G.P.INDIA F1 2012: “JAQUE DE VETTEL AL MUNDIAL, PERO ALONSO NO SE RINDE”

30 octubre, 2012

Pepe Valenciano

Admiración y frustración. Quizá baste con estas dos palabras para resumir todo lo acontecido en el Gran Premio de la India, segundo que se celebra en este país asiático donde la Fórmula Uno contrasta con las graves carencias de un pueblo donde la pobreza está por encima de ratios difícilmente asumible. Admiración, por el carrerón que se marcó Fernando Alonso dando una vez más, una lección de pundonor, lucha, coraje, y saber hacer, dando un 120% de manera constante durante 60º vueltas, que disputó sin inmutarse a ritmo de calificación. «¡Qué carrera ha hecho Fernando, simplemente impresionante, sencillamente asombroso! Ayer [por el sábado] dijo que abordaría la carrera como una sesión de clasificación de 60 vueltas, y llevaba razón en sus palabras: atacó desde el principio hasta el final. Fue el único de los 10 hombres de cabeza que consiguió ganar puestos al final», manifestó Stefano Domenicali al terminar la carrera, impresionado por el pilotaje del Indomable Alonso. El español, una vez más demostró que tiene un tesón y fuerza inquebrantables, y se echó a sus espaldas, él solito, a todo Maranello, y decidió tirar de todos ellos como un titán, poniendo la piel de gallina a cuantos estaban por el paddock vestidos de rojo Ferrari, Frustración, por no tener un coche que pueda poner contra las cuerdas a Vettel y al imperio de la bebida energética. “No luchamos contra Vettel, luchamos contra Adrian Newey”. Palabras de un Alonso frustrado por su quinto puesto en parrilla tras una clasificación en la que nada pudo hacer contra los toros de Vettel y Webber, y contra los dos McLaren. Palabras que salían directamente del corazón, cosa rara en Alonso, tan cerebral siempre. Fue una carga de profundidad en toda la línea de flotación de Maranello, que provocó un torbellino en la tarde-noche de toda la familia ferrarista. Por primera vez en sus tres años de matrimonio, se producía una discrepancia clara, abierta. No es Vettel el rival, sino su diseñador, o sea, ellos mismos, incapaces de darle el coche que se merece de una vez por todas. Pero el Indomable no iba a rendirse y preparaba el zafarrancho de combate para la carrera. Si el ataque salía bien, lograría si no ganar a Vettel, evitar por lo menos una debacle que le alejaría definitivamente del título. Y si el ataque salía mal, adiós Mundial. Era o todo o nada. Rojo o Negro, nunca mejor dicho. Él lo sabía. Sus rivales también y los de delante maldecían la hora de tener por detrás al rival más duro que haya visto el asfalto en la última década y quizá más. En esta ocasión todos los gallos estaban por delante en la salida, salvo Raikkonnen, venido últimamente a menos.

La salida fue limpia, sin sobresaltos. Aunque siempre hay alguien que la pifia, como Vergné, que en esta ocasión pinchó la rueda trasera de Michael Schumacher que decía adiós a las primeras de cambio, pues tuvo que parar para cambiar ruedas perdiendo toda opción. Aguantó hasta la vuelta 58, donde abandonó. Ya son 8 abandonos este año, récord de la parrilla. Vivir para ver, el heptacampeón del Mundo deambula por los circuitos sin pena ni gloria. Le quedan tres carreras para su adiós definitivo. Es de esperar que tenga la oportunidad de despedirse como se merece una figura como él. Alonso con el cuchillo entre los dientes sólo miraba hacia delante pues en esta ocasión, Felipe Massa –su compañero- salía justo por detrás y le cubriría ante cualquier osado que quisiera interponerse. Massa hizo bien su trabajo toda la carrera. De nuevo respondió a lo que se esperaba de él aunque no con el ritmo brutal, asesino, de Alonso. Vettel hacía bueno el pronóstico y mantenía su privilegiada primera posición en el primer giro, escoltado por su fiel escudero, Webber. Por detrás un Alonso desatado se igualaba a las primeras de cambio con los dos McLaren. Así afrontaban la gran recta trasera. Alonso primero adelantó a Hamilton, luego perdió la posición que recuperó enseguida. Doble adelantamiento en un suspiro. Los tres monoplazas igualados, casi se tocan. Hubiese sido el fin. Pero la sangre no llegó al río y el piloto español de Ferrari enfiló la caza de Button. Vettel cabalgaba en solitario siguiendo milimétricamente su plan establecido y tantas veces repetido en los últimos dos años: tirar a tope durante tres vueltas y alejarse de la frontera del segundo para impedir la activación del DRS, lo que unido a su falta de velocidad punta les llevaría irremediablemente a ser adelantados. Así ocurrió con Webber cuando Alonso, tras la primera y única parada, cazó y se lo tragó en la recta más larga del circuito. Antes ya había dado cuenta de Button, al que también superó. Vettel marcaba vuelta rápida de carrera en el giro 3, aunque en el anterior ya sacaba 1,4” al segundo, Webber. Como decíamos, Alonso de deshizo de Button muy pronto, en la vuelta 4 poniéndose ya 3º. El asturiano iba a ritmo de la cabeza en el Sector 1 y 3, pero en el Sector 2 los Red Bull arrasaban y recuperaban lo perdido aumentando más si cabe su diferencia. Con los coches hasta los topes de gasolina Alonso igualaba a los toros energéticos con trazadas impecables, a un ritmo por encima de la propia física, a la que desafiaba constantemente.

En la vuelta 6, duelo de ambos McLaren, con Hamilton muy agresivo y luchador, que superó a Button cogiendo la cuarta plaza que ya no perdería hasta el final. En la siguiente vuelta, sorpresa, ¡Alonso es el más rápido en pista en los tres sectores!. Increíble cabalgada del caballito rampante ferrarista. Claro que Vettel no se anda con chiquitas y responde con dos vueltas rápidas seguidas. La carrera avanza y Alonso mantiene encendido el martillo pilón, vuelta a vuelta, yendo a ritmo de Webber. Más no puede hacer, y Vettel se escapa: en la vuelta 13 ya saca 8” al asturiano. En la vuelta 19, con un tercio de carrera disputada, Alonso no flojea ni flaquea, y corre a ritmo de vuelta rápida de Vettel y Webber que se las van repartiendo. Se mantiene una distancia inferior a los 5” entre Webber y su perseguidor infatigable, el Indomable Alonso. Llevamos 20 vueltas de carrera y los neumáticos blandos aguantan, sin degradación aparente. Pirelli no ha tomado riesgos y ha llevado a la India unas gomas muy conservadoras, no quieren estar ni ser protagonistas de la pelea de gallos en las cuatro carreras que quedan contando ésta de la India. Sergio Pérez también pincha, al tocarse con Ricciardo. Y lo mismo le ocurriría después a Pastor Maldonado, quien se vio tocado por Kobayashi. Total, tres toquecitos y tres pinchazos, fueron los únicos incidentes de carrera. Dos carreras disputadas en el Circuito de Buuth y ninguna aparición del Coche de Seguridad.

Por detrás, Felipe Massa es presionado por Kimi Raikkonnen que no puede con el brasileño. Jenson Button empieza a tener problemas con sus gomas que están llegando al límite. Pero los de cabeza no sufren este desfallecimiento aunque se intuye que Webber sí tiene problemas pues Alonso está ya ¡¡a 3,3”!!. Giro 23 y nueva vuelta rápida de Vettel que parece no importarle forzar su calzado blando. Y Alonso, como las pilas, dura y dura, sigue y sigue, y se acerca al australiano, poniéndose a 1,8. La presa está a la vista. La caza se avecina. Los corazones tifosi y ferraristas se aceleran en la misma proporción que el latido cardíaco de Alonso que tiene que estar a mil por hora. Vuelta 26 y Button para, el primero de los grandes. Mazazo de Vettel: vuelta rápida. No para el alemán. Empieza el balie de paradas, con Raikkonnen, Rosberg (muy desdibujado en toda la carrera), y Massa. En la vuelta 29, alarma, Alonso ya es más lento, tendrá que parar pronto. Es lógico el desgaste del asturiano pues sus gomas tienen 3 vueltas más que las de sus rivales de cabeza, pues fue con estos neumáticos usados en la Q2 los que utilizó para conseguir su mejor registro en la Q3 de clasificación. Vuelta 29 y parada de Webber, muy rápida. ¿Qué hace Alonso?. No se cubre parando en la siguiente y aguanta un par de vueltas más. Muy arriesgado pues sus tiempos no son buenos y cuando ponga la montura dura la primera vuelta será fatídica hasta que la caliente. Alonso para en la 31 y sale del pit-lane muy pegado a Webber. A pesar de ir con gomas muy gastadas, en dos vueltas frenéticas Alonso ha sacado un tiempo precioso antes de su parada. Otra demostración más de su maestría, de su talento. Vuelta 32 y se vislumbra la caza, pues el español ya está a tiro de DRS. Hamilton para en la vuelta 33 y ¡¡oh sorpresa, cambia el volante de una manera vertiginosa!!. En la vuela 34 (mitad de carrera) el duelo Alonso-Webber está servido: ataque total en todos los frentes, en todos los puntos posibles del circuito. Pero la realización televisiva no se entera y los comentaristas de Antena 3 TV nos narran la carrera siguiendo las posiciones por GPS. Inaudito. Impresentable: la carrera de los dos Lotus es más importante que la persecución de Alonso a Webber. Por detrás, Massa (giro 35) avisa de que va a tener problemas de combustible y es que la carrera está siendo muy rápida, más de lo previsto. Alonso se toma un respiro pues es imposible mantener la carga aerodinámica justo detrás de un monoplaza constantemente: falta refrigeración, hay más turbulencias, y el desgaste de gomas es mayor. La distancia entre los dos (él y Webber) se estabiliza alrededor del segundo. A más de uno en el box de Ferrari, se le va a salir el corazón. Andrea Stela, Ingeniero de Pista de Alonso, espolea a su pupilo por radio: “eres un luchador con un talento extraordinario”. Pero ni falta que le hace, pues el piloto de Ferrari, se mantiene a 1,1” de su presa. En cualquier momento podrá con él. Quedan 20 vueltas. Pero poco a poco parece desfallecer el Ferrari pues la distancia se hace más grande, y llega a los 2,3 “en la vuelta 44. Aún así, Alonso saca 26” a Massa, con el mismo coche. La diferencia es abismal. Sin embargo, Webber tiene problemas con su KERS (¡qué cosas, siempre le pasa a él!), y su diferencia empieza a bajar con respecto a su perseguidor. Se nota en el Sector 1, que es donde se usa casi todo el KERS. Alonso es informado de ello y empieza de nuevo a apretar, en realidad nunca dejó de hacerlo. Y en poco más de tres vueltas, recupera lo perdido y se pega de nuevo a su estela.

Hamilton marca la vuelta rápida, y llega el momento estelar: vuelta 48, recta larga, Alonso abre su boca del DRS, Webber no puede defenderse con el KERS y su velocidad punta es muy inferior al Ferrari, que va a velocidad terminal; se acerca Alonso, se pega, le amaga a derecha y le pasa por la izquierda, llegando al vértice de la curva donde se cruza. Genial demostración de pilotaje del Indomable, que ya es segundo. A partir de ahí, Fernando Alonso vuela con su Ferrari y hasta marca vuelta rápida de carera en los giros 53 y 59. Por delante, alarma en Red Bull por las chispas que saltan del coche de Vettel que algo ha perdido por delante al pasar por un piano, y se pega demasiado al suelo. Pierde tiempo, y Alonso quiere más, se acerca. Pero el milagro no es posible. A estas alturas de carrera, a menos de cinco vueltas, más no se puede hacer. Lástima de salir 5º y perder tiempo en las tres primeras vueltas para zafarse de sus rivales, pues de lo contrario apuesten porque Alonso hubiese cogido a Vettel. Última vuelta, y Vettel aguanta con sus chispas y gana la carrera, cuarta consecutiva, quinta del año. Se afianza en lo más alto de la clasificación de pilotos con 13 puntos de ventaja con Fernando Alonso que entra majestuoso en segundo lugar, a sólo 9” del ganador, y marcando la vuelta rápida hasta que instantes después se la arrebata Jenson Button, 5º. Hamilton había cruzado la meta previamente, haciéndose con la cuarta plaza. Y por detrás de Button, entra Massa, en una buena actuación.

Previamente a subir al podio, la imagen insólita de la jornada (aparte del cambio de volante de Hamilton): Alonso y Webber, sentados, charlando amigablemente y Vettel de pie, apartado, saboreando sólo su triunfo. Quedan tres carreras de infarto. La próxima parada será en el desierto de Abu Dhabi, de recuerdo imborrable para Vettel en 2010 y de recuerdo fatídico para Alonso: uno consiguió su primer título, otro perdió su tercera corona. Pero tranquilos todos, el desierto le debe una a Fernando Alonso, y esperemos que sea en esta próxima carrera cuando se cobre su deuda y se arranque para siempre esa espina que tiene clavada. Él lo dará todo, como siempre y su equipo está obligado a resarcirle de aquella nefasta tarde en la que un error estratégico dejó llorando a una estrella, la estrella del Indomable.