensiona. Se llenó el circuito, con un ambientazo al más puro estilo americano. La pista, espectacular salvo por lo sucia, pero es normal cuando el asfalto, nada rugoso por cierto, casi no tenía kilómetros rodados encima. Había mucho miedo a este circuito, por la dificultad técnica que conllevaba y por tramos ciegos con constantes subidas y bajadas. Un circuito que bien podría denominarse la montaña rusa de la Fórmula Uno, con especial atención a la primera curva a izquierdas, precedida de una monumental subida con giro ciego. Había pánico, pavor, terror a la montonera que se podía liar en la salida, pero hete aquí, que no pasó nada y el coche de seguridad se quedó en el garaje esta vez. Por lo demás, y previamente a la carrera, los libres se presentaron con varias circunstancias que los hacían imprevisibles: lo temprano de la hora de comienzo (9 de la mañana los Libres 1 y 3), lo temprano también de la Clasificación del sábado, el desconocimiento del trazado que trajo consigo muchas salidas de pista, y algo con lo que nadie contaba: un frío que pelaba. Para Ferrari esto era lo peor, siempre con dificultades para calentar gomas. Aparentemente en los primeros compases de los libres, parecía que Fernando Alonso era el que mejor se adaptaba, y a Sebastian Vettel se le veía fallón, nervioso. Pero era tan sólo un espejismo. En cuanto cogió ritmo, empezó a clavar tiempos estratosféricos dejando a todos con la boca abierta, y adelantando lo que se presagiaba: que en Clasificación, otra vez, su dominio sería incontestable. Nada podían hacer los demás, en especial el Ferrari de Alonso que incomprensiblemente iba mucho más lento que el de Massa, quien estuvo muy acertado durante todo el fin de semana. ¿Qué le pasó a Alonso, a su coche?. Nadie lo ha explicado. Fuese el set-up, o cualquier otra cosa, lo cierto es que su prestación estaba lejos de lo que necesitaba para plantar cara al líder del Mundial. Conforme pasaron las tres tandas de entrenamientos libres, se confirmaba el peor de los escenarios: las novedades introducidas (alerón trasero, suelo y alerón delantero retocado del anterior) no funcionaban. De nuevo los datos del túnel del viento no se correlacionaban con los datos obtenidos en la última prueba aerodinámica llevada a cabo en Tarragona días atrás. De ahí, quizás, el rostro pálido, seco, de Alonso en la rueda de prensa de la FIA del jueves: él sabía que no sería competitivo. Un pequeño espejismo para los intereses de Alonso se produjo cuando el coche de Vettel quedó varado en boxes casi toda la tanda de LIibres 3 por algún problema que nadie contó. Casi no pudo rodar. Pero le daba igual, pues en la clasificación volvió a brillar como lo había hecho en dos de las tres tandas libres. Sencillamente machacó a sus rivales. Sólo Hamilton pudo aguantarle y ponerle en apuros. Pero Vettel sacó el mazo de siempre y otra vez lo hizo: nueva pole, inaugurando la primera pole del fenomenal Circuito de Las Américas, en Texas.
La salida se presentaba crucial para los intereses de Alonso, y agónica, pues el panorama al salir 8º y por la parte sucia, era desalentador. En el último momento, Ferrari se sacó un conejo de la chistera y al más puro estilo Red Bull (expertos en rodear la legalidad para jugar con ella en pro de sus intereses, como hicieron en la anterior carrera convirtiendo la sanción de la FIA a Vettel a salir desde la última posición, en ventaja para él al salir desde el pit-lane con un coche totalmente distinto al que provocó la sanción), así hizo Ferrari: rompió el sello de la caja de cambios de Massa, lo que con la ley en la mano, conlleva una sanción de cinco puestos en parrilla. Nada dice el Reglamento de si se ha roto aposta, a propósito, sin darse cuenta, etc, o simplemente por estrategia, sino que el monoplaza ha de partir con los precintos obligatorios so pena de sanción. Así hicieron en Ferrari, sacrificando a Massa lo que ayudaba directamente a Alonso que ganaba así una posición automáticamente y pasaba a ser 7º. Menos da una piedra, pero suficiente al salir por parte limpia, algo vital en este nuevo asfalto que patina como una pista de hielo, y que estaba absolutamente sucio por fuera de la línea de trazada. La remontada era cosa de las privilegiadas manos del Indomable Alonso.
Salida limpia, atrás quedaban todos los agoreros pronósticos de montonera en las primeras de cambio. Nada de nada. El coche de seguridad se quedó con las ganas de darse unas vueltecitas por este espectacular trazado. Otra vez será. Sebastian Vettel defendía su posición, Hamilton aguantaba la suya, y por detrás, lo esperado y deseado por todos nosotros: Fernando Alonso, con un muy inferior monoplaza que el resto, se marcaba una antológica salida (otra más, como siempre esta temporada) y se comía a tres rivales antes de acabar la primera y delicada curva. Se ponía cuarto en un santiamén. Ganaba tres posiciones de una tajada. El Indomable lo volvía a hacer y marcaba un registro histórico: es el único piloto de toda la parrilla que ha ganado posiciones en todas las primeras vueltas de todas las carreras de este año. Por detrás el miedo a Grosjean y compañía, desaparecía para todos, especialmente para Alonso que salía justo por delante de ellos. En los primeros giros ya se vio algo distinto a otras carreras: el Red Bull de Vettel no era tan dominador y no conseguía dejar atrás a su perseguidor. Así, con la activación del DRS, el bicampeón alemán tenía que seguir tirando y forzando su coche para aguantar las primeras acometidas de Hamilton, que estaba dispuesto a resarcirse de su reciente anterior abandono cuando iba disparado a la victoria, y también a hacer historia: ser el último ganador en EEUU (2007) y ser el ganador en el retorno de la F1 a suelo americano. Hamilton quería ser el cowboy más rápido. Pronto empezó a marcar vuelta rápida, mientras que los españoles le empujaban pues para los intereses de Alonso era vital que Vettel no ganase. Por detrás, el piloto español de Ferrari hacía sus deberes, y aguantaba su cuarta plaza con un coche que definitivamente no iba. Su compañero Massa, defenestrado en la salida, iba muy rápido, muy consistente. Luego supimos que el motivo fue que, mientras que Alonso calzó un nuevo e ineficaz difusor, el brasileño optó por el modelo anterior. Ya saben en Ferrari lo que hay que hacer en Interlagos, próxima parada.
Fernando Alonso, además de hacer un pilotaje perfecto, sin errores, sin fisuras, necesitaba algo más. Y llegó la sorpresa en la vuelta 17: Mark Webber, tercero de carrera al que Alonso era imposible que le cogiese por el flojo ritmo que presentaba un F2012 enfermo en Texas, rompía su alternador (otra vez, y van tres esta temporada en la escudería del toro), y se paraba. Adiós carrera para él. Alonso era tercer de carrera, pero con mucho miedo pues Raikkonnen y Massa venían volados. No había posibilidades de estrategias de carrera pues sólo iba a ver una parada, y Ferrari que tan bien lo ha hecho este año en esto, siendo los mejores en conjunto, les pudo la presión a sus “tuercas” y perdieron demasiado con la rueda trasera derecha, con lo que Alonso perdió posición en la salida de su parada. Menos mal que después, Raikkonnen (beneficiado del error de Ferrari), le devolvía el favor con otro error de sus “tuercas” (mal día para ellos), tardando una eternidad, con lo que Alonso recuperaba su posición. Creíamos que al calzar gomas duras el enfermo monoplaza rosso se recuperaría, pero nada de nada. Lo bueno para Alonso fue que incomprensiblemente, Kimi Raikkonnen bajó su potencial con lo que se diluía el peligro de que Alonso perdiese su tercera plaza. Sólo un error del asturiano o una rotura le apartarían de su camino.
Por delante un Vettel aparentemente dominador, le temblaban las piernas con la presión de Hamilton y bloqueaba constantemente sus ruedas delanteras en apuradas de frenada. Definitivamente se confirmaba lo que se veía venir: Vettel no está cómodo cuando le presionan constantemente, no le gustan esas carreras. Las vueltas rápidas se iban alternando y pasaban de unos a otros. Así Button se hacía con ella en la vuelta 25, Hamilton en la 31y siguientes de forma consecutiva, y es que el inglés estaba decidido a dar un golpe al mundial y permitirnos seguir soñando hasta Brasil. Hasta Massa hacía vuelta rápida en el giro 42. Hamilton apretaba a Vettel hasta que lo consigue en la vuelta 43, en la gran recta con el DRS activado. Y lo que nos faltaba por oír, Vettel se quejaba por radio de que así era fácil pasarle. ¿Por qué no se acordaba de lo mucho que lo usó en la carrera anterior en Abu Dhabi para hacer su remontada?. A diez vueltas del final, Alonso parece coger ritmo y marca vuelta rápida, pero es demasiado tarde para alcanzar a Vettel y presionarle. Por detrás nadie le molesta, con Massa de escudero y Raikkonen ya descolgado.
Por la parte detrás unos y otros se las tenían tiesas, en especial Michael Schumacher con Button con quien volvió a hacer de las suyas, taponándole como hiciera no hace mucho con Barrichelo cuando le cerró contra el muro en Montmeló. Aquí por dos veces cambió de trayectoria para intentar impedir lo inevitable: su adelantamiento por Button. Por delante, Vettel recuperaba oxígeno e intentaba cazar a Hamilton y con ello sentenciar casi definitivamente: de haber conseguido ganar, sacaría 20 puntos a Alonso, pero al acabar 2º y Alonso 3º, la ventaja es de 13 puntos. Muy difícil, pero no imposible para El Indomable. Al final el podio fue para Hamilton, Vettel y Alonso quienes se dieron el baño de multitudes no sin antes calzarse en la cabeza el típico sombrero tejano, de la mano de Pirelli. Fue sin duda la sorpresa genial que nos tenían preparados para el podio. Como esto se ponga de moda, vamos a ver los podios con gorros Pirelli hechos según la costumbre de cada país.
Varias son las lecturas que se pueden hacer de este fin de semana. Ferrari incomprensiblemente, dio un paso atrás con Alonso, al montar piezas nuevas no testadas satisfactoriamente, como el nuevo suelo y difusor. A estas alturas, o se gana con las mejoras, o mejor no hacer probaturas. Sólo su pericia y fabulosa competitividad y constancia en los domingos, ha salvado una situación que hubiese sido trágica: la pérdida del Mundial a falta de una carrera. Al final, Ferrari no ha conseguido mejorar a una vuelta en clasificación. Red Bull sigue por encima. E incluso McLaren lleva varias carreras muy fuertes, aunque ciertamente están faltos de fiabilidad. Esta es precisamente la clave de Ferrari y su único y gran punto fuerte: es la única escudería que no ha tenido abandonos por fallos mecánicos y ahí ha cimentado la consistencia del liderato de Alonso durante muchas carreras. Eso y la extraordinaria capacidad del español de extraer jugo a una fruta falta de sustancia. La prueba de ello es lo lejos que Felipe Massa está de su compañero español.
Por su parte, Red Bull ha vuelto a enseñarnos su cara oculta y su mayor debilidad: la falta de fiabilidad. El alternador les ha vuelto a traicionar y para Brasil ya han anunciado que pondrán en los coches la versión ya probada en los motores Renault de Williams y Caterham. Por suerte para ellos, casi siempre los problemas los tiene Webber, para desgracia de Ferrari y Alonso. Y cabe aquí felicitarles porque han logrado su Tercer Título consecutivo de Escuderías. Ahí es nada. Sólo Ferrari, McLaren y Williams han conseguido a lo largo de la historia, hacer tres títulos seguidos, pero nunca ninguno los consiguió así por primera vez. Por ello la gesta de Red Bull es para enmarcarla. Los dos primeros tercios de este campeonato no consiguieron calificar primeros, lo que les restó potencial en carrera, pero les ha bastado para montar una evolución a partir de la carrera de Singapur para poner las cosas en su sitio, en el sitio que les gusta a ellos: salir primeros y poner pies en polvorosa. Ahí han cimentado su victoria por equipos y casi también la de pilotos, si es que Alonso no consigue el milagro.
Por otro lado, McLaren estuvo fuerte de nuevo tras los fiascos de los precedentes abandonos, con un Hamilton soberbio, espléndido durante todo el fin de semana, y con Button reivindicándose como futuro líder de la escudería de Woking tras la marcha a Mercedes de Lewis. Finalmente, Lotus volvió a estar discreta, de más a menos, con Raikkonen cerca de la cabeza pero no lo suficiente, y con Grosjean que esta vez, sí, hizo una gran carrera, pues tras un fiasco inicial con salida de pista (vuelta 8) y quedar relegado a las últimas plazas, logró acabar la carrera en un más que meritorio 7º puesto, y sin llevarse esta vez a nadie por delante. Lotus se afianza y aferra a una muy meritoria 4ª plaza en el Mundial de Constructores, lo que les va a permitir obtener un buen montón de dinero. La decepción de la jornada fue sin duda, y de nuevo, Mercedes, cuyos dos monoplazas no entraron ni tan siquiera en los puntos que se reparten los 10 primeros.
(FOTOS: Sitio Web oficial de Ferrari, Red Bull Racing, McLaren Vodafone Mercedes)