Según los últimos datos facilitados por las autoridades austríacas de tráfico, la siniestralidad vial de aquél país ha descendido de forma muy notable desde que se implantaron (hace ya 9 años) los cursos obligatorios de conducción segura (con formación sobre pistas especiales de conducción evasiva de colisiones) en el año siguiente a la obtención del permiso de conducir. El número de víctimas mortales entre los jóvenes conductores ha disminuido en un 30%, pese a haber aumentado su proporción. El ministerio de Transporte austríaco está estudiando la posibilidad de proponer estos cursos de conducción segura a nivel de toda la UE, como alternativa a las medidas puramente represivas cada vez más extendidas a nivel europeo.