El segundo hermano europeo del Mitsubishi ASX (el primero fue el Citroën C4 Aircross) ya está en el mercado español 4×4 de forma un tanto restringida: motorización diesel única y un solo acabado de lujo para complementar por arriba a su “crossover” propio, el exitoso 3008, básicamente un 4×2 pero también disponible en 4×4 en su versión híbrida.
Como debe mantener su imagen de alto de gama en 4×4, sólo se ofrece con tracción total y el motor 1.8 turbodiesel de Mitsubishi (el 1.798 cc DI-D) en su variante más potente (150 CV), aunque su tapa luzca las siglas HDI propias de PSA. Disponible sólo en el nivel de acabado máximo Allure, puede de esta manera justificar un precio algo alto para un SUV compacto, que en España se pone en 31.900 euros, incluyendo los 1.400 euros de rebaja por promoción de lanzamiento.
De estética claramente SUV, el 4008 combina una imagen de robustez, potencia y seguridad. Gracias a su motricidad 4×4, proporciona una elevada sensación de libertad y flexibilidad de conducción, junto con una habitabilidad lo bastante amplia para cumplir las necesidades de la mayoría de sus usuarios. Plataforma y habitáculo son comunes con los del Mitsubishi ASX (que va a renovarse próximamente en España), cambiando sólo frontal y zaga. La batalla disminuye frente a la del 4007 (modelo que desaparece), y se recortan los voladizos delantero y trasero (-30 cm). Aún así su distancia entre ejes (2,67 m) y sus anchas vías (1,55 m delante y 1,54 detrás) le aseguran una gran habitabilidad tanto en las plazas delanteras como traseras, respaldadas por unos asientos cómodos y confortables delante, si bien no podemos decir lo mismo de los de detrás por lo vertical del respaldo y lo corto de la banqueta.
El volumen de maletero es el mismo del ASX, con 416 litros VDA (con rueda de recambio de emergencia) que suben a 442 si se monta el kit anti-pinchazo, aunque para España trae de serie la rueda tipo “galleta”. No está mal para un coche que mide 4,34 m de largo (4,29 el ASX), 1,80 de ancho y 1,63 de alto (frente a los 4,67 de largo del 4007, que era un 7 plazas frente a las 5 del 4008).
Para marcar su identidad, los diseñadores de Peugeot han querido dar al 4008 una personalidad en sintonía con la imagen de la marca del león, acentuando un poco el estilo “felino” pero dentro de la última evolución recogida en los 508 y 208: parrilla vertical “flotante”, diseño rasgado de faros, luz de cruce diurna por diodos, pilotos traseros con diseño en forma de triple “garra”, etc. Los bajos de la carrocería van convenientemente protegidos, y los pasos de rueda sobresalen para dar cabida a sus grandes ruedas de 18”, con llantas de aleación y neumáticos de 225/55 R18. Diversos cromados (marco de parrilla, perfiles de tomas de aire, de portón trasero…) contribuyen a darle cierta prestancia, mientras que en el interior aumenta la impresión de calidad percibida con el empleo de revestimientos plásticos de calidad, tacto suave y agradable.
Lleva como el ASX el cuadro de mandos retroiluminado y la misma iluminación interior coloreada por diodos bordeando el techo practicable (cuando lo lleva). La pantalla multifunción es en color y el volante (forrado en piel) es también multifunción y permite controlar las funciones del equipo de audio, el regulador de velocidad y el kit manos libres Bluetooth. Tiene acceso por llave inteligente y arranque por botón.

Junto al cambio hay un selector de los tres modos de transmisión de su tracción total: 2WD (tracción sólo delantera, sobre asfalto seco, para reducir al máximo el consumo), 4WD (o sea en tracción 4×4, a las 4 ruedas, con reparto automático del par motriz entre los dos ejes (con prioridad al delantero: por ejemplo, a una velocidad de 80 km/h. sobre firme seco, el 85% de la tracción recae sobre las ruedas delanteras mientras que las traseras reciben más par en casos de fuerte aceleración o sobre piso deslizante). Y como tercera opción, la 4WD Lock, con transmisión permanente a las 4 ruedas bajo reparto fijo mínimo al 50/50, aunque con prioridad al eje trasero (recarga dinámica) de modo que a baja velocidad sobre suelo deslizante, el 50% del par suplementario (hasta un máximo del 82%) va al eje trasero, en relación al modo de reparto automático 4WD.
En cuanto a consumos y prestaciones oficiales, son prácticamente idénticas a las del 1.8 DI-D 150 CV del Mitsubishi ASX, no en vano es el mismo motor y peso, aunque aquí con desarrollos un poco más largos por el distinto tren rodante (225/55 R18), cuyas ruedas con llantas de 18”, hacen que se noten más de la cuenta los baches sobre asfalto. Anuncia casi 200 km/h y 11,5 segundos en el 0-100 km/h, cronos muy brillantes para un SUV 4×4, con un consumo mixto o combinado sólo de 5,6 lts/100 km (147 grs/km de CO2).
Al volante destaca un confort de rodaje bastante digno sobre tierra y francamente cómodo en asfalto, con un motor suave y buen tacto de dirección y frenos y una brillante respuesta motriz incluso en marchas largas, aunque en 6ª acusa más la carga (según vimos con 4 plazas). Pero sin duda esta mecánica a la que acompaña el sistema “stop & start” es una auténtica maravilla.
En el máximo nivel de acabado (Allure) no es fácil echar algo en falta, este SUV está muy bien equipado y en su interior se respira un ambiente distinguido, trae de serie ESP (+HAC), 9 airbags (incluido el de rodillas del conductor), sensores de aparcamiento, llantas de aleación, “stop & start”, sensores de luz y lluvia, climatizador, faros de xenon, etc. Su precio por menos de 31.900 euros con la promoción de 1.400 € incluida (y hasta 1.500 menos si se financia con la financiera de PSA) es sin duda bastante competitivo, con sólo 5 opciones (el techo practicable, dentro del pack Cielo, la alarma antirrobo, el navegador, la rueda de repuesto (“galleta”) y un equipo audio más sofisticado que el de serie. Desde luego, un precio razonable para un modesto objetivo (300 unidades anuales).