Audi Crosslane Coupé

20 noviembre, 2012
JUAN ROBREDO

Se le presenta ya como el anticipo del futuro Audi Q2, aunque todavía es demasiado “concept” (y más en esta configuración coupé). Pero lo cierto es que este híbrido desarrollado sobre la plataforma de los Audi A1 sienta las bases de lo que será el futuro mini SUV urbano de la marca de los 4 aros.
Bajo el pretencioso nombre de “multimaterial space frame” este prototipo monta una carrocería autoportante con tres tipos de materiales, aluminio, poliéster reforzado con fibra de carbono (CFRP), y poliéster reforzado con fibra de vidrio (GFRP), o sea los materiales compuestos más de moda –y baratos– del momento. Los perfiles de la estructura rígida portante son de aluminio, lo mismo que los soportes situados bajo el capó, que se unen a la parrilla “singleframe” (por fin algo distinta esta vez, formando una miniparrilla arriba con el logo de la marca y luego una zona inferior en barras, que la hace algo menos pesada, y que se supone llevarán en el futuro todos los Audi Q), realizando también una función portante, como la célula de seguridad del habitáculo. Luego, los subchasis de deformación delantero y trasero son de CFRP así como las estructuras portantes del habitáculo (taloneras, túnel central, mamparo del salpicadero, largueros transversales del suelo, etc), quedando para el GFRP las piezas planas restantes (algunas con refuerzos parciales de CFRP).

El material dominante en el interior es el CFRP (poliéster con fibra de carbono), con diversas variantes (en la visera del cuadro de instrumentos, por ejemplo, sus fibras se orientan en una misma dirección, toda una novedad, siendo según el barniz transparente empleado, unas veces más claras, y otras más oscuras). Los elementos de aluminio también presentan sutiles diferencias, yendo la mayoría pulidos en brillo, con los aireadores en una aleación ligera de metal negro anodizado. El suelo está compuesto en GFRP, con una superficie de un material distinto, a base de gruesos cordones entretejidos con hilos de goma formando una robusta alfombrilla. Una triple combinación que no resulta demasiado ligera (1.390 kg de peso total), aunque hay que tener en cuenta que es un híbrido con dos motores eléctricos y uno térmico, además del peso extra de las baterías de ion-litio.
Y ya que hemos hablado de motores profundizaremos en sus fichas técnicas y diremos que este “concept” híbrido recurre como motor principal a un tricilíndrico TFSI de gasolina, de litro y medio de cilindrada, turbocomprimido y con inyección directa, que da 130 CV (95 KW) y 20,4 mkg de par máximo, conectado a su vez a un motor eléctrico (EM-1) de 50 KW (68 CV) que actúa principalmente como motor de arranque y alternador, aunque también puede hacerlo como motor eléctrico de apoyo de tracción (da 21,4 mkg). Aunque de la tracción eléctrica principal se encarga el segundo motor eléctrico (EM-2), casi tan potente como el de gasolina con sus 116 CV (85 KW) y con más par que éste (25,5 mkg). De este modo se consigue un esquema de conexión en serie que Audi llama “Dual Mode” donde una transmisión monomarcha brinda la posibilidad de acoplar el motor de combustión y el alternador con el resto del grupo motopropulsor mediante un embrague.

Así, esta combinación ofrece un uso básicamente eléctrico, en dos fases (principal y de apoyo), con el motor térmico en último recurso, lo que arroja un consumo realmente mínimo (sólo 1,1 lts/100 km con tan sólo 26 grs/km de emisión de CO2) con una autonomía eléctrica realmente amplia (hasta 86 km de autonomía en modo únicamente eléctrico). A cambio, el solapamiento de los diversos regímenes de potencia da un rendimiento máximo conjunto algo bajo (177 CV, casi la mitad de los 130+68+116 = 314 CV de sus tres unidades por separado). Pero el resultado final es muy convincente: El Audi Crosslane Coupé acelera de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos (y en 9,8 segundos en modo exclusivamente eléctrico), con una velocidad máxima de 182 km/h. Y eso homologando un consumo medio de gasolina de sólo 1,1 litros a los 100 km y unas emisiones de CO2 de 26 grs/km… Vamos que no es un “cero emisiones” pero casi, con la tranquilidad de que la capacidad de entrega de su batería de iones de litio (17,4 KW/h) le asegura casi un centenar de kms de una autonomía eléctrica.
El concepto híbrido Dual Mode ofrece diferentes modos de funcionamiento. De 0 a 55 km/h, de la propulsión se encarga exclusivamente el segundo motor eléctrico, el principal, que toma la energía necesaria de la batería. Luego, funcionando en serie, el motor 1.5 TFSI y el alternador generan la energía eléctrica necesaria para apoyar, reducir la carga de la batería o sustituirla en caso de que se agote. En modo sólo eléctrico el Crosslane Coupé alcanza una velocidad máxima de 130 km/h, pero desde los 55 km/h, el sistema de propulsión permite acoplar el motor TFSI y el alternador al grupo motopropulsor eléctrico principal (EM-2), de forma que los motores se pueden combinar en virtud de un grado de eficacia óptimo con un rendimiento máximo.
Y cuando se desea superar los 130 km/h, de la propulsión motriz se encarga sobre todo el motor TFSI, que en caso necesario recibe apoyo del motor/alternador eléctrico (EM-1), en este caso funcionando como motor eléctrico. Además, el conductor puede elegir entre dos tipos de configuración, “cruise” o “race”. El modo “cruise” prioriza la conducción eléctrica, sin que el conductor perciba los cambios ni el arranque del motor, mientras que el “race” aprovecha más el motor TFSI, que cuando está en marcha, adapta permanentemente su régimen a la velocidad a la que se circula. En realidad, una triple tracción ya ensayada en otro prototipo, el Audi A1 e-Tron.

Volviendo a su aspecto externo, este “Q2 concept” se presentó en París en forma de coupé 2+2 con un ligero techo exterior desmontable de sólo 10 kg de peso, naturalmente en CFRP (tipo “targa”, o sea no un CC (cabrio-coupé) sino que al retirarlo se puede depositar detrás en el maletero). Su carrocería mide 4,21 m de largo por 1,88 de ancho y 1,51 de alto, sobre una plataforma de 2,56 m de batalla, con un frontal más estilizado y anguloso de lo habitual en Audi y unos faros trapezoidales de diodos (Audi Matrix) que generan todas las funciones de iluminación. El paragolpes integra dos grandes entradas de aire flanqueando el escudo “singleframe” y como nota original dos estrechas aberturas sobre el capó del motor dejan a la vista los largueros superiores de aluminio del bastidor. A los lados, hay unos atisbos de estribos bajo las puertas, y la cintura baja acaba en unos pilares finales al techo muy inclinados para subrayar su carácter de coupé, con las puertas muy desplazadas hacia abajo, ya que su peculiar habitáculo permite taloneras muy bajas. Al abrir las puertas, se ven –como en el capó- los largueros de aluminio de este singular bastidor “multimaterial”.
Los grupos ópticos traseros quedan divididos por el portón trasero en dos segmentos, y el paragolpes, realizado por abajo en CFRP, incorpora un difusor de aluminio que se extiende hacia arriba. La pieza desmontable del techo está compuesta por dos capas de CFRP y tanto el conductor como el acompañante pueden activar un sistema eléctrico para liberarla de sus anclajes, extraerla de la carrocería y encajarla sobre el maletero. Éste por su parte forma un vano independiente dentro de la carrocería, unido a los respaldos de los asientos traseros, que a su vez están separados de la superficie de los asientos. Pulsando un botón toda la unidad se desplaza 40 cm hacia delante por un motor eléctrico, descubriendo un segundo hueco portaobjetos bajo el piso.

Los dos asientos delanteros cuentan con reglaje eléctrico y llevan apoyacabezas integrados (hechos también en CFRP), mientras que la consola central en el salpicadero tiene la palanca de selección de la transmisión retráctil, emergiendo eléctricamente al arrancar el coche. Al volante, sus dos radios superiores permiten al conductor con sus mandos controlar la mayoría de las funciones usando sólo los pulgares de sus manos, funciones por otra parte también activables mediante la pantalla táctil de la consola. La tapicería de este “concept” es de cuero, mixta y bitono, dominando una suave piel beige “semianilina” en contraste con el cuero negro Velvet, de tacto similar al ante.
Otra curiosidad de este Audi Crosslane Coupé es su cuadro de instrumentos orientado hacia el conductor, con los mandos de la climatización integrando en sus ruedas unos “mini displays” que muestran la temperatura, orientación del aire, nivel del ventilador, etc. Los indicadores virtuales del cuadro se pueden conmutar en dos niveles, y un “potenciómetro” los diferentes regímenes del sistema de propulsión y su grado de intervención. Luego, los servicios del Audi Connect se encargan de la conectividad “on line” de los viajeros (a través de Twitter, Facebook o mediante el envío de fotos y vídeos realizados por el camino, etc) y ya como algo absolutamente novedoso cuenta con el “Escape Manager”, un programa mediante el cual los pasajeros pueden valorar y comentar para sus amigos los trayectos por los que circulan.
Si le quitamos a este Crosslane Coupé unos cuantos “gadgets” eléctricos, su carácter 2+2 y hasta su techo desmontable, y nos quedamos con su tracción híbrida (al menos en una variante) y su estructura de mecano triple, es muy probable que tengamos delante al futuro Q2. Pero no hay prisa, Audi no piensa lanzarlo antes de 2015, antes tienen por delante la remodelación total del Q7

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